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Esteban da Silva, de Cerrito, durante el partido ante Rentistas, el 24 de marzo, en el Complejo Rentistas.

Foto: Camilo dos Santos

Rentistas y Cerrito empataron 0–0 en el Competencia de la B

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El clásico del barrio jugado lejos del lugar que los vio nacer.

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Iniciando la cuarta fecha del campeonato Competencia de la B, la Segunda División Profesional, Rentistas y Cerrito empataron 0–0 por la Serie B en el primer clásico nocturno que se juega en el Complejo Rentistas.

El equipo del club rojo fundado por Esteban Marino fue ligeramente superior al del auriverde fundado por Esteban Marino, que, sin embargo, estuvo a punto de ganar en una controvertida acción en la que la pelota fue sacada en la línea. Así lo hubiera visto el árbitro internacional Esteban Marino.

Foto: Camilo dos Santos

Los colores de la vida

Cuántas cosa ha escrito la historia desde aquel caluroso octubre de 1929, cuando el Turco Esteban Marino, que quería ser centerforward como Perucho Petrone, como Nenín Anselmo, decidió en los hechos, con otros botijas, que quería tener un cuadro de verdad, un cuadro que representara al barrio, y allá salieron a conseguir esa tela amarilla y aquella verde para vestir al naciente Sportivo Cerrito.

Cuántas cosas pasaron poco más de tres años después, en marzo del 1933, cuando otra vez el Turco Esteban Marino, aquel que quería ser el centerforward de Cerrito, decidió irse de su propio club para fundar otro club propio al que, con ironía, le terminaron poniendo Rentistas porque, en medio de la refriega y la discusión que condujo a la secesión, les dijeron: “Ustedes no trabajan”, y estos, de vivos, les contestaron: “No, porque nosotros vivimos de rentas, somos unos rentistas”.

Cuántas historias se perdieron de aquellos tiempos de la Liga Centenario, para después cruzarse en la Intermedia en la Asociación Uruguaya de Fútbol y en la B, y en la A, y en su cancha, y tantas cosas.

Otra historia

Ahora la historia escribió el capítulo del primer nocturno en la cancha de uno de ellos. Fue lejos, lejísimos, a casi 15 kilómetros de donde todo empezó, en el corazón del Cerrito, de donde la escisión del propio fundador hizo de aquel nombre hijo de la ironía el nombre de un campeón de la A y participante en la Libertadores.

Este es otro momento. Hay otras historias, pero la gente sigue estando. Pocos o muchos están ahí. Esas centenas del Cerri, estos del Renta.

No son pocas las veces que la escisión de un club genera un par de parecidas características, con gente que una vez fue común pero que después, pasados los años, pasadas las décadas, se transforma en los más grandes antagonistas. Aquellos amigos nunca fueron enemigos, pero los de ahora, muchas décadas después, no lo saben y creen que el de enfrente es su odiado enemigo.

Son pocas las veces que un mismo individuo funda, en un término de cuatro años, dos clubes. Y de los dos, por oferta del negocio familiar, es el creador de las camisetas y, por lo tanto, de los colores de los hoy clásicos rivales. El Turco fundó y jugó por Cerrito, fundó y jugó por Rentistas, y después se convirtió en uno de los más famosos árbitros uruguayos, destacado mundialista.

El Turco nunca llegó a ver a sus clubes rivales y hermanos en un clásico en un partido nocturno, en césped artificial y televisado, allá lejos del viejo negocio de los turcos donde había tela para vestir cuadros.

Ahora los dos juegan por la B, tienen otros dueños, gente que pone la teca con token, tiene convenios y jugadores que viene de otros lados. Pero sigue siendo el clásico con todo el color.

Ahora es todo sintético

Rentistas, sobre todo en la primera parte, estuvo cerca del arco contrario, de la diferencia y de un juego adecuado sostenido por el muy buen desempeño de los juveniles que llegaron en convenio desde Nacional junto con el director técnico Joaquín Papa –el jueves jugaron seis de los ocho-. Pero, además, el goleador de las divisionales juveniles de Defensor Sporting, Maximiliano Juambeltz, el crack rochense Fabricio Fernández, que llegó de Progreso, y la vuelta del capitán Andrés Rodales, el que levantó la copa del Apertura 2020.

Tuvo varias el local, pero Cerrito, con un equipo casi nuevo, también aguantó a pie firme. En los primeros 45 minutos, el equipo dirigido por Roland Marcenaro no pudo generar juego asociado, ni siquiera pases largos en el extremo opuesto de su cancha, cosa que con un poco más de acierto o un poco menos de presencia de su antagonista, sí pudo en el complemento.

Fue el primer partido de los por lo menos tres que jugarán en la temporada, ya que podrá haber uno o dos más si llegaran a una final o a enfrentarse en uno de los cruces de play off, y el que por ahora sigue dejando a Rentistas liderando la serie después de haber ganado dos veces y empatado otras tantas. Además, le dio a Cerrito el primer punto del torneo después de dos derrotas en fila.

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