Athletico Paranaense superó 1-0 a Danubio por la tercera fecha de la Copa Sudamericana y quedó con puntaje perfecto en el grupo E. La franja no modificó las cuatro unidades que lo mantienen en el segundo lugar, a la espera de lo que suceda más tarde cuando se enfrenten Sportivo Ameliano –que tiene un punto– y Rayo Zuliano –que todavía no sumó–.
Noche de copas
El parque Batlle se colmó de hinchas de Danubio y de Paranaense. La Copa Sudamericana une países: reúne grupos de personas que saben del placer de deleitarse con un partido de fútbol y que van tras él con el objetivo de ver brillar al club de sus amores en una cancha, meta simple y complicada a la vez.
En esta ocasión, los del furacão tuvieron la fiesta perfecta: volvieron a tierras paranaenses con la dignidad de haberlo conseguido. Los de la franja sintieron la derrota, aunque podrán quedarse con lo positivo de, por momentos, haber podido pelearle de igual a igual a un equipo que compite arriba en Brasil.
A Danubio le faltó creatividad en el ataque, más allá de que tuvo un rendimiento aceptable y evitó que un rival que lo supera en todos los aspectos extrafutbolísticos lo venciera por más de un gol.
Lo próximo para los dirigidos por Apud es el encuentro ante Sportivo Ameliano el martes 7 de mayo en condición de visitante, mientras que para los de Cuca es el duelo con Rayo Zuliano el miércoles 8.
El mano a mano
Lo que sucedió al comienzo del duelo no sorprendió a nadie: Paranaense tenía la pelota. La visita no podía hacer mucho porque los de la Curva de Maroñas controlaban bien el juego del rival y el partido transcurría en la mitad de la cancha del gran recinto del fútbol mundial.
Los de Cuca medían al rival buscando por dónde entrarle. Lo intentaban por afuera con Julimar la por izquierda y con Canobbio por la derecha, pero los de Alejandro Apud tenían una buena distribución.
Así, el local fue creciendo y empezó a encontrar los espacios para avanzar hacia el área rival, armando buenas jugadas colectivas, pero las desperdiciaba frente al arco porque le faltaba contundencia y porque la línea final de Paranaense no tenía ningún punto bajo.
Mientras el director técnico danubiano alentaba a sus jugadores y Emiliano Ancheta perdía una clara chance frente al arco, Paranaense, sin exigirse demasiado, abrió la cuenta. Madson puso el único gol de la noche tras un centro que Zapelli mandó desde el tiro de esquina.
Tras el gol, los de Jardines del Hipódromo no se achicaron, pero a esa altura del partido tenían más actitud que juego porque el rival –que ya estaba mejor posicionado– se levantó con el tanto y continuó luciéndose en la cancha, con superioridad física y mejores ideas, aunque sin contundencia, la causa por la que no llegaron más goles.
En los minutos finales de la primera parte se produjo la mejor jugada de Danubio, con una llegada en bloque con la que lograron el acercamiento más profundo. Después Danubio no tuvo más jugadas de gran peligro y desperdició las chances de pelota quieta que aparecieron.
El complemento continuó en esa tónica: Paranaense imponiendo condiciones y Danubio sin poder destacarse.
El 1-0 en el marcador nunca se modificó, y eso se notó en las acciones de los entrenadores. Ambos estuvieron muy activos durante todo el segundo tiempo: Apud intentando la mejor estrategia para conseguir el empate en primer lugar; Cuca buscando desesperadamente un gol que le diera tranquilidad. Llegó el pitazo final y los de Curitiba suspiraron de alivio y manifestaron la emoción más sincera: la que proviene del grito de gol.