América Latina es la región más urbanizada del mundo en desarrollo, según la CEPAL. Dos tercios de la población de nuestro continente vive en localidades de más de 20.000 habitantes, y 80% reside en zonas urbanas. Este tipo de concentración, de tendencia creciente, comporta un riesgo en sí misma, ya que la interacción entre las condiciones topográficas, el cambio climático y el comportamiento social es capaz de producir desastres que difícilmente podamos catalogar como “naturales”.
¿Cómo manejar esos riesgos? El jueves se presentó en Buenos Aires un estudio que aborda el tema desde la experiencia de seis ciudades latinoamericanas que sufrieron graves problemas ambientales y que encaminaron sus soluciones buscando atender la seguridad de sus habitantes y la sostenibilidad económica. Disponible en http://scioteca.caf.com/handle/123456789/1416, Enfrentar el riesgo:nuevas prácticas de resiliencia urbana en América Latina es una publicación de CAF Banco de desarrollo de América Latina y el Observatorio para América Latina de The New School.
Las investigaciones toman los casos de Manizales (Colombia) y Cuenca (Ecuador), con sus deslizamientos de tierra causados por las lluvias, La Paz (Bolivia), donde la extensión de las construcciones informales provoca “riadas” los días de lluvia, Cubatão (Brasil), amenazada por la contaminación industrial, y Santa Fe y Pilar (Argentina), cotidianamente afectadas por inundaciones.
El estudio explica cómo se abordaron estos problemas, desde las instituciones y las comunidades, con especial atención al manejo de la resiliencia, y presenta lecciones y recomendaciones para reducir la exposición a este tipo de desastres, así como para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
La planificación urbana integral, el cuestionamiento de los intereses creados, la creación de impuestos específicos, el análisis de las vulnerabilidades y la coordinación entre los distintos actores sociales están entre los aprendizajes que propone el estudio.