Peñarol y Olimpia igualaron 0-0 en el estadio Defensores del Chaco. Para los paraguayos fue el primer punto en la fase de grupos, mientras que el carbonero suma cuatro y quedaron a dos de los rivales que lideran la zona. San Antonio Bulo Bulo le ganó a Vélez Sarsfield 2-1 y ambos tienen seis unidades.
El partido tuvo un primer tiempo muy malo y un segundo en el que el espectáculo levantó. El carbonero tuvo su chance inmejorable en un penal que remató Leonardo Fernández, pero se lo atajó de forma notable Lucas Verza.
Ignacio Sosa fue el mejor de Peñarol: se comió la mitad de la cancha y avanzó con el balón cada vez que pudo. Además, fue un buen encuentro de Martín Campaña, que tuvo intervenciones importantes. El aurinegro sigue en carrera, los encuentros de local marcarán su destino.
La histórica Copa Libertadores
En el imaginario popular en torno a este torneo sobrevuela un estilo de partidos de fútbol que, aunque cada vez se ven menos, suelen ser considerados la regla al referirse al certamen continental más importante de América del Sur.
Ahora es todo más dinámico, la pelota va por el suelo, las canchas están lindas, los equipos salen tocando de abajo, se mide cuánto corrió cada futbolista y se pueden seguir sumando apartados que se divisan en la actualidad.
El primer tiempo entre Olimpia y Peñarol no tuvo absolutamente nada de eso. Hubo mucho de lo que alguna vez fue la Copa Libertadores o de lo que se cuenta en los libros. Anécdotas que sobrevuelan el aire futbolero y que se toman como ciertas sin tener en cuenta que puede haber exageraciones en el relato.
Peñarol jugó cerca del arco de Martín Campaña y no se apartó de ese plan, revoleando cuanta pelota anduvo suelta por las cercanías del área. Prácticamente no apeló a la posesión del balón, buscó ser directo, con más pena que gloria. La única fue en el inicio, cuando Leonardo Fernández frotó la zurda y habilitó a Jaime Báez, que entró por la izquierda y remató cruzado y débil en la única incidencia que podría catalogarse como peligrosa.
Olimpia envió centros desde cada pan de pasto del Defensores del Chacho, pero pocas veces pudo ganarle por arriba a la defensa mirasol. También utilizó la otra receta cuando el rival se cierra a defender: el remate de media distancia, pero siempre encontró bien parado a Martín Campaña.
Hubo 21 faltas y se jugaron poco más de 20 minutos en tiempo objetivo. Números que marcan a las claras lo que fue el primer tiempo, hasta para el que no lo vio. Obviamente, terminó 0-0.
Mejoró el espectáculo pero no cambió el resultado
Para el segundo tiempo Peñarol se paró varios metros más adelante, habiendo identificado que podía dañar a un rival que había mostrado poco y que no había necesidad de poner en peligro su arco jugando tan cerca de Campaña.
Los cambios fueron evidentes. Maximiliano Silvera entró más en juego y fue vital: se convirtió en un problema sin solución para la defensa rival, sobre todo para Lisandro López, que nunca pudo frenarlo. Al ex Cerrito le cometieron un penal que lanzó Fernández, pero no pudo convertir gracias a una enorme atajada de Verza, que voló hacia su izquierda y sacó la mano para desviar al córner.
Peñarol tuvo otra de Silvera, que giró pero le dio desviado, y un contragolpe de cuatro contra uno que, insólitamente, manejaron muy mal entre Fernández y Báez y terminó en un tiro débil para el golero rival.
En el final pudo ganar Olimpia, pero Campaña respondió bien cada vez que tuvo que actuar. Derlis González erró un gol insólito en el epílogo, solo en el área chica: le terminó pegando con la canilla y la pelota se perdió afuera. Si entraba, el VAR iba a tener que actuar, ya que su posición era dudosa.
El empate fue justo para un espectáculo que fue de menos a más. El resultado le sirve más a Peñarol, que está a dos puntos de los líderes.