Peñarol consiguió un clarísimo triunfo por 4-0 ante el San José de Oruro con dos goles de Lucas Viatri, uno de Cristian Lema y otro de Agustin Canobbio, y de esa manera se acomodó, con esta su primer victoria en la Libertadores de 2019, en la segunda colocación del grupo D de la copa, detrás de Flamengo, que tiene dos triunfos (1-0 a San José y 3-1 a Liga de Quito) e igualado con Liga, que fue justamente quien la semana pasada venció a los carboneros.
Fue un muy buen partido de los de Diego López, que dominaron el juego de punta a punta y consiguieron, sin cuantificar las virtudes del rival, la más grande goleada que hasta ahora ha logrado Peñarol en el plano internacional jugando en el Campeón del Siglo. Es lindo empezar así. Una carrerita, como si fuese la última pasada del calentamiento del neo seleccionado Giovanni González por derecha, centro en el momento justo y Lucas Viatri definió de la mejor manera posible sumándole estética a la utilidad de su remate. Iban solo 3 minutos Peñarol ya había evitado la molesta cola de la espera del gol inicial. Antes de aquel del gol que llegó casi desde los semáforos de la 101 y la 102, y después, Peñarol planteó un partido mirando el arco de enfrente, tratando de estar solo en campo contrario pero sin dejar de lado el balance. Hubo otras chances y apenas alguna salida de los bolivianos que no llegaron a mostrar ni el color del buzo de Thiago Cardozo.
A los 23 minutos, después de un par de casi goles, el argentino Cristian Lema hizo subir el segundo gol al marcador: un córner muy templado de Lucas Hernández desde la izquierda encontró el doble ritmo justo del argentino coronado con un gran frentazo hasta el fondo de la red. La inercia del triunfo se fue transformando en fuerza goleadora, por eso a los 37', una salida triangulada por izquierda que incluyó quite y visión de Hernández, desahogo en media cancha para Viatri, y la pelota filtrada a la carrera para Agustín Canobbio, que se corrió, pedaleó y tomó la decisión de pegarle al arco. Entró contra el caño, ligeramente desviada por la marca, y fue el 3-0.
No sé cuántos goles lleva Viatri ni cómo los cataloga el delantero argentino, pero me tomaré el atrevimiento de señalar que aquel que marcó a los 4 minutos del segundo tiempo (el segundo, no el primero) fue de los más hermosos de toda su carrera y seguramente el más lindo de todos aquellos que ha marcado en Peñarol. Resulta que robó en media cancha el jovencito Brian Rodríguez y a toda velocidad llegó por izquierda a la delimitación del área grande, allí eligió jugar al centro, donde entraba el ex Boca, que en un solo movimiento hizo del control un engaño y como un nueve de futbolito la amartilló y sacó un excelente envío al ángulo: golazo. Ya nos lo contó el Negro Fontanarrosa en Memorias de un wing derecho, que después sería el guion de Metegol: “¡Si habré hecho goles así! Y cuando el rubio me sigue para taparme y el arquero cubre el primer palo, de revés nomás, cortita, la toco para el medio. Y el nueve, sin pararla che, le puso semejante quema que abolló la chapa del fondo del arco. ¡Qué golazo! ¡Lo que fue eso! Yo lo había escuchado al Negro, lo había escuchado. Cuando yo me abrí para la derecha y vi que la defensa se venía conmigo. Y lo escuché al Negro, lo había escuchado. Cuando yo me abrí para la derecha vi que la defensa se venía conmigo. Y lo escuché al Negro que me grita: '¡Ah!'. Y se la toqué. Lo mató al Negro. Lo mató”. En la media hora de juego le cometieron un torpe penal a Agustín Canobbio pero no estuvo acertado Gastón Rodríguez, que había ingresado por Gabriel Fernández, y su zurdazo fue neutralizado por Carlos Lampe, igual que el rebote que no pudo ser capitalizado por un remate de Marcel Novick.
Después se cumplió el tiempo estipulado para un partido que ya tenía ganador establecido casi desde el inicio mismo del juego.