“Es una banda que viene tocando hace años, haciéndolo por amor a gritar cosas y a decir sus verdades. Eso me merece mucho más respeto que una banda que afina perfecto y no dice nada”, lanza Tabaré Rivero sobre La Sangre de Verónika, la banda que acompañará a La Tabaré este sábado en Live Era. Rivero ya tiene cuatro décadas en esto del rock y dice que sigue disfrutando de tocar en boliches “bien under” como Live Era. El año pasado La Tabaré editó su decimoquinto disco de estudio, Urutopías, en el que retoma aquellas formas que tanto le gustan a Rivero: se trata de una opereta rock en dos actos, con 19 escenas, es decir, un álbum conceptual con alguna pizca teatral.
Como siempre, además de un repaso por los discos anteriores, este sábado La Tabaré va a tocar varias canciones del último álbum, y Rivero destaca que “de a poco” se están animando a interpretar más del nuevo material. “Porque cuando sale un disco no nos gusta tocarlo entero enseguida, pero ya tiene unos meses y vimos que la gente viene conociendo algunas canciones, entonces, es distinto a presentarlo para gente que nunca lo escuchó. Porque a mí me pasa también: si voy a ver un toque de cualquier banda, extranjera o uruguaya, y tocan canciones nuevas que nunca escuché, no las puedo disfrutar, a la primera escucha es muy difícil”, confiesa.
Al disco nuevo se le sumó que en febrero se editó la novela gráfica Urutopías, a cargo del artista Nicolás Peruzzo, a quien Rivero conoció a raíz del cómic Espíritu adolescente, la catarsis en el walkman, que hizo hace cerca de una década, en el que el músico aparecía junto con Kurt Cobain, líder de Nirvana. Rivero cuenta que en su momento Nirvana fue lo último que lo “conmovió” del palo del rock hecho por gente joven, ya que después “poca cosa” le voló la cabeza dentro del género.
Fue así que surgió la idea de que Peruzzo hiciera la carátula del disco nuevo, pero el asunto fue creciendo, porque como también se editó en vinilo, se les ocurrió hacer una historieta para integrarla a la funda, que terminó en una novela gráfica de 70 páginas que tuvo que ser editada en forma separada (ya disponible en librerías, y quienes tengan el vinilo podrán descargar el cómic en formato digital).
Rivero destaca la edición en formato físico porque le gusta que la música se pueda regalar, y la mejor manera de hacerlo –igual que en el caso de un libro– es que exista como objeto palpable. Resalta que en el ambiente teatral siempre se dice “que el actor esculpe en la nieve”, porque cuando la obra baja de cartel “no queda nada”, aunque ahora queda el video, “pero el teatro filmado es horrible”. “Lo mismo suele suceder con las canciones en Spotify: son horribles. Cuando uno compone un disco lo hace pensando en distintos climas, que vayan pasando de una canción a la otra, y de pronto en Spotify es como en un libro leer el capítulo 30 y mañana el capítulo cuatro, y nunca se entiende nada de lo que el artista quiere decir”, subraya.
Agrega que en Spotify tampoco importa quién compuso la canción ni los músicos que tocan, y la mayoría de las veces tampoco están disponibles las letras, o sea “que no importa lo que canten”. “En Spotify no importa nada: es la musiquita de fondo para lavar los platos, tender la ropa o arreglar el enchufe. El arte musical dejó de tener importancia, pero yo voy a rescatar, en la manera que puedo, humildemente, eso que a mí tanto me gustó: sentarme 40 minutos a disfrutar de un disco, porque la música merece atención”, dice.
A la hora de elegir el repertorio para tocar en la noche de este sábado, Rivero cuenta que entre las canciones clásicas hay algunas que las interpretan siempre, como “Alegrís”, aquella murguera y ácida que abre el disco Que te recontra (1999), pero otras, como “El Kafkarudo”, una de las que más le piden que toquen, “casi nunca” las hacen sonar en vivo. Pero para este sábado harán un cambio y tocarán “El Kafkarudo”, aunque en versión tango, con un bandoneonista, o sea que no será “para nada lo que la gente está esperando” cuando avisan que van a tocar esa canción y el público se apronta para agitar un pogo.
Rivero cuenta que le gusta ofrecerle otras cosas a la gente, aunque a veces sus músicos le dicen: “Che, Tabaré, no podemos volver a ensayar aquel tema que hace tiempo que no tocamos, porque las bandas durante tres años tocan siempre lo mismo, agregan un tema o dos, pero nada más”. “Pero a mí me aburre eso, necesito estar cambiando. Esto lo hago para pasarla bien y para ofrecerle cosas a la gente, no para ganar dinero y que la gente escuche siempre lo mismo. Cada vez que digo que esto no lo hago de modo comercial salta un montón de gente a decirme que soy un gil, y de pronto tienen razón”, finaliza, entre risas.
La Tabaré junto con La Sangre de Verónika, este sábado a las 20.00 en Live Era (Uruguay y Río Branco). Entradas por Redtickets a $ 770.
Luis Miguel
El cantante mexicano se presentará este sábado a las 21.00 en el estadio Centenario, luego de 25 años de ausencia en la capital de nuestro país (la última vez que vino a Uruguay fue en febrero de 2012, al entonces llamado hotel Conrad, en Punta del Este). Su última presentación en Montevideo fue en diciembre de 1999, también en el coloso de cemento. Quedan pocas entradas, por accesoya.com.uy, a $ 2.700.
Santiago Tavella
El músico de El Cuarteto de Nos se presentará como solista, es decir, acompañado por su otra banda, Los Embajadores del Buen Gusto, este sábado a las 21.00 en Magnolio Sala (Pablo de María y San Salvador), con entradas por Redtickets a $ 950.
Ernesto Díaz
Este sábado a las 21.00 en la sala Lazaroff (8 de Octubre y José Belloni) será la presentación de Calengo (2023), el segundo disco solista de Ernesto Díaz junto con su banda, integrada por Andrés Wels, Inés Dabarca, Fernando Ulivi, Guilherme de Alencar Pinto, Ñato de la Peña y Álvaro Salas. Las entradas se consiguen por Tickantel a $ 500.
La tercera de Mahler
Este sábado a las 20.00 en el Auditorio del Sodre la Orquesta Sinfónica de esa institución, junto con el Coro Nacional y el Coro Nacional de Niños, interpretarán la Sinfonía N.° 3 en Re menor del compositor austríaco Gustav Mahler (1860-1911). Las entradas se consiguen por Tickantel, quedan pocas, a $ 150.