El largo vestíbulo de La Escena podría ser la sala de espera de un consultorio. No hace sospechar el espacio que aguarda al fondo: crudo, inmersivo, verosímil como la gotera de ficción cuyo sonido irrumpirá marcando un tiempo suspendido. Conocer una sala teatral nueva es casi estrenarse una vez más como espectador. En ese sentido, esta escuela de actuación, narrativa y oficios audiovisuales ubicada en Parque Batlle explota el factor sorpresa.
Funciona como sitio de experimentación y, como tal, se hace un uso libre del perímetro disponible, adaptado a cada espectáculo. En otras palabras, se saca partido de lo que la casa permite: alguna obra llegó a desarrollarse en varias áreas, como un recorrido, e incluso en verano, como parte de un ciclo al que además se invitó a alumnos a escribir y dirigir, también los sectores externos fueron transitados por el público.
Tratan de centrarse en “temáticas sociales, políticas, humanas”, recalca Cecilia Caballero Jeske, impulsora del lugar junto con Óscar Estévez. En todas sus piezas, dice Caballero, incorpora a sus alumnos y algún docente de la escuela, con lo cual busca dar oportunidades y motivar.
El procedimiento es logrado, a juzgar por lo que puede verse en Medusa, que esta noche a las 20.30 ofrece su última función.
El texto de la actriz y dramaturga chilena Ximena Carrera, destacado por el Círculo de Críticos de Arte de Chile con el premio a mejor obra de teatro nacional 2010 y una mención especial en el Premio Casa de las Américas en 2012, ubica a tres mujeres en una convivencia obligada, con tareas ingratas, en un ambiente tensado hasta lo insostenible. Se trata, como aclara el programa, de una historia inspirada en hechos ocurridos durante la última dictadura.
Desde la intimidad de cada decisión, nimia o fatal –darle de comer al gato, arreglar una bombita, llamar por teléfono a un hijo, mandar al prójimo a la antesala de la muerte–, se articulan tres formas de lidiar con el horror. Es un retrato del colaboracionismo, una especie de thriller político que desemboca en un drama sobre la imposibilidad de salvarse, aun a resguardo, cuando queda comprometido el costado humano. De algún modo la falta de escapatoria, junto a la tríada arquetípica, dialoga con Villa + discurso, del también chileno Guillermo Calderón.
Medusa fue llevada a escena antes en México, Argentina y Colombia. Caballero trabajaba en una creación colectiva cuando tomó contacto con Carrera. Fue a raíz de su participación en la Women Playwrights International Conference, un congreso internacional de dramaturgas al que fue invitada por su anterior montaje, El tiempo sin libros, que también abordaba los huecos generados por el totalitarismo. “Ella vino al estreno, hicimos una charla y fue muy interesante escuchar sobre la vida de estas mujeres hoy, cómo es para ellas vivir luego de lo que hicieron”.
Medusa, de Ximena Carrera, con dirección de Cecilia Caballero Jeske y actuación de Andrea Rodríguez Mendoza, Elaine Lacey y Virginia Farías, va en La Escena (Rivera 2477 esquina Ponce) hoy a las 20.30 con entradas a $ 380.