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Óscar Washington Tabárez, previo al inicio del partido ante Perú, en el que está llegando a su juego número 200 al frente de la selección uruguaya.

Foto: Cris Bouroncle, AFP

El futuro ya llegó

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Los 200 partidos de Óscar Tabárez.

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De manera oficial e inequívoca, Óscar Washington Tabárez ha dirigido, en cancha, 200 partidos. Es el primer técnico en la historia del fútbol que alcanza esa cantidad de partidos dirigiendo a una selección nacional.

El Maestro es hace tiempo, mucho antes de que fuese reconocido a través del Guinness, el entrenador con más partidos al frente de una misma selección nacional, porque en la lista de los entrenadores con más encuentros en tal condición no debería estar el nazi arrepentido Sepp Herberger, que se afilió al movimiento de Hitler en 1933 y dirigió a Alemania desde 1936. Para empezar, Herberger dirigió a una selección de Alemania-Austria, después de la invasión-anexión nazi en el Mundial de 1938, y después de declarada la guerra dirigió en 24 partidos -entre 1940 y 1942- que de manera inadmisible la FIFA parece avalar.

En realidad, Tabárez ha preparado al equipo para 203 encuentros, solo que debió quedarse en la tribuna y alejado de la línea de cal en tres de ellos en los que estaba suspendido después de la expulsión a Edinson Cavani en el partido en que sufrió la agresión de Jara en el estadio Nacional de Santiago por cuartos de final de la Copa América 2015. El Maestro no pudo estar en el banco en los tres primeros encuentros de la Eliminatoria para Rusia 2018: ante Bolivia, Colombia y Ecuador. Hay otros dos encuentros que se podrían englobar en la nómina, y son los que preparó para jugar pero no viajó por problemas de salud en setiembre de 2014, ante Japón y Corea del Sur.

En los 200 partidos dirigió en cuatro mundiales (1990, 2010, 2014, 2018), seis Copa América (1989, 2007, 2011, 2015, 2016 y 2019), una Copa Confederaciones (2013) y cuatro Eliminatorias mundialistas. El Maestro hizo jugar a la selección 69 amistosos en los últimos 13 años (fueron 87 en total si se le suma su primer ciclo entre 1988 y 1990).

Esa sucesión de encuentros, tratando de que en cada mes de competencia por fechas FIFA la celeste saliera a la cancha, no era una idea antojadiza, sino que estaba en el espíritu de su proyecto. Desde el 8 de marzo de 2006 hay una búsqueda expresa de esa acumulación de partidos: no era para acumular récords. No era, para en una lejana expectativa, llegar hasta las fases finales de todas las competencias. Está clarísimo en el punto 3 (Objetivos) del documento “Institucionalización de los procesos de las selecciones nacionales y de la formación de sus futbolistas”:

1 Establecer políticas de selección y dar permanencia y continuidad a su organización.

2 Elevar los rendimientos deportivos y acercar la expresión futbolística de las selecciones nacionales a nivel del fútbol de elite internacional.

3 Influir positivamente en el proceso de formación integral de los futbolistas seleccionados.

4 Coordinar objetivos y actividades de las selecciones de todos los niveles para estimar proyecciones y aplicar programas en plazos mediatos.

5 Programar las actividades de las selecciones nacionales incluyéndolas anticipadamente y en concordancia con los calendarios locales e internacionales.

6 La competición será parte imprescindible de la preparación y evaluación de los equipos y de la formación de los futbolistas, por lo que no debe quedar limitad solamente a las competiciones oficiales internacionales.

7 Las selecciones deberán ser literalmente nacionales. Para ello se nivelará la preparación de los jóvenes futbolistas del interior del país respecto de sus similares de Montevideo.

8 En función del objetivo anterior, a partir de las estructuras actuales, se dotará a las organizaciones departamentales de planes, programas e implementos, que permitan la competición significativa y la formación integral de los futbolistas jóvenes en su medio autóctono.

9 Lograr un perfil del futbolista de la selección uruguaya, que abarque los aspectos técnicos, éticos y disciplinarios.

Esos últimos 69 amistosos, los que van desde mayo de 2006 ante Irlanda del Norte (1-0) hasta el juego ante Perú en Lima serían suficientes para ser el entrenador con más partidos con la celeste (Omar Borrás, el segundo en la lista, dirigió 54 partidos de Uruguay), pero además sirvieron de lanzamiento, prueba y afirmación para la mayoría absoluta de los internacionales celestes de estos días. A excepción de Diego Godín, todos debutaron con la celeste nominados por Tabárez en amistosos o en partidos de Eliminatorias.

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