Economía Ingresá
Economía

Puerto de Montevideo (archivo, junio de 2024).

Foto: Gianni Schiaffarino

Crecer sin viento de cola: la estrategia del gobierno en un mundo que se cierra

9 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

El subsecretario de Economía, Martín Vallcorba, y tres expertos analizan el desafío al que se enfrenta el gobierno en un escenario internacional tensionado por el proteccionismo impuesto por Donald Trump.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Sin viento de cola externo, con un mundo cada vez más cerrado y con el crecimiento como enorme desafío, el gobierno trabaja intensamente las medidas a implementar en 2026. El panorama internacional no es alentador. El avance del proteccionismo a nivel global, impulsado por las políticas comerciales del presidente estadounidense Donald Trump, plantea un escenario “muy desafiante”, con “elevadísimos niveles de incertidumbre”.

En ese marco, la estrategia del equipo económico apuesta por lanzar, hacia fines del primer cuatrimestre de 2026, un paquete de medidas orientadas a promover la innovación, mejorar la competitividad y fortalecer la competencia y el clima de negocios. Así lo señaló a la diaria el subsecretario del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Martín Vallcorba, quien remarcó que la política comercial pasó a formar parte central de la disputa internacional.

En la misma línea, tres analistas consultados por la diaria coincidieron en que el avance del proteccionismo constituye un “cambio estructural” del comercio internacional, en el que las reglas multilaterales pierden peso frente a negociaciones más “bilaterales, fragmentadas e imprevisibles”. Los especialistas Flavia Rovira, Paulino Peña y Alejandro Vallcorba estimaron que aunque los impactos hasta ahora fueron moderados, claramente plantean riesgos para el crecimiento de economías como la uruguaya.

La estrategia del Ejecutivo

Frente al avance del proteccionismo, el subsecretario Vallcorba sostuvo que aún existe “mucho por mejorar y avanzar” tanto en el régimen de promoción de inversiones como en la inserción internacional del país.

En ese sentido, señaló que uno de los desafíos inmediatos es retomar el trabajo en el marco del Acuerdo Transpacífico y seguir de cerca la evolución del tratado entre el Mercosur y la Unión Europea, cuya definición fue postergada para enero. “Si finalmente se concreta, sería una muy buena noticia para el país y para el bloque, pero la agenda de gobierno tiene que estar enfocada en la inversión y en el crecimiento”, afirmó.

Vallcorba subrayó que, en un mundo marcado por crecientes tensiones geopolíticas y una tendencia a la “polarización”, Uruguay debe profundizar una estrategia de relacionamiento “equilibrado” con todos los países y bloques.

Recordó que China es hoy el principal destino de bienes uruguayos, Estados Unidos el principal mercado para las exportaciones de servicios no tradicionales y Europa la principal fuente de inversión extranjera directa. “Hoy Uruguay se relaciona con el mundo, con todas las áreas y todos los países, y eso es algo que debemos trabajar y preservar porque es clave para mejorar la relación internacional del país”, remarcó, al tiempo que advirtió sobre la necesidad de ser “muy cuidadosos” para mantener ese equilibrio en un escenario global cada vez más tenso.

Consultado sobre la viabilidad del acuerdo Mercosur–Unión Europea, el subsecretario reconoció que su evaluación fue cambiando con el tiempo. “Hace nueve meses no lo veía viable; un mes atrás me parecía probable que se aprobara, y [...] hoy estoy en una situación de menor optimismo, luego de que se postergara la definición para enero”, explicó. No obstante, aseguró que el gobierno continuará trabajando para generar las condiciones que permitan avanzar en la firma del acuerdo, aunque admitió que “hoy parece algo más difícil” que semanas atrás.

En cuanto al desempeño reciente del comercio exterior, Vallcorba destacó que las exportaciones vienen creciendo a un “ritmo muy importante”, con un aumento cercano al 4%, y que 2025 podría cerrar como un “año récord”. “Ha sido un buen año, incluso con precios de commodities que en general no son los mejores”, señaló. Sin embargo, advirtió que ese desempeño no elimina el desafío estructural: “No hay duda de que uno de los principales retos para sostener mayores niveles de crecimiento es mejorar la inserción internacional”.

El subsecretario insistió en que, dado el tamaño del mercado interno, Uruguay necesita crecer “hacia afuera” para sostener tasas elevadas de expansión. Para ello, dijo, es necesario actuar en todos los frentes posibles: mejorar el acceso a mercados mediante acuerdos comerciales, pero también avanzar en una agenda interna de reformas microeconómicas orientadas a la simplificación de trámites y la reducción de costos. “Esa agenda es clave para mejorar la competitividad y permitir que nuestra producción ingrese en mejores condiciones a terceros mercados”, afirmó.

Con el presupuesto ya aprobado, el gobierno inició además un proceso que el presidente ha definido como central: convertir a la innovación y la tecnología en ejes del desarrollo económico. Vallcorba adelantó que se prepara un nuevo decreto que modificará el funcionamiento de la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones, con el objetivo de ampliar el alcance del régimen de promoción de inversiones a más empresas y sectores y adoptar un enfoque menos restrictivo. “Antes la innovación implicaba estar en la frontera del conocimiento; ahora buscamos incorporar procesos o tecnologías nuevas para cada empresa, porque eso mejora la productividad y la competitividad”, explicó.

La centralidad de la innovación en la agenda del Ejecutivo, agregó, quedó reflejada en la creación del programa Uruguay Innova, liderado por Bruno Gili, que depende directamente de Presidencia y busca coordinar las políticas de ciencia, tecnología, innovación e investigación para mejorar la eficacia del gasto público. En línea con esta estrategia, Vallcorba señaló que el MEF mantiene conversaciones con empresas que impulsan grandes proyectos de inversión, en áreas como puertos, data centers –donde además de la inversión de Google existen otros proyectos avanzados– e hidrógeno verde.

Un giro que no será pasajero

Desde la mirada de los expertos, el giro proteccionista que se ha producido durante 2025 vino para quedarse. El asesor financiero de Balanz Uruguay Paulino Peña sostuvo que el avance del proteccionismo a nivel global no es un “fenómeno transitorio ni exclusivamente político”. “Las medidas impulsadas por Donald Trump, como aranceles, subsidios industriales y una postura más confrontativa en materia comercial, reflejan un cambio más profundo en la forma en que las grandes economías se vinculan con el resto del mundo”, remarcó.

El experto dijo que el comercio internacional dejó de regirse únicamente por criterios de eficiencia y costos. “Hoy pesan cada vez más factores geopolíticos, estratégicos y de seguridad económica. Esto está dando lugar a un sistema más fragmentado, con reglas menos claras, mayor volatilidad y, en definitiva, un mundo más caro y menos predecible para empresas, inversores y países”, advirtió.

Si este escenario se consolida en los próximos años, el mayor riesgo es que exista un “menor crecimiento global, más inflación de costos, mayor volatilidad financiera y una fragmentación del comercio en bloques. Eso reduce la eficiencia, desalienta la inversión y aumenta la incertidumbre para los países exportadores”, afirmó.

Por su parte, el economista y consultor senior de Exante Alejandro Vallcorba indicó que durante 2025 la política comercial estadounidense “no sólo afecta a competidores estratégicos como China, sino también a socios tradicionales y economías con acuerdos comerciales vigentes. En los hechos, el comercio internacional deja de regirse prioritariamente por reglas multilaterales estables y pasa a depender de una negociación más bilateral, permanente y, muchas veces, imprevisible”, indicó.

Desde el punto de vista económico, la escalada proteccionista encarece insumos, interfiere en las cadenas globales de producción y reduce la competencia, todos efectos que van en contra de la “eficiencia productiva”, alertó.

De todas formas, hasta ahora este giro ha tenido un “impacto mucho menor” sobre la actividad económica y la inflación, remarcó el experto. “De hecho, estamos terminando el año con estimaciones de crecimiento para 2025 y 2026 bastante similares a las que se observaban antes de estos cambios en la agenda comercial. Me parece importante marcar que esto no elimina los riesgos de mediano plazo. Al final, una economía global más cerrada tiende a ser menos eficiente y, en última instancia, a crecer menos”, añadió.

Hacia otros mercados

Flavia Rovira, quien tiene un máster en Economía y es investigadora del Centro de Investigaciones Económicas (Cinve), dijo que el avance del proteccionismo en el mundo no tiene, por el momento, un “impacto directo” sobre el comercio de bienes de Uruguay, aunque sí plantea riesgos indirectos relevantes asociados a la volatilidad y la imprevisibilidad del escenario internacional.

La economista sostuvo que las exportaciones uruguayas hacia Estados Unidos están concentradas en productos que presentan altos niveles de competitividad y que, en caso de enfrentar mayores restricciones, podrían ser relocalizadas hacia otros mercados con una estrategia adecuada.

Además, señaló que las medidas proteccionistas estadounidenses también afectan a otros países competidores, lo que abre la posibilidad de oportunidades comerciales puntuales para Uruguay, aunque advirtió que estas pueden implicar tanto “ganancias como pérdidas”. “Uruguay tiene que continuar buscando aliados un poco menos volátiles en este momento que el mercado de Estados Unidos”, señaló.

Rovira consideró que la reconfiguración de las relaciones internacionales abre una ventana de oportunidad para países y bloques que no forman parte de los principales polos de tensión. En particular, destacó la posibilidad de avanzar en el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, que permitiría a Uruguay y a la región insertarse en un marco institucional más consolidado frente a un contexto de creciente fragmentación comercial. También señaló que algunos países asiáticos muestran una actitud más aperturista, orientada a la atracción y a la emisión de inversiones, lo que podría generar nuevas oportunidades si estos vínculos se gestionan con una estrategia clara.

El escenario para Uruguay y América Latina

El proteccionismo plantea “desafíos” para América Latina y Uruguay, remarcó Peña. “Somos una economía chica, abierta y muy dependiente del comercio exterior. Cuando las principales potencias levantan barreras, subsidian a sus industrias o redefinen reglas de juego, el impacto se siente rápidamente: exportar se vuelve más complejo, la inversión se vuelve más cautelosa y la planificación de largo plazo pierde visibilidad”, añadió.

No obstante, el especialista consideró que “no todo es negativo” y remarcó que el escenario abre otras “oportunidades”. “La reconfiguración de las cadenas globales de valor está llevando a muchas empresas a diversificar proveedores y destinos, buscando países con estabilidad institucional, previsibilidad macroeconómica y reglas claras. En ese sentido, Uruguay tiene atributos que siguen siendo muy valorados: seguridad jurídica, institucionalidad sólida y una reputación de país confiable”.

“El desafío es no desaprovechar ese posicionamiento. Las oportunidades no llegan solas. Requieren una estrategia clara de inserción internacional, diversificación de mercados, mejora de competitividad y mayor valor agregado en las exportaciones. En un mundo que se cierra, quedarse quietos implica perder terreno”, advirtió.

Perspectivas para el próximo año

Mientras tanto, Alejandro Vallcorba consideró que para América Latina este entorno plantea “desafíos importantes que refuerzan la necesidad de diversificar mercados y avanzar en acuerdos comerciales que reduzcan la dependencia de un número reducido de socios”, añadió.

En el caso de Uruguay, si bien no se esperan “impactos directos significativos sobre la actividad económica”, un “escenario global más incierto y con riesgos de enfriamiento de la economía mundial sin duda plantea un desafío”. “Esto ocurre, además, en un contexto de crecimiento moderado de la actividad económica local y en el que Uruguay necesita crecer a tasas más elevadas que las registradas en el promedio de la última década”, remarcó.

De cara al próximo año, Peña dijo que el proteccionismo seguirá siendo un “factor dominante” en el escenario internacional. “Para Uruguay, la respuesta no debería ser cerrar la economía ni levantar barreras defensivas, sino profundizar una apertura inteligente. Más acuerdos, más integración, más valor agregado y una lectura realista del contexto global. En un mundo que se fragmenta, la ventaja competitiva puede estar en seguir siendo previsibles, confiables y abiertos, cuando muchos eligen cerrarse”, señaló.

El principal riesgo indirecto para Uruguay no pasaría tanto por los aranceles directos, sino por una “menor demanda externa, mayor volatilidad de precios de exportación, suba de costos logísticos y financieros, y menor flujo de inversiones hacia economías chicas y abiertas”, indicó.

Asimismo, dijo que Uruguay está “muy expuesto” a una eventual desaceleración por parte de sus principales socios comerciales”. “Brasil, Argentina y China explican gran parte de la actividad directa e indirecta. Una desaceleración en cualquiera de ellos se transmite rápido a exportaciones, turismo, empleo y recaudación”.

Consultado sobre cuál es el margen real que tiene el país para crecer teniendo en cuenta el escenario internacional, el experto dijo que existe cierto margen, pero remarcó que no vendrá de un contexto internacional favorable. “Va a depender de mejoras internas: productividad, inversión, infraestructura, energía, apertura comercial y reglas claras para atraer capital”.

El papel de la innovación para crecer más

Respecto de las perspectivas de crecimiento, Rovira afirmó que el contexto internacional representa uno de los principales desafíos para el objetivo del gobierno de elevar las tasas de crecimiento económico. Si bien sostuvo que la política comercial es una herramienta clave, advirtió que no es suficiente por sí sola. A su juicio, un crecimiento sostenido requiere revisar las políticas industriales y fortalecer la capacidad de generar conocimiento e incorporarlo a las exportaciones.

En particular, alertó sobre el riesgo de que una mayor inserción en Asia refuerce la concentración en productos primarios, lo que podría limitar las posibilidades de diversificación productiva. En ese sentido, planteó que el desarrollo de cadenas regionales, especialmente en América del Sur, podría ofrecer mejores oportunidades para diversificar exportaciones con mayor contenido tecnológico y de conocimiento local.

Finalmente, Rovira sostuvo que la innovación puede cumplir un “rol relevante” para amortiguar los efectos del proteccionismo, siempre que esté orientada al sector productivo y a la diferenciación de bienes. Señaló que el acceso a mercados exigentes, como el europeo, podría incentivar la producción de bienes con mayor valor agregado, estándares ambientales más altos y mayor contenido tecnológico.

No obstante, advirtió que el escenario proteccionista también puede generar incentivos a profundizar la especialización existente, por lo que consideró clave que la estrategia del gobierno “apueste de manera decidida” a la ciencia, la innovación y la diversificación productiva como pilares del crecimiento de largo plazo.

En la misma línea, Peña consideró que la innovación y la diversificación productiva es “parte de la solución” que tiene Uruguay para hacer frente a este escenario internacional adverso. Pero advirtió que su efecto no es inmediato. “Innovar y diversificar permite reducir la dependencia de commodities y subir valor agregado, pero requiere tiempo, escala, financiamiento y acceso a mercados”, concluyó.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

¿Te interesa la economía?
Suscribite y recibí la newsletter de Economía en tu email.
Suscribite
¿Te interesa la economía?
Recibí la newsletter de Economía en tu email todos los lunes.
Recibir
Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura