Por encargo del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva para presentar en el G20, el economista francés Gabriel Zucman, experto en tributación y director del Observatorio Fiscal de la Unión Europea, presentó este martes un informe donde explica una propuesta de impuesto global a los milmillonarios.
La iniciativa consiste en que unos 3.000 multimillonarios, con más de 1.000 millones de dólares de patrimonio, paguen un impuesto de 2% de su renta, lo que generaría una recaudación anual de entre 200.000 y 250.000 millones de dólares.
El gobierno de Brasil, que preside el G20, presentará el informe en la reunión de ministros de finanzas y presidentes de bancos centrales de los países del bloque que se reunirá en ese país en julio, previo a la cumbre de mandatarios prevista para los días 18 y 19 de noviembre en Río de Janeiro.
Felipe Antunes de Oliveira, representante del Ministerio de Finanzas de Brasil, abrió la conferencia de prensa diciendo que “hay una generación que comenzó la vida adulta en el año 2000, y solamente conoce las crisis financieras”, y “ahora una crisis climática existencial”. “La presencia en el G20 de Brasil comenzó con la misión de hacer una diferencia y reanudar la esperanza para poder resolver estos desafíos. El año pasado, durante la cumbre, el presidente Lula delineó los objetivos de luchar contra la desigualdad y el hambre”, y “promover las dimensiones económicas, sociales y ambientales, y la reforma de la gobernanza global”, pero para “poder lograr las prioridades va a ser necesario liberar una gran cantidad de recursos, y la presidencia del G20 por parte de Brasil está trabajando en diferentes frentes para hacer posible una clave en la imposición justa”, agregó.
A su turno, Zucman sostuvo que “un sistema de imposición progresiva es un pilar clave de las sociedades modernas y esencial para poder fortalecer la cohesión social y la confianza de los gobiernos”, y también “esencial para contribuir a financiar los bienes públicos que impulsen el crecimiento económico y distribuir las ganancias entre la globalización”.
Zucman añadió que gracias a la investigación “pionera” que hicieron con las autoridades impositivas de diversos países, hay evidencia de que “los superricos pagan proporcionalmente menos impuestos que otros grupos económicos”. Según el economista, pagan sólo entre el 0 y el 0,3% de su riqueza.
Para Zucman no se ha podido “gravar realmente a los superricos que han evitado las distribuciones de dividendos y también las ganancias de capital latentes, utilizando empresas holding y estructuras similares para poder de alguna manera ocultar sus ingresos y no pagar los impuestos que deberían”.
Afirmó que en la década del 80 los milmillonarios tenían una riqueza equivalente a 3% del PIB mundial, pero actualmente tienen 14%.
¿Cómo se implementaría este impuesto?
Zucman afirmó que el obstáculo principal para gravar a los superricos es el riesgo de que oculten su renta o se muevan a países que cobran menos impuestos. “Para superar esto se necesita la coordinación internacional, más intercambio de información, y se necesita también un estándar común para evitar el race to the bottom [competencia tributaria a la baja]”, sostuvo.
Recordó como antecedente que en 2021 135 países consiguieron acordar un impuesto mínimo a las multinacionales, conocido en el marco de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) como reglas globales antierosión de base (GloBE), y agregó que la idea es crear una nueva forma de coordinación entre los países, pero respetando cada soberanía, que permita “una implementación flexible utilizando una variedad de instrumentos nacionales, como el impuesto a las ganancias, o tener un impuesto sobre nociones amplias de la ganancia, o también a través de un impuesto sobre la riqueza”. “Cualquiera de estos instrumentos calificaría para implementar la norma común, siempre que a fin de año los superricos hayan pagado un impuesto mínimo, por ejemplo, de 2% de su riqueza”, remarcó.
Zucman explicó que la idea es generar un instrumento que se aplicaría sólo cuando la tributación de los milmillonarios sobre renta personal y patrimonio esté por debajo del 2% de su riqueza y funcionaría como complemento para llegar a la tributación mínima propuesta.
En el documento que elaboraron Zucman y su equipo se establece que la norma internacional “abordaría efectivamente las características regresivas de los sistemas tributarios contemporáneos, sistemas en la cima de la distribución de la riqueza”, y “no sustituiría, sino apoyaría, las políticas internas”.