El comportamiento del sector de servicios turísticos en Uruguay se ha visto notablemente afectado por la irrupción de la pandemia de la covid-19, con la consiguiente declaración del estado de emergencia sanitaria decretado por el gobierno a mediados de marzo de 2020.
A partir de esa fecha, las actividades directamente relacionadas con los servicios turísticos se redujeron a una mínima expresión, al igual que ocurrió en la mayoría de los países. En la actualidad, y a pesar del importante avance del programa de vacunación, la movilidad internacional de personas se encuentra todavía distorsionada.
El impacto de la pandemia implicó un duro golpe para las agencias de viaje, las empresas de transporte aéreo, marítimo y fluvial, los hoteles y servicios de alojamiento para visitantes extranjeros, los restaurantes y los locales de esparcimiento, actividades que se encuentran estrechamente relacionados con el turismo receptivo en Uruguay (aquellas personas que ingresan del exterior a hacer turismo en nuestro país).
Desde el punto de vista macroeconómico, la abrupta caída de la actividad de los servicios turísticos impactó fuertemente sobre el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos. Los datos disponibles al segundo trimestre del año muestran un resultado deficitario en el trimestre y en el acumulado de los 12 meses, registrándose un déficit del orden de 2% del PIB para el último año móvil. De hecho, la falta de la contribución del rubro viajes, tradicionalmente superavitario (mayores ingresos por turismo receptivo que egresos por salida de uruguayos) puede considerarse como el principal factor explicativo del deterioro del saldo de la cuenta corriente de Uruguay.
Desde principios de noviembre, turistas de todo el mundo con inmunización completa pueden ingresar a Uruguay, aunque persisten algunas restricciones sanitarias, por lo que para Uruguay la próxima temporada de verano será probablemente atípica.
La apertura de las fronteras que restablece el ingreso de visitantes provenientes de Argentina y Brasil ha sido interpretada por los operadores turísticos como una noticia alentadora. No obstante, aún existe incertidumbre respecto de la forma en que se comportarán los flujos de turismo receptivo y emisor.
En las actuales circunstancias, no es aconsejable la utilización de forma mecánica de los modelos estadístico econométricos de Cinve para proyectar los flujos de visitantes provenientes del exterior y las salidas de residentes hacia otros países. Es esperable que la pandemia de la covid-19 haya modificado la conducta de los turistas, tanto del turismo receptivo, como la de los uruguayos residentes que viajan al exterior (turismo emisivo), y de aquellos uruguayos que realizan turismo interno.
Si se pretende realizar una primera aproximación a las proyecciones del turismo receptivo y emisor en la próxima temporada es preciso considerar además la situación actual de los precios relativos de Uruguay respecto a Argentina y Brasil, y los niveles del ingreso disponible en los países, comparándolos con la situación prepandemia (entre diciembre de 2019 y marzo de 2020). La elaboración de las proyecciones incorpora que existe un importante número de argentinos y brasileños que son propietarios de viviendas en la zona este del país. En el caso de los argentinos, la evidencia anecdótica indica que esta cifra se habría ampliado durante 2020 y 2021, aunque todavía no se dispone de información confiable que permita evaluar el efecto de este fenómeno sobre el turismo receptivo.
Los niveles de incertidumbre de los pronósticos elaborados por Cinve que se exponen a continuación incorporan inevitablemente la influencia de este último factor, así como los cambios en las conductas de los turistas como resultado de la pandemia, que pueden incorporar algún efecto en las variables relevantes registrado entre 2019 y la declaración de la emergencia sanitaria.
El período de referencia seleccionado, que puede considerarse como la última temporada sin restricciones de movilidad regional, es el período comprendido entre diciembre de 2019 y febrero de 2020.
En este contexto, Cinve proyecta que durante la temporada 2021-2022 el número de turistas argentinos que ingresen a Uruguay se reduciría 26%, en tanto que la merma en la cantidad de visitantes brasileños sería algo menor, situándose en 16%; en ambos casos respecto al período prepandemia. El principal factor explicativo de las caídas proyectadas en los flujos de turismo receptivo es que Uruguay está caro respecto de los países vecinos, muy especialmente en relación con Argentina.
El retorno a una situación próxima a la “libre movilidad”, implicaría, por otro lado, un incentivo para que los uruguayos viajen al exterior, especialmente a Argentina y a Brasil durante el primer trimestre de 2022, ya sea al inicio o durante la temporada de verano.
Para la consideración de los flujos de turismo emisor hacia los países vecinos se dispone sólo de datos trimestrales, por lo que las proyecciones corresponden a la comparación de las salidas desde nuestro país entre enero y marzo de 2022, respecto de los registros correspondientes al primer trimestre de 2019. Nuestras proyecciones indican un incremento esperado de la cantidad de uruguayos que viajarían a Argentina, que se ubicaría en 37% (que, en promedio, son casi tres veces más que los uruguayos que visitan Brasil en los primeros tres meses del año), en tanto que los uruguayos que podrían elegir Brasil como el destino de sus vacaciones de verano sería 26% superior respecto al mismo período de 2019. Estas proyecciones asumen que no se tendrán restricciones significativas para el desplazamiento por las fronteras nacionales.
La evaluación de la apertura de fronteras desde el punto de vista macroeconómico presenta elevados niveles de incertidumbre y depende de la capacidad de gasto de los turistas que ingresan y salen del país, pero lo más probable es que el efecto neto represente un aporte positivo en el nivel de actividad, y también contribuya positivamente al mejoramiento del saldo de la balanza de servicios, comparando con la situación imperante en 2019.
Las proyecciones de Cinve indican que es esperable que el ingreso de turistas de origen argentino sea mayor que la salida de uruguayos hacia Argentina: la diferencia entre el número de ingresos y salidas representaría, no obstante, apenas 27% del saldo neto que se registró en 2019. Aunque este saldo sería positivo, su magnitud sería sustancialmente menor al registrado durante el primer trimestre de 2019. Por su parte, la diferencia entre la entrada de turistas brasileños a nuestro país y la salida de uruguayos hacia Brasil sería virtualmente nula.
Es probable que el “turismo interno”, que jugó un papel importante en la temporada 2020 en un contexto de restricción a la movilidad fuera de fronteras, no sea un factor expansivo en la próxima temporada, en parte porque la apertura de fronteras incentivaría el flujo de uruguayos hacia el exterior.
Finalmente, las dificultades económicas derivadas de las pérdidas de empleo y la caída de los ingresos reales de las familias podrían desestimular el turismo de uruguayos, tanto interno como hacia el exterior, aunque este factor tendría una incidencia menor en el cuadro general.