Cuando los neumáticos cumplen el ciclo de vida y sería un peligro seguir transitando con ellos, no servirán ya para un vehículo, pero pueden convertirse en algo más. Hernán Pérez se dedica al diseño gráfico y el desarrollo web multimedia, aunque siempre tuvo “una gran inclinación por la parte creativa y facilidad para meter mano con las herramientas”, admite ahora que tiene en marcha La Regomería, un emprendimiento sustentable en el cual diseña mobiliario con neumáticos fuera de uso. El manejo de programas de modelado 3D puede que también haya influido en su entrada “en boxes”. Empezó hace unos meses, probando con unas ruedas viejas que tenía en su casa. El punto de partida es dar con materia prima usada pero no reventada. Luego, limpiar esos neumáticos y emparejar su superficie para poder pintarla. Las primeras pruebas fueron para ver cómo ensamblarlos. Lo habían inspirado algunos diseños que vio navegando por internet y pensó en cómo “conseguir los materiales adecuados para lograr algo que pudiera costear y que quedara bien. En el proceso de fabricación vas teniendo pruebas y errores, ves qué te conviene ensamblar primero, para ir conociendo la mecánica”.
Recién este año se juntó con la gente del Centro de Comerciantes de Neumáticos del Uruguay (Ceconeu) para consultar por el suministro de neumáticos. “Les conté del proyecto, se coparon y decidieron darme una mano. Ahora estoy haciendo mobiliario funcional: baúles, y tengo pensado hacer puffs y otras cosas”, cuenta. Montó un taller en su casa, en Cordón norte, y Ceconeu lo proveyó hasta ahora con 15 neumáticos. Los hay de todo tipo, pero Pérez usa de auto y de camioneta, por cuestiones de tamaño y de peso.
Para hacer las piezas utiliza herramientas comunes: para el ensamblaje se vale de unas varillas roscadas, que tiene que cortar con moladora para darles la medida justa –que no sobresalgan–; con el taladro hace los agujeros y con la caladora fabrica los discos para la tapa y el fondo, que son de MDF, y y abajo les coloca rueditas. “Primero tengo que cortar los neumáticos para que el diámetro interior sea más grande y que deje un sobrante para poder ensamblarlo; si logro ensamblar varios, aumenta el espacio. He hecho de tres y depende del tamaño del neumático, se podría llegar a hacer de más. También depende del peso, porque cuantos más pongas, más tenés que reforzar”, explica. En cuanto a la parte decorativa, generalmente prefiere usar esmalte sintético para pintarlos del color que desee el cliente, mate o con brillo, y, “dentro de lo que permita la superficie y mis capacidades”, hacerles diseños, ya sean dibujos animados o personajes.
Pérez no para de verle ventajas a sus productos. “De por sí es bueno aprovechar algo que está en desuso, y aparte estos baúles tienen gran capacidad. Podés guardar cualquier cosa y es un material muy resistente, porque está pensado para ir abajo de un auto, soportando mucho peso. Es impermeable, rígido, es excelente en durabilidad. Y puede ajustarse estéticamente a cualquier parte de la casa o rincón exterior. Tiene el soporte de las cuatro ruedas de goma abajo, queda firme, no se tambalea, y la ventaja es que se puede transportar sin hacer esfuerzo”.
Como bien dice, “todos necesitamos guardar cosas”. Hace poco hizo uno rojo terracota y otro más sobrio, ya que se lo encargaron para un taller de autos, pero el que más orgullo le da es un baúl que hizo por gusto, imitando la rosquilla de Homero Simpson. Todavía no lanzó los puffs, un modelo de baúles más mullidos que tendrán la doble funcionalidad, pero a modo de experimento hizo un paragüero a partir de un solo neumático.
“Ceconeu fomenta el uso de neumáticos, porque algunos se pueden reciclar pero otros no. Entonces, es un residuo que ocupa espacio, contamina y, por ejemplo, si está al aire libre, es un peligro por la acumulación de agua y los mosquitos. Al no poder volver a la cadena de reciclaje, buscan que se les pueda dar un uso. Me parece genial, para que no terminen en un vertedero. Creo que está bueno que aprendamos a utilizar las cosas que comúnmente consideramos desechos o basura”, apunta el diseñador, en la convicción de ir por ese camino. “Lo mismo pasa con lo que se conoce como ecoladrillos; básicamente es una solución para dar batalla contra el plástico, poniendo en botellas o en bidones los residuos inorgánicos que consumimos diariamente. Bien compactado, eso se transforma en un ladrillo con el cual se puede construir. Además, en casa aprovecho y en el fondo hago compostaje”.
La Regomería. Se pueden ver modelos y hacer encargos por la página de Facebook o por el teléfono 098606481. El baúl estándar, hecho a partir de dos neumáticos, pintado de un color liso, con tapas, manija y ruedas integradas, cuesta 950 pesos. El tiempo de entrega usualmente es de una semana.