Una goleada de Nacional por 5 a 0 ante un meritorio Fénix que aguantó 0-1 en el primer tiempo, dio paso a un festejo muy merecido que incluyó cánticos, abrazos, copas, medallas y papelitos al aire. Finalmente, se consagró lo anunciado desde su andar victorioso en la fase clasificatoria del 25º Campeonato Uruguayo y luego de su debut con triunfo ante Peñarol en la fase final: ¡Nacional campeón!
No era para menos, hicieron una temporada perfecta con todos los partidos ganados luego del primero donde igualaron 1 a 1 con Peñarol. Y entre los ganados estaba el partido principal de la segunda fase, donde triunfaron ante las tricampeonas 2 a 0. Eso decidió la suerte del torneo que –también hay que decirlo– pareció una lucha entre dos. En el estadio Charrúa se plasmó un merecido y postergado festejo y las tricolores llegaron a su quinto Campeonato Uruguayo luego de ocho largos años de sequía. La alegría se justifica plenamente.
Alineaciones repetidas y sin sorpresas daban cuenta de una continuidad colectiva que afirmaba el rendimiento a medida que se avanzaba en el torneo. Esa confianza ratificada partido a partido por el entrenador Diego Testas le dio consistencia al juego tricolor. Y las jugadoras respondieron con eficiencia ante estímulos que las llevaban a intentar un juego prolijo y ambicioso.
Y hay, eso es palpable, muy buenas futbolistas que sustentan el logro, desde la experiencia de varias, al caso la capitana Valeria Colman en defensa, Juliana Castro, toda una figura en ataque, y las mellizas Soravilla, de menos edad pero muy curtidas en muchas batallas deportivas. En esta temporada reforzó diversos sectores y lo hizo muy bien: en el arco, una gran golera, la joven sub 20, la duraznense Josefina Villanueva; una defensora de gran calidad como Antonella Ferradans y una figura que, en delantera, apunta a ser de lo más destacado del fútbol femenino uruguayo de aquí en más, la palmirense Esperanza Pizarro. Y luego el aporte de todas, hasta una Sofía Ferrada que apareció deslumbrante en la parte final del último partido.
Fénix, a pura marca, fue un equipo volcado a la defensa que, con una muy solvente golera, Jimena Alaniz, difirió la victoria rival todo lo que pudo saliendo del primer tiempo con un muy honroso 1-0 en contra. El domino de Nacional fue pleno aún teniendo el gran viento en contra. Juliana Castro hizo de conductora del fútbol ofensivo y solo fallaron los variados intentos en la última o penúltima acción.
En el primer gol tuvo gran mérito Naiara Ferrari, quien disputó y quitó una pelota sobre la esquina de la cancha, la cedió hacia atrás a Sabrina Soravilla y está la pasó a Pizarro quien, de sobre pique y cayéndose logró tirar, rozando esa pelota a una rival pero igual entraba. Esperanza marcó el camino.
Para el segundo tiempo entró Ferrada, quien aportó dos golazos –de esos que mueven las redes–, entre otros méritos. Y Esperanza apareció otra vez con un golazo al ángulo, cerrando el tanteador Sabrina Soravilla para homenajear con su melliza Romina, abrazadas, a su tía fallecida horas antes. Veníamos de cuatro títulos de Colón y tres de Peñarol. ¿Se abre otra época?