La inminencia del balotaje que definirá si la ciudadanía renueva la confianza en la coalición o devuelve el gobierno al Frente Amplio (FA) reabrió el debate sobre la seguridad social e instaló una nueva pulseada entre oficialismo y oposición.
Antonio Elías fue uno de los economistas que defendieron el plebiscito sobre la seguridad social, que no alcanzó los votos necesarios. En diálogo con la diaria, el especialista señaló que la propuesta programática del FA “es claramente consistente y compatible con lo que se propuso en el plebiscito”, sólo que propone hacerlo desde un diálogo social amplio y una reforma “progresiva” e “integral”. “Una de las diferencias fundamentales que había era el método, si era por reforma constitucional. El planteo del FA era llevarlo adelante a través de un diálogo social y de un cambio de leyes, pero, en definitiva, los objetivos son los mismos”, explicó.
Elías, que fue asesor de la comisión “Afirmá tus derechos”, resaltó que no existe ninguna incompatibilidad con el resultado del plebiscito, dado que en esta ocasión se propone llevar adelante los cambios a través de la ley y de un “diálogo social amplio” y una “reforma legislativa integral”. La propuesta incluye la eliminación de las AFAP, la jubilación a los 60 años y un enfoque basado en la “equidad, solidaridad y sostenibilidad”, agregó. El economista subrayó que el programa del FA prioriza los valores promovidos en el plebiscito, pero con un enfoque legislativo y no constitucional. Además, propone garantizar el acceso a la jubilación a los 60 años, manteniendo incentivos para quienes deseen seguir trabajando.
“Por lo tanto, es claramente consistente y compatible con lo que se propuso en el plebiscito, por lo que suponemos que si gana el FA estarán dadas las condiciones para llevar adelante esta iniciativa, en tanto las leyes de la seguridad social son privativas del Poder Ejecutivo, que contaría con mayoría en el Senado, por supuesto, en el marco previo de un diálogo social”, agregó.
Para el entrevistado, la eliminación de las AFAP y la reestructuración de las cajas jubilatorias contribuirían a un sistema más equitativo en el que quienes tienen más aporten más, en línea con los principios de justicia social.
En ese sentido, rechaza las críticas que acusan al FA de ignorar el resultado del plebiscito. “Esto ya estaba previsto en nuestro programa y se plantea como una alternativa integral y progresiva frente a la Ley 20.130 aprobada por el actual gobierno”, señaló. También cuestionó las críticas de instituciones como Ceres, que desaconsejan reabrir el debate sobre la seguridad social, y defendió que el programa frenteamplista cuenta con el respaldo de la izquierda y las principales organizaciones sociales del país.
El plebiscito obtuvo una votación del 40%. ¿Están evaluando plantear alguna otra propuesta, a pesar de que no haya salido?
No es necesario hacer otra propuesta porque en el programa del FA ya está estipulada la parte fundamental de lo que se planteaba en el plebiscito en cuanto a equidad social, igualdad de derechos, distribución y necesidad de ampliar la cobertura de la seguridad social. El programa del FA, en la página 41, ratifica en todos sus términos el documento aprobado por unanimidad en el plenario nacional del 14 de octubre de 2023, que contiene las bases del diálogo de seguridad social. Ahí se plantean temas centrales, iguales a los que están establecidos como concepción en el plebiscito, un derecho humano fundamental basado en los principios de universalidad, solidaridad, equidad, integralidad, sostenibilidad, participación social y cobertura, así como transparencia.
Después, las bases programáticas dicen que el diálogo social que se propone busca una reforma integral como respuesta a la ley regresiva aprobada por el gobierno y no en contraposición con el proceso de reforma constitucional promovido por organizaciones sociales y políticas. O sea que el FA tenía previsto, antes del resultado del plebiscito y no contra este, hacer una reforma de la seguridad social contraria a la Ley 20.130, impulsada por el gobierno, que ha cuestionado en todo momento. Por tanto, no es que va a tener que hacer un cambio ni desoír la opinión popular como señala algún político.
¿Qué aspectos promueven las bases programáticas del FA?
Dicen que se deberán generar las condiciones para el acceso a la jubilación a los 60 años, manteniendo los estímulos y la capacitación necesaria para que quienes quieran seguir trabajando puedan hacerlo. Los 60 años de edad están en el programa del FA. El tema de la eliminación de las AFAP también está presente de forma muy clara. En el programa se dice que hay que impulsar un sistema de seguridad social con tres pilares: solidario no contributivo, de reparto intergeneracional contributivo y de ahorro no lucrativo, y en modalidades consistentes con el marco constitucional vigente.
También habla del tema de ingresos. A los 60 años, considerar la conformación de un sólido pilar básico solidario que garantice la cobertura universal a través del subsidio para las personas de menores ingresos. Este pilar debe estar complementado por un objetivo principal, que es de ahorro no lucrativo capitalizado, y con un rol fundamental del Estado en su administración, supervisión y organización.
¿Cuál es entonces la principal diferencia entre el plebiscito y las bases programáticas del FA?
Una de las diferencias fundamentales que había era el método, porque el plebiscito planteó que fuera a través de una reforma constitucional. El planteo del FA, en cambio, era llevarlo adelante a través de un diálogo social y de un cambio de ley, pero los objetivos son los mismos. Otra de las diferencias es que el FA no se plantea un aumento inmediato de las pasividades mínimas para equiparar el salario mínimo; el aumento se hará en forma progresiva. Con lo establecido por el FA, va a haber una organización pública sin fines de lucro que cumpla un rol similar al de las AFAP.
¿Cuál sería la diferencia fundamental a su criterio?
El FA se comprometió a llamar a un diálogo social, esa es una de las diferencias fundamentales de la propuesta programática. Según dice el programa, entre las primeras medidas del gobierno hay que conformar un amplio, democrático y genuino diálogo social entre organizaciones políticas, representativas y conjuntas de la sociedad, a fin de procurar los mayores acuerdos posibles.
Desde mi punto de vista, esto es claramente consistente y compatible con lo que se propuso en el plebiscito, y suponemos que si gana el FA estarán las condiciones para aprobar una nueva ley de seguridad social para aplicar el programa, porque tendría la iniciativa en el Ejecutivo y la mayoría en el Senado para que se puedan aprobar esas leyes, por supuesto, en el marco previo de un diálogo social.
¿Qué temas deberían tratarse en ese diálogo social para atender la cuestión del déficit fiscal? ¿Se analiza tomar acciones en otras cajas, como la militar?
Se deberían revisar todas las cajas jubilatorias y reformarlas en base al acceso igualitario a la seguridad social. Eso va a provocar sin duda ahorros en algunos lugares importantes, como es el caso del servicio de retiros de las Fuerzas Armadas, que tiene enormes privilegios respecto a los demás pasivos. La eliminación del lucro en el sistema de seguridad social reducirá sustancialmente el déficit del Banco de Previsión Social.
Hace unas semanas la consultora Ceres llamó a no reabrir el debate sobre el tema, ¿qué piensa sobre esa posición?
Pienso que cualquiera puede opinar sobre lo que le parezca, pero el programa del FA fue aprobado por todas las fuerzas políticas de la izquierda. El propósito del plebiscito fue aprobado y llevado adelante por las organizaciones sociales más importantes de este país. Así que Ceres podrá decir lo que le parezca y está en su derecho. Nosotros nos manejamos con lo que impulsamos en el plebiscito y tenemos casi un millón de votos que lo respaldan. De todas formas, la propuesta programática del FA es una reforma integral cuyas características se definirán en el diálogo social y, por tanto, habrá que costearla cuando se elabore.
El Partido Nacional también habló sobre el tema y advirtió que sería una trampa antidemocrática de Orsi si no acata el resultado del plebiscito. ¿Qué piensa sobre esto?
Pienso que de ninguna manera estaría Orsi trampeando nada. Eso ya está previsto en el programa desde antes del plebiscito, y lo que se plebiscitó fue fijar en la Constitución tres puntos que se tomaban como tema precautorio. En cambio, el FA propone una reforma integral de la legislación en su programa. Además, un 40% de la población respaldó el plebiscito, y de ese porcentaje 70% fueron frenteamplistas. Hay 33.000 personas que votaron por el Sí y no votaron por ningún partido. Creo que la obligación del FA es llevar adelante su programa, con lo cual no se está violando ningún planteo constitucional.
Durante la discusión sobre el plebiscito, muchas veces se planteó una dicotomía con las políticas destinadas a la primera infancia. ¿Es una falsa dicotomía?
Sí, porque el tema no es redistribuir entre pobres. La redistribución debe ser desde los que tienen más hacia los que tienen menos. Si, por ejemplo, se permite que todos los trabajadores que lo deseen se puedan retirar de las AFAP, esos aportes volverían al BPS, por lo que se generaría un excedente de recursos importante allí. Esto permitiría reducir o eliminar la asistencia financiera de 500 millones de dólares. Por lo tanto, si se hiciera esta reforma, se liberarían recursos del Estado para atender los problemas de la niñez y la adolescencia.
¿Entonces considera que sería clave un diálogo social que implique reformas en el sistema jubilatorio para que se puedan destinar nuevas políticas a la primera infancia?
El programa de FA dice: revisar integralmente el sistema de financiación de la seguridad social, en particular las inequidades en los aportes, siempre bajo la premisa de que aporten más quienes tienen más. En este momento los aportes de industria y comercio son la mitad de los de los trabajadores, el sector agropecuario no llega al 2%, y hay una cantidad de formas de financiarlo; o sea, no creemos que ese sea el problema, pero el FA tiene en su programa planteos sobre cambios tributarios favorables a un proceso de desarrollo productivo y social.
Estimo que este proceso será gradual y ajustado. No se debería contraponer lo que los inversores extranjeros opinan y las calificadoras de riesgo dicen contra la necesaria calidad de vida de la población, sobre todo de los sectores más vulnerables. Contraponer unos contra otros es un error, igual que contraponer la atención de los niños con la atención de los ancianos. No va por ahí la cosa, va por una apuesta mucho más amplia y mucho más global.