Las criptomonedas han estado en auge durante los últimos años y desde este suplemento hemos intentado cubrir el fenómeno, desmitificando algunos aspectos, desnudando los riesgos, abordando los hitos más importantes y, sobre todo, tratando de explicar su potencialidad para mejorar nuestras vidas.
Con el mismo espíritu, la intención de esta columna es presentar a las personas detrás de las criptomonedas, trazar un pequeño mapa para ir descubriendo un ecosistema nuevo que continúa floreciendo en nuestro país, desde los mineros hasta los artistas, desde los exchanges —casas de cambio— hasta los aficionados.
La minería, junto a Gonzalo Lombardi
Gonzalo Lombardi tiene 26 años, es de Montevideo y trabaja hace cuatro años en la empresa Globant. Además, tiene un rig de minería de Ethereum, es decir, “presta” su poder de cómputo a través de tarjetas gráficas para validar transacciones en Ethereum, obteniendo su recompensa en Ether, la moneda del protocolo.
¿Cómo te metiste en el mundo cripto?
Tenía esa idea en la cabeza desde los 16 o 17 años. Desde entonces sabía que existían, pero no cómo funcionaban o qué podía hacer con ellas. Aprendí que se minaban e intenté minar sin éxito bitcoins. Posteriormente, hace como tres años, un amigo me impulsó a reintentarlo, porque tenía una tarjeta gráfica muy buena que podía utilizar a esos efectos.
¿Cómo te fue?
Yo tenía la idea de que se minaba con muchísimas gráficas, pero me sorprendió saber que con la que tenía (una RTX2070) podía hacerlo. Me puse a estudiar tutoriales y me largué a hacerlo. Por suerte, funcionó.
¿Qué moneda minabas?
Siempre usé el mismo algoritmo para minar Ether, porque era lo más común y lo más rentable. En ese momento mi tarjeta gráfica minaba alrededor de 0,02 ETH por mes, es decir, cerca de 100 dólares. Esto me motivó porque parecía que podía ser rentable, teniendo en cuenta, obviamente, el costo de la tarjeta gráfica y de la luz
¿Y fue rentable al final?
Si ahora vendiera todo el Ether que miné, recuperaría todo el dinero invertido. En ese sentido, me resultó rentable y no me aumentó demasiado el costo de la luz. Concretamente, al precio actual de Ether estoy ganando alrededor de 170 dólares por mes (0.057 ETH, aproximadamente).
La compraventa y el P2P —peer to peer— con Juan Becerra, de Criptala
Criptala es una startup joven, creada hace alrededor de un año y medio, que se dedica a la compraventa de criptomonedas. Su objetivo es ser una “casa de cambio” que le aporte “confiabilidad” al mundo cripto y que pueda acercar a un público menos especializado con una propuesta que prioriza la facilidad y la cercanía al usuario.
¿Cuál es el foco de Criptala?
El núcleo de nuestra empresa es la intermediación, compraventa, con una capa de asesoramiento. También tenemos algunos productos asociados, como hardware wallets, donde trabajamos con Trezor y Ledger.
¿Trabajan con negocios o solamente con particulares?
Buscamos impulsar la circulación de las cripto generando asociaciones con comercios para que las acepten como medio de pago; nosotros les proveemos liquidez y soporte tecnológico, facilitándoles la vida lo más posible a través de QRs y otros métodos. Mientras mayor sea la circulación y mayor el crecimiento del ecosistema, más nos sirve. Intermediar entre personas y empresas nos permite explicar que este mundo existe y que, a pesar de ser nuevo, está creciendo. Por ejemplo, tenemos clientes que son uruguayos y que cobran su sueldo íntegramente en criptomonedas. Entonces lo que hacemos es promover este sistema entre los comercios, ofreciéndoles un método de pago adicional que puede ser útil para captar parte de este nuevo mercado.
¿Qué volumen están moviendo actualmente?
Tenemos unas 30 transacciones diarias en promedio, con un monto promedio por transacción cercano a los 1.500 dólares.
¿Y cuántos usuarios tienen?
Tenemos muchos usuarios que transaccionan múltiples veces, como desarrolladores que cobran en cripto y precisan liquidez todos los meses. Después tenemos personas. Estamos llegando a los 1500 clientes en nuestra base, con la gran mayoría haciendo múltiples transacciones con nosotros.
Vivir de los NFT, con Cichero.
Richard Silvera, también conocido como “Cichero”, es un artista digital uruguayo con más de diez años de experiencia. Está radicado en Punta del Este y aprovechó la irrupción de la pandemia, y su conocimiento previo sobre tecnología, para dar el salto y empezar a vender su obra como NFT —formato digital— con excelentes resultados.
¿Cómo te metiste en este mundo?
Empecé en 2017, cuando el bitcoin andaba por los 3.000 dólares. Vengo del palo tecnológico, de hacer aplicaciones, entonces estaba bastante ducho en este ambiente.
¿Cuál fue tu reacción?
Como todo uruguayo desconfié, pensaba que era una tramoya, porque no podía creer que hubiera gente haciendo dinero de esa manera. Luego empecé a entender la tecnología que estaba por detrás, el blockchain, y eso fue lo que me atrapó. Fue ahí que compré bitcoin por primera vez, allá por junio de 2017.
¿Y cómo llegaste a los NFT?
Descubrí Ethereum luego de entrar en bitcoin, y me topé primero con los CryptoPunks, que fue lo que me hizo conocer la tecnología de los NFT. Me encantó porque mezclaba los dos mundos que a mí me gustan: el arte y el blockchain. Fue a partir de eso que encontré una veta para emprender y profesionalizarme.
¿Cuándo creas tu primer NFT y cómo le va?
Empecé con las obras en agosto de 2020 y las comencé a subir durante noviembre de ese año. En aquel momento, las colecciones del top diario de ventas mundial se vendían en alrededor de 1.000 dólares, que para mí era una locura en ese entonces. Para tener una idea, hoy en día el top diario de ventas está en un millón de dólares más o menos, así que evolucionó muchísimo.
En esos primeros intentos la verdad es que no vendí nada. Me desanimé, pero no desistí. Empecé a estudiar el mercado y a investigar en profundidad. La clave pasaba por trabajar mi marca y, en lugar de sacar piezas únicas, crear una colección original. Me pareció que lo que faltaba, por ese entonces, era el concepto de “comida digital”; nadie lo estaba haciendo en aquel momento. Se me ocurrió que una comida atractiva para los ojos era el Sushi, y que eso lo podía plasmar en 3D para darle atractivo. Fue de ahí que salió CryptoSushi. Empecé a hacer uno diariamente y a venderlo al otro día.
Para ser sincero, con la pandemia estaba en quiebra. Tenía seis meses sin trabajar y estaba en la lona, con mucho conocimiento, pero sin ingresos. En ese contexto, el primer CryptoSushi me lo compró una chica argentina, que no conocía. Luego ella me ayudó a generar contactos para difundir lo que publicaba en redes sociales. Eso hizo que mi obra llegara a más coleccionistas y a partir de ahí cambió todo; CryptoSushi cambió todo.
Entiendo que generaste una relación especial con uno de tus coleccionistas.
Sí. Una persona me escribió un día por privado y me dijo que le encantaba el significado de estas obras y que quería comprar varias piezas. Le terminé vendiendo un paquete de pequeñas esculturas a 107.000 dólares. Esta persona luego me contó que además del mensaje y el concepto, lo que lo atrajo fue el hecho de que él no podía ver bien los colores por una enfermedad, pero que justo los colores de las esculturas (blanco, negro y dorado) son los que puede ver correctamente. Eso lo vinculó de forma mucho más profunda con la obra.
¿Qué cambia para los artistas la tecnología NFT?
Primero que nada, los materiales. En el mundo físico hay un gasto de materiales muy importante que no existe con los NFT. La segunda gran diferencia es la reventa, ya que de forma automática se pueden cobrar regalías con cada reventa; eso es algo de otro mundo. Además, las regalías son de por vida, y no hay galerías ni intermediarios. Por último, la velocidad de crecimiento: considero que un año en esta tecnología son como 10 años para el arte tradicional. Lo que logré en un año en el mundo digital puede tardar entre 10 y 15 años en el mundo del arte tradicional.
El mate en NFT y los servicios de Uruguay al mundo, con Andrés Vogler.
¿Cuál es tu trayectoria y cómo llegas al universo cripto?
Trabajé siete años como CTO —Chief Technology Officer— en una empresa de software y luego me agarró la locura, renuncié y abrí una agencia de viajes, ya que esa era mi pasión. En 2019 abrimos los pagos con criptomonedas en la agencia para facilitarle el pago a los argentinos. Luego vino la pandemia y la agencia cerró, pero ahora estamos reactivando. En esos dos años fue que me metí de lleno en el ecosistema.
¿Y cuándo empezaste con los NFT en particular?
En julio de 2021 empezamos a proyectar la creación de un proyecto. Por un lado, nos servía como aprendizaje y, por el otro, nos movía la oportunidad de crear algo en español que fuera lo más sencillo posible para todos los usuarios. En base a esa idea fue que llegamos al mate, ya que nos preguntamos: ¿qué elemento genera más comunidad que un mate? Es así que nace YerbaMate NFT.
Luego hicimos una expansión en base a gauchos, que se llama GauchoPower, y es un complemento a los mates. Pero la idea siempre fue esa: un proyecto en español, enfocado a nuestra región y que baje las barreras para entrar al mundo cripto a través de los NFT, que es una de las maneras más sencillas. Por eso, entre otras cosas, implementamos la posibilidad de pago con tarjeta de crédito hace alrededor de un mes y medio.
¿Cómo le fue al proyecto?
El proyecto va dentro de lo esperado, siendo que la comunidad no está todavía madura y que sigue siendo muy de nicho el asunto. Aun así, llevamos vendidos entre el 30% y el 40% de la colección, que es de un total de 3.000 mates. Ahora seguimos potenciando el proyecto, armando descuentos con empresas para los dueños de mates y demás.
¿Por qué eligieron la blockchain de Solana para su proyecto?
Eso fue lo más difícil, primero habíamos pensado hacer todo en Ethereum, pero luego nos dimos cuenta que los costos de transacción eran una gran barrera. Las soluciones de Layer 2 eran todavía muy jóvenes y algunas fallaban. Por eso, y por la facilidad de las wallets de Solana, optamos por utilizar esa blockchain.
¿Cómo evalúas el ecosistema local?
Me quedé sorprendido de lo rápido que está creciendo. Me da la sensación de que no hemos avanzado mucho en DeFi, como lo ha hecho Argentina, sino que hemos desarrollado más el área artística y de servicios.
Glosario Incrypto
CryptoPunks. Uno de los primeros tokens no fungibles (NFT) en la blockchain de Ethereum. Son 10.000 personajes coleccionables únicos cuya autenticidad está respaldada por criptografía.
Ethereum. Blockchain “Prueba de Trabajo (PoW)”, cuyo mecanismo de consenso se basa en la minería para crear nuevas monedas y asegurar la red.
Minería. Proceso mediante el cual se procesan transacciones de criptomonedas y se validan dentro del blockchain. Minar criptomonedas requiere tarjetas gráficas, dado que es un proceso que insume poder computacional.
Solana. Blockchain que compite con Ethereum y que, al ser más centralizado, tiene menores tarifas.
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