Internet tiene algunas utilidades, aunque no lo crean. Las redes sociales, las aplicaciones y (antes) las páginas de internet han servido para nuclear a interesados en pasiones súper específicas, quienes comparten información acerca de aquello que tienen en común y en ocasiones unen sus mentes con algún objetivo benéfico o detectivesco. Esta es la historia de una de las últimas.
El 10 de octubre de 1972, hace más de 50 años, alguien robó un instrumento musical de una camioneta estacionada en el área londinense de Notting Hill. Claro que no era cualquier instrumento, sino un bajo Höfner 500/1 modelo 1961 con el que Paul McCartney tocó en cientos de presentaciones de The Beatles y grabó los primeros dos álbumes de la banda.
Paul lo había comprado en junio de 1961. “No podía pagarme un Fender”, contó el músico en su biografía Many Years from Now, escrita por Barry Miles. “Los Fender costaban 100 libras y solamente podía pagar unas 30. Así que por alrededor de 30 encontré ese bajo violín Höfner. Y como era zurdo, me parecía que se veía menos tonto, porque era simétrico”.
En 1964 y con la banda en plena gira mundial, la empresa le dio un modelo más nuevo (del 63) y el primer bajo quedó como instrumento de respaldo, aunque volvió a aparecer en el video de “Revolution” del show de David Frost y fue visto (filmado) por última vez en el famoso concierto en la azotea de Apple Corps. en 1969. Durante mucho tiempo se pensó que la sustracción indebida había ocurrido en los estudios Abbey Road junto a otros dos instrumentos. Pero no contaban con los investigadores aficionados.
Estos aspirantes a Sherlock Holmes se nuclearon en el Proyecto del Bajo Perdido, que comenzó en 2018 pero cuyo “lanzamiento oficial” se hizo el año pasado. El esfuerzo colectivo logró dar con el responsable de haber tomado el 500/1 de la camioneta. Ian Horne, ingeniero de sonido de Wings, leyó una nota en el diario y recordó que durante una noche de 1972 alguien había roto el candado del vehículo que habían alquilado para llevar instrumentos y equipamiento.
“Sabía que habían robado el Höfner original de Paul y sabía lo que significaba para él”, contó a The Telegraph hace menos de seis meses. “Tuvimos que ir a su casa y contarle que había sido robado de la camioneta. Nos dijo que no nos preocupáramos y mantuvimos nuestros empleos. Paul es un hombre bueno. Trabajé seis años más con él después del robo del bajo, pero cargué con la culpa durante toda mi vida”.
Con esa declaración lograron reducir la búsqueda del responsable a dos familias de la zona. En la página del proyecto escribieron: “Revisando registros viejos establecimos quién había sido y después obtuvimos más información acerca de lo que ocurrió a continuación, quién tenía el bajo y qué hicieron con él. Pudimos rastrear el bajo a lo largo de los años”.
Nick Wass, ejecutivo de Höfner y uno de los cabecillas del proyecto, contó al citado medio que la búsqueda había sido inspirada por el mismísimo McCartney. “Cuando estuve con Paul hace algunos años, hablamos del bajo y me pidió ayuda para encontrarlo. Así que los desarrollos de las últimas semanas, con toda la publicidad y la información que llegó al proyecto, ha sido increíblemente emocionante”.
La nueva información permitió descubrir que el bajo había sido vendido a Ronald Guest, el dueño de un pub en Ladbroke Grove, Londres. Luego de recibir cientos de “pistas” de todas partes del mundo, el propietario de un adosado (una de esas casas pegadas entre sí) en la costa sur de Inglaterra recordó que en su ático había un bajo desde hacía muchos años.
Cuando finalmente dieron con el objeto, lo encontraron completo y en su estuche original, aunque se necesitarán algunos arreglos antes de que pueda ser tocado de nuevo. Y no hubo dudas de que era ese bajo, como puede leerse en el sitio oficial de Paul McCartney: “Luego del lanzamiento del Proyecto del Bajo Perdido el año pasado, el bajo Höfner 500/1 modelo 1961 de Paul, que había sido robado en 1972, fue devuelto. El instrumento ha sido autenticado por Höfner y Paul está increíblemente agradecido con todos los involucrados”.