Esta noche, a las 19.15, Nacional recibirá a contra Zamora de Venezuela en el Parque Central. Los tres puntos son una necesidad para los tricolores, en virtud de los resultados propios y ajenos que han convertido la serie en un triangular. Sumar de local es casi una demanda de oficio, pero en este caso es imprescindible para mantener la ventaja sobre Atlético Mineiro, que a la misma hora visitará a Cerro Porteño en Asunción.
Hay una distancia enorme entre aquel partido jugado en Barinas –cuando el director técnico tricolor todavía era Eduardo Domínguez– y el de esta noche. Son distintos los jugadores, los esquemas, las obligaciones, y también el ambiente y la expectativa. Lo más palpable está en la comparación de las oncenas. Aparentemente, hoy Álvaro Gutiérrez ordenará el ingreso del panameño Luis Mejía en el arco; Guillermo Cotugno, Guzmán Corujo, Felipe Carvalho y Matías Viña en la defensa; Joaquín Arzura y Rafael García junto con Santiago Rodríguez y Rodrigo Amaral en la zona de volantes; y Gonzalo Castro y Gonzalo Bergessio en la delantera.
No es changa
Zamora cuenta entre sus titulares con Jorge Ignacio González Barón, su capitán. Nacho es aquel zurdo de muy buena presencia que conocimos en Cerrito, allá por 2006. Contemporáneo de Ignacio María González, aunque algo posterior en su aparición en torneos de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), el zurdo trinitario se hizo un lugar como el otro Nacho en el mundo del fútbol de la AUF por su presencia y manejo, y después de ser campeón uruguayo con Defensor Sporting desfiló por un montón de clubes de Argentina, Bolivia y Venezuela, además de uruguayos. Ahora juega de central izquierdo, como si toda la vida hubiese sido un back de cualquier línea de cuatro oriental. Cuenta que aún no puede entender cómo perdieron el partido con Mineiro, el que seguramente se iba a convertir en un triunfo de Barinas (iban ganando 2-0 con opción al 3-0 y terminaron perdiendo 3-2), y dice que aún no tiene una explicación de por qué no terminaron con esos primeros tres puntos en el bolsillo. Es verdad lo que no se explica Nacho González: cómo ese equipo, que después hizo una muy buena demostración de fútbol de visita en Brasil, frente a un grande, no pudo ganar ese partido. Esa reflexión debería funcionar como una alerta para facilistas y bocabiertas que esperan un partido fácil para el equipo uruguayo. Los venezolanos juegan bien, pudieron haber conseguido otros resultados en lugar de las tres derrotas cosechadas, y tienen un plan que se basa en la rapidez y velocidad de sus contragolpes.