En su debut en la Copa Libertadores de América, con un gol del argentino Gonzalo Bergessio a los 24 minutos, Nacional le ganó 1-0 al Zamora en Barinas y se trajo los puntos desde Venezuela. El primer cuarto de hora del segundo tiempo el partido se suspendió durante siete minutos por apagón en buena parte del estadio. Los méritos tricolores para quedarse con la victoria fueron el orden defensivo, las transiciones ordenadas entre defensa y ataque, y Santiago Rodríguez, un gurí que juega cada vez mejor.
1. Menos es más
La primera medida que tomó el técnico Eduardo Domínguez para intentar cambiar la pisada con respecto a lo que venía haciendo su equipo fue armar la táctica desde atrás hacia adelante. Esto no se plasmó en un dibujo nuevo -ya había jugado con línea de tres y de cinco-, sino en lo estratégico. Las líneas de defensas con volantes empezaron juntas y, Nacional empezó por minimizar al rival. Le salió bien, salvo las dos veces que un rápido Edixon Mena generó peligro por la raya derecha.
Con orden, desde la retaguardia hacia la ofensiva los hombres con más libertades para trasladar el fútbol fueron Gonzalo Castro y Santiago Rodríguez. Matías Zunino, por el carril derecho, también se sumó a las transiciones ofensivas -y no tanto Agustín Sant'Anna, demasiado ocupado en contener a Mena-. Como el fútbol tricolor latió por la derecha, Felipe Carballo fue uno de los más participativos a la hora de generar.
Curiosamente, el primer gol llegó por la izquierda. La inició el desparpajo del pibe Rodríguez, quien se tuvo fe y se mandó. Dejó un defensa por el camino, al borde del área encaró a dos más, medio que se tropezó con la pelota, pero pudo tocarla al medio, lugar donde, luego de unos rebotes, estaba Lavandina Bergessio en inmejorables condiciones para sacar el remate y convertir. Fue la única chance clara de los tricolores hasta ese momento, pero valió todo eso.
2. Rodríguez
Con el partido planteado de esa manera, con un Bergessio que navegaba solo en la delantera porque el bolso primero buscó asegurarse atrás, estaba cantado que un nexo se debía destacar para que la parte ofensiva funcionara. Y fue Santiago Rodríguez, un gurí que juega con la soltura de sus 19 años, pero con la sabiduría de un 10 con experiencia. Al pibe, que por momentos jugó suelto delante de la línea de volantes tricolores, le sobró atrevimiento para buscar y encarar los mano a mano, tuvo la viveza de jugar por detrás de sus marcadores, la mayoría de las veces volcándose a la banda por la que uno de ellos intentaba subir. Soportó sin chistar que lo bajaran permanentemente y, además, hizo jugar al resto con toques cortos que por momentos parecían una calesita. Sólo falló en una en la que, al hacer el gesto de patear, la bocha le pasó por entre las piernas y le pegó al área casi a la altura del penal.
3. Sentenciarlo
Nacional no pudo y sufrió en el final. A los 50 minutos, Gonzalo Chory Castro pateó mal de zurda a la carrera, podría haber convertido en el minuto 67, en una doble jugada: una volea de Carballo la sacaron de cabeza en la línea, y después del córner Marcos Angeleri estrelló su cabezazo en el travesaño y la atropelló sin suerte.
Con más rebeldía que otra cosa, Zamora se tiró arriba en el cierre. No tuvo más criterio que el ímpetu, no hizo más méritos que mandar pelotas al área. El susto fue un centro que dio en el palo, aunque Esteban Conde hubiera oficiado de bombero. De visita, todo ayuda. Buenos puntos tricolores.