Desde que el pasado 27 de abril el gobierno de Nueva Zelanda que encabeza la primera ministra Jacinda Ardern informó que la pandemia del coronavirus estaba bajo control en el país, porque las autoridades sanitarias habían logrado detectar el origen de todos los nuevos casos de la enfermedad, la vida de los habitantes de la nación oceánica comenzó paulatinamente a volver a la normalidad.
Fue así como centros educativos, comercios e industrias de todo tipo comenzaron a funcionar, si bien se mantuvieron medidas de aislamiento social, como el distanciamiento entre las personas, y se pidió a la población que evitara, dentro de lo posible, las interacciones sociales.
En este marco, la primera ministra Ardern sugirió ayer a los empleadores del sector privado que consideren la implementación de una semana laboral de cuatro días, además de otros mecanismos laborales, como manera de ayudar a las personas en este proceso de transición hacia la normalidad, y a la vez para fomentar el turismo interno del país, que, como se mencionó, logró prácticamente erradicar el coronavirus gracias a una temprana y eficiente política de testeos, seguimiento de casos y control en el flujo de personas que entraban y salían del país.
En una transmisión en vivo, realizada a través de Facebook, Ardern dijo que su gobierno había recibido numerosas sugerencias desde diferentes sectores, desde una semana laboral más corta hasta más días festivos, como un medio para estimular la economía y alentar el turismo interno, al tiempo que las fronteras permanecen cerradas para los extranjeros, de acuerdo a lo que informó el diario inglés The Guardian.
Desde la ciudad costera de Rotorua, uno de los centros turísticos más importantes de Nueva Zelanda, Ardern dijo que muchos neozelandeses dijeron que viajarían más dentro del territorio nacional si tuvieran más flexibilidad en sus vidas laborales.
El sector turístico en Nueva Zelanda, como en el resto del mundo, es uno de los rubros más afectados por la pandemia, lo que llevó a la jerarca a realizar esta sugerencia. “Escuché a muchas personas sugerir que deberíamos tener una semana laboral de cuatro días. En definitiva, eso realmente se debe arreglar entre empleadores y empleados. Pero, como he dicho, hay mucho que hemos aprendido sobre la covid-19 y la flexibilidad de las personas que trabajan desde casa y la productividad que se puede sacar de eso”, dijo Ardern. “Realmente alentaría a la gente pensar en eso si alguien es empleador y está en condiciones de hacerlo. Pensar en si es algo que funcionaría para su lugar de trabajo, porque ciertamente ayudaría al turismo en todo el país”.