Cruzar la noche, el flamante disco de El Astillero, trío integrado por Garo Arakelian, Diego Presa y Gonzalo Deniz, tendrá su presentación oficial hoy a las 21.00 en La Trastienda, con entradas por Abitab a $ 400 y $ 500. Los tres músicos nos comentan algunos de los temas del nuevo álbum.
Garo Arakelian
“Cruzar la noche” | Es la canción que le da nombre al disco. Al escribirla imaginamos personajes sin navajas suizas, brújulas ni mapas; personajes con todas sus vulnerabilidades intactas, sin más posesiones que la fe, el amor y la certeza de saber que con eso será suficiente para lograr la travesía. Por eso decidimos un arreglo mínimo de guitarras, como las cosas con las que cuentan estos personajes. No hay armadura ni ejecución de acordes en ninguno de los tres instrumentos. Cada guitarra repite una frase como un mantra en una de las tres bordonas. La melodía es el deseo, que se sostiene sobre la suma de la voluntad de cada instrumento.
“La canción será” | No se logra hacer una canción apresándola ni tampoco suponiéndola cierta pero inasible. “La canción será” se refiere al vínculo con la naturaleza de la creación. No se la fuerza, no se la encierra, no se la viola, no se dice que a uno le pertenece lo que nunca tuvo. En esta canción incorporamos una voz animista que se refiere al monte, ese lugar con mucho más valor que precio, en el que se encuentra la belleza del canto de miles de pájaros. Nos inspiramos en un breve texto de Ruben Lena, que hoy en día es para nosotros un manifiesto ético sobre la canción y lo popular: “El cantor debe ser como un pájaro. Como un pájaro que por su canto, su plumaje, su tamaño, su fealdad o belleza, llame la atención en el monte, dentro del monte. Debe llamar la atención de quien por allí pase, y en ese mismo instante debe volar. Ni tan lejos como para que no se lo pueda ver, ni tan cerca como para que se lo atrape”.
Gonzalo Deniz
“El capitán” | En los procesos compositivos y en el desarrollo de un repertorio para presentaciones en vivo hay momentos de estancamiento y momentos en los que se logra avanzar. “El capitán” fue una canción que nos empujó hacia adelante en ambos aspectos. Una noche estábamos por tocar en un bar y decidimos estrenar una canción. No teníamos ninguna preparada, pero entre los borradores que veníamos trabajando estaba el esqueleto de esta. En la prueba de sonido la tocamos por primera vez, complementando con improvisaciones las partes sin definir. La versión que tocamos un rato más tarde en vivo fue muy parecida a la que terminó grabándose en el disco. Un par de meses después nos encerramos a trabajar de manera intensiva en Cruzar la noche, que es un álbum en el que todos los detalles fueron intensamente conversados, discutidos y argumentados. Pero la aparición de “El capitán” fue signada por la urgencia de renovarnos, hacia adentro y hacia afuera al mismo tiempo (aquella noche también nos estrenamos tocando de pie), y fue la canción que elegimos publicar como adelanto de nuestro primer trabajo con repertorio original del trío.
“Los adioses” | Una de las primeras canciones que compusimos juntos es también la última que terminamos. “Los adioses” apareció en los primeros bosquejos a tres manos y formó parte del repertorio en vivo durante un tiempo, para luego guardarse en un cajón. Había un verso que no nos gustaba. Veíamos claramente la escena, pero queríamos encontrar las palabras adecuadas y no dábamos con el tono preciso. Discutimos mucho y lo dejamos para más adelante. Porque a veces las canciones se dejan ver cuando uno se rinde de buscarlas y se pone a hacer otra cosa. La grabación empezó, avanzó y llegó casi a su fin sin que las charlas y discusiones en el estudio, en el bar y por chat dieran sus frutos. La voz de “Los adioses” fue lo último en grabarse. Aún nos sonaba nuevo y extraño cuando Diego cantó del otro lado del vidrio “El corazón / en lo que vendrá”.
Diego Presa
“El barco” | Funciona como un epílogo de Cruzar la noche. Desde un primer momento, incluso antes de grabarla, supimos que tenía que cerrar el disco. La estructura que estábamos resolviendo necesitaba un final abierto, un punto de partida hacia otros puertos. La imaginería marítima atraviesa el disco y de alguna manera El Astillero, ya desde su nombre, está signado por ella. Ya en nuestras primeras charlas de bar previas al primer concierto apareció recurrentemente la ciudad, su condición de puerto y su historia construida en base al vínculo con lo que empecinadamente llamamos mar.
“Camiones” | Es, entre otras cosas, una canción política. Y Cruzar la noche es un trabajo que intenta ofrecer una mirada definida acerca de ciertas realidades colectivas. Los devenires de nuestros espacios más íntimos están muy ligados a lo que significa vivir en Montevideo en la segunda década del siglo XXI. Y uno de los tópicos que atraviesa el disco tiene que ver con esta, si se puede llamar así, dicotomía. La canción nace en una imagen: la fila de camiones arrastrándose por una ruta y cargando los cuerpos muertos de cientos, miles de árboles. Y a partir de allí la intención de apuntar, con nuestras armas –que no son ni sociológicas ni ensayísticas–, a los distintos personajes y espacios ligados a la máquina forestal, las salvajes contradicciones del modelo.