Con un gol del piriapolense Federico Ramos en el primer tiempo, Deportivo Maldonado venció de local a Peñarol 1-0. Los fernandinos, que en sus últimos cuatro partidos han conseguido tres triunfos y un empate para ir escapando de las posiciones de descenso y quedar a sólo tres puntos de los líderes del Clausura (Peñarol y Nacional), no contaron este domingo con Lucas Viatri, determinante en este campeonato en los rojiverdes, pero plantearon un partido con protagonismo, que les permitió conseguir la ventaja y defenderla.
Peñarol, que, según su entrenador, Mauricio Larriera, no se encontró en ningún momento –“no fuimos nosotros”, dijo el floridense–, dejó el invicto del Torneo Clausura, dejó la punta de la Anual, pero no el liderazgo del último torneo de la temporada, que ahora comparte con Nacional.
Piriápolis es Maldonado
En sólo diez minutos Deportivo Maldonado había creado dos claras situaciones de gol sobre el arco de Kevin Dawson. En la primera de ellas Diego Casas se filtró entre los zagueros centrales, después de recibir un pase largo, y sacó un remate que pasó apenas por encima del arco mirasol. En la segunda fue Eduardo Darías quien remató frente al arquero coloniense, que se extremó para evitar que la pelota entrara, y en el rebote le quedó muy ajustada contra su pierna a Guillermo Cotugno, quien disparó por encima del travesaño. Todo era en campo de Peñarol, incluso la primera variante, porque Carlos Rodríguez, lesionado, debió dejar el campo de juego y fue sustituido por el casupense Edgar Elizalde.
A los 26’, en una preciosa internada que empezó a centímetros de su propio campo, como hace diez años, cuando se dio a conocer en la selección de Zona Oeste, el piriapolense Federico Ramos avanzó, avanzó y avanzó, y desde afuera del área metió un zurdazo seco, esquinado, contra el caño de Dawson, que permitió la apertura del marcador, en lo que en definitiva sería el gol que definiría el partido.
Deportivo Maldonado siguió manteniendo una buena presencia en el campo, siguiendo la estrategia bien planteada y ejecutada por su entrenador, Francisco Palladino –que, como el año pasado, le volvió a ganar a Peñarol en el Campus–, y los futbolistas.
A Peñarol le costó mucho en el primer tiempo encontrarle la vuelta al partido y llegar al arco de Danilo Lerda, que estuvo muy bien respaldado por su línea final.
Cambios sin devolución
En el segundo tiempo Larriera buscó dinamizar de otra manera su juego de ataque y colocó a Nicolás Gaitán por Pablo Ceppelini.
Hubo mucho más juego cerca del arco rival y tantas ganas como centros. Hubo tres tiros de esquina, en una clara repetición ofensiva que parecía que podría oprimir por repetición a los fernandinos.
Deportivo Maldonado, no sin inconvenientes, intentó de contragolpe, y cuando no podía y estaba contra las cuerdas enlenteció el juego y el partido.
Peñarol siguió sumando variantes. Entraron Valentín Rodríguez e Ignacio Laquintana por Juan Manuel Ramos y Agustín Canobbio, cuando faltaba media hora, pero igual el equipo no encontró juego y creatividad por las bandas.
El Depor, que ya había perdido al inicio del complemento a Eduardo Darias por lesión, debió hacer maravillas para rearmar su línea defensiva cuando minutos después también perdió por lesión a Hugo Souza, y a medida que avanzaba el tiempo fue renunciando a su caudal de ataque y reforzando la neutralización.
A excepción de una gran definición del delantero de San Bautista, el Canario Agustín Álvarez, que recibió, enganchó y remató con toda la intención en una pelota que finalmente fue desviada al córner al lado del palo, Peñarol no pudo conformar situaciones de gol y fue recurriendo a figuras repetidas en caso de emergencia, como que un zaguero se instale de centrodelantero a ver si le emboca algún cabezazo, si le tiran algún centro.
No pasó y Deportivo Maldonado, con el golazo de Federico Ramos, ganó muy bien y frenó a Peñarol.