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Escuela Jazz a la Calle.

Foto: Héctor Cacheiro

El movimiento Jazz a la Calle se proyecta al futuro

4 minutos de lectura
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Auspicia una iniciativa turística cooperativa que apunta a buscar nuevas posibilidades laborales, meses después de que su escuela recibiera 470 inscriptos.

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En Mercedes, Jazz a la Calle es símbolo de un grupo de personas consciente de su tiempo, que decidió intervenir su realidad con una potencia arrolladora: desde 2006, el movimiento que organiza conciertos mensuales, un festival anual y gestiona una escuela, se ha convertido en un modelo de descentralización, de iniciativa y de integración que ya se extiende en la región, demostrando que cuando una ciudad entera asume la autogestión, y el compromiso de generar proyectos a futuro, alcanza logros impensados.

En 2017, Mercedes recibió la primera carrera de Tecnólogo en Jazz y Música Creativa, una opción formativa que ofrece la Universidad Tecnológica (Utec) y que se convierte en el último eslabón de la cadena educativa iniciada por la Escuela de Jazz a la calle, a la que llegan docentes de Montevideo, Buenos Aires y otras ciudades. Ese es el caso de su director académico, el saxofonista y compositor argentino Juan Ignacio Méndez (también docente de improvisación y saxo en la Utec), que se instaló en Mercedes, seducido por este mascarón de proa de varias generaciones de músicos que están construyendo cautivantes movimientos en torno al jazz. “Seguramente, como consecuencia de los años que el movimiento viene predicando esta idea, en 2019 se exponenció la cantidad de estudiantes inscriptos; se anotaron 470. Esta cantidad implicó un trabajo de reordenamiento y estructura académica para poder absorberlos a todos”, cuenta, y uno de los principales cambios que asumieron fue sustituir las clases individuales por clases grupales, lo que estimuló nuevas sinergias: “Hay 26 ensambles que funcionan todas las semanas. Eso, de alguna manera, significa 26 posibles grupos, porque se juntan a estudiar, a tocar, se movilizan, cuando antes se daban pequeños esfuerzos aislados”. A la vez, “suceden muchas cosas a nivel social que genera que los estudiantes mejoren mucho más rápido”.

También decidieron reorganizar las tareas. El director recuerda que, en el modelo anterior, cada docente desarrollaba un trabajo integral, pero ahora decidieron rearticularlo en tres materias: Audioperceptiva de los elementos técnicos, “en la que se estudian funciones relacionadas a los elementos técnicos de la música, cómo reconocerlos auditivamente y, eventualmente, usarlos”; Ensamble, que implica “juntarse a estudiar y practicar para tender a armar una música entre todos, y, en el caso de la improvisación, por ejemplo, contribuye a resolver cuestiones como la vergüenza, el compromiso con el otro, la valoración del esfuerzo ajeno, la paciencia, el respeto por los tiempos de aprendizaje del otro; un montón de valores sociales a los que el movimiento les da mucha importancia”. La tercera es Instrumento, que cuenta con grupos mucho más reducidos (de dos o tres alumnos).

Horacio Macoco Acosta, fundador del movimiento, cuenta que este año se concretó una alianza con el instituto Herbie Hancock de Washington, y, en el marco del Día Internacional del Jazz, llegó a Mercedes el vibrafonista chileno Diego Urbano (quien, a los 26 años, acompañó al grupo de Herbie Hancock en una gira). “Estaban muy interesados en promover esto”, dice, y aclara que “en ninguna parte del mundo lograron hacerlo como acá. Lo curioso es que nosotros empezamos con este proyecto en 2006 y ellos en 2011, sin conocernos. Pero al leer los proyectos originales es como si los hubiera hecho la misma persona”.

Proyecto turístico

Este año, el movimiento lanzó la edición piloto de un proyecto turístico: el colectivo empezó a preguntarse cómo podían contribuir, en el futuro, con las posibilidades laborales de aquellos que se gradúen de Utec. “Así surgió esta idea de proyecto cooperativo, en el que los músicos se juntan para contratar servicios de otros rubros: hicimos un trabajo conjunto con una agencia de viajes para ofrecer un paquete que incluye dos toques en dos restaurantes de la zona (la cooperativa de músicos contrata a estos restaurantes para vender determinada cantidad de platos) con música en vivo. Después, a través de un auspicio que brinda Jazz a la Calle, los turistas participan en su toque mensual. A su vez, hay un paseo en catamarán por una zona muy pintoresca del Río Negro, también con música en vivo, tratando de que los músicos aprendamos a gestionar este tipo de actividades que exceden nuestro rubro”, dice el saxofonista sobre esta apuesta que explora nuevas vías de subvención cooperativa.

Conciertos mensuales

Junto a la escuela y al festival de enero, Jazz a la Calle convoca conciertos mensuales gratuitos. Ahora, ensamblándose a esta nueva etapa, decidieron cambiar el formato. Macoco dice que, originalmente, eran espacios pensados para la formación de públicos, pero rápidamente se fueron transformando. Así, empezaron a convocar a importantes referentes musicales de la región para que se instalen cuatro o cinco días y dicten talleres para los estudiantes de Utec y de la Escuela. De inmediato, estos encuentros implicaron un nivel de relevancia internacional, contando con destacados músicos como el trombonista estadounidense Alan Ferber, o el tecladista argentino Juan Pollo Raffo, recordado por haber integrado la banda de Baglietto, y haber sido tecladista y arreglista de Soda Stereo, Vox Dei y Miguel Cantilo, entre otros.

A su vez, Méndez observa que la llegada de Utec también permitió contar con una cantidad de estudiantes con un nivel suficiente como para asumir ciertos desafíos: “El mes pasado vino un trombonista con un pianista y un contrabajista. Lo que hicimos fue que un estudiante de Utec fuera el baterista de esa noche, le sumamos dos trombonistas más, para integrar a los músicos que se están preparando, y que pudieran tocar con artistas que ya cuentan con mucho aplomo y oficio, además de poder asistir a sus clínicas y talleres. De alguna manera, esto trata de ofrecerles a los estudiantes y docentes la posibilidad de interactuar con músicos locales y extranjeros, y generar un vínculo con mucho potencial. O sea que, además del aprendizaje formal, también está el intercambio con otros músicos”. En esa línea, hoy a las 20.00 en el Teatro 20 de Febrero, se presentará la Big Band de la Escuela Departamental de Música de Paysandú, que es dirigida por Reynaldo Pinna, docente de Jazz a la Calle que se presentará con tres invitados.

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