Saber cuánta agua hay en una sustancia de cloro y cobre hidratada no es algo sencillo; sin embargo, para Sofía Medina, de 17 años, fue fácil. Ese ejercicio práctico junto con la prueba teórica le valieron un lugar para participar en los módulos que preparan a los estudiantes para la Olimpíada Internacional de Química (IChO, por sus siglas en inglés) que se celebra en Nakhon Pathom, Tailandia, la semana que viene.
Josefina Pereyra (17 años), Sofía Medina, Franco Castro (16 años) y Florencia Menéndez (18 años) son los cuatro jóvenes responsables de representar al país en el exterior. Primero compitieron en la Olimpíada departamental y su puntaje en la prueba teórica les permitió clasificar junto con otros 120 estudiantes a la Olimpíada nacional. Los estudiantes con mejores puntajes en esa instancia pasaron por un proceso de selección que consiste aprobar cinco módulos de distintos temas. De esa etapa, los cuatro estudiantes con mejores resultados fueron elegidos para conformar la delegación olímpica en la prueba internacional.
Junto con Estefanía Dibello, docente de la Facultad de Química, y Susana Molinari, coordinadora departamental de Paysandú, los jóvenes partirán el 4 de julio hacia el continente asiático, luego de trabajar con los profesores por un período de hasta 120 horas –cumpliendo con reglas de la competencia–. Pereyra, de Paysandú, obtuvo el primer puesto en la clasificación, por lo que sus pasajes están cubiertos por el Laboratorio Tecnológico del Uruguay; Medina, también sanducero, y Castro, de Montevideo, lograron financiar su vuelo gracias al Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop), y Menéndez, que obtuvo el cuarto puesto, tuvo que hacerse cargo de sus gastos. La estadía en Tailandia corre por parte de la organización de la Olimpíada.
“Ya llegar es un logro, no me tengo tanta esperanza”, comentó el único varón de la delegación en relación a los resultados que esperan del viaje. “Siempre nos dicen que tenemos que esforzarnos pero también disfrutar de la experiencia”, comentó Medina. “Yo me veo bien; estuve estudiando mucho tiempo, me siento preparada, aunque quiero ir a pasar bien, aprovechar todo”, detalló Menéndez. Para Pereyra es muy bueno estar trabajando ahora con prácticas de laboratorio, porque de esa forma “algunos errores los tenemos acá y no allá”. “El nivel de la Olimpíada Mundial es muy alto, es difícil llegar, pero gracias al trabajo que se está haciendo hace años se está cada vez más adelante; ya hemos tenido menciones y medallas. No es fácil, pero los veo muy bien, están preparados y entusiasmados”, añadió Dibello.
El gusto por la química comenzó a una temprana edad para los estudiantes. “Me empezó a gustar en tercer año, cuando [en el colegio] compraron un libro de química orgánica de 2.500 páginas y lo pusieron en exhibición. Me copó y me ponía a hacer los ejercicios”, recordó Castro, alumno del colegio Santo Domingo de Montevideo. Medina, estudiante del Instituto Tecnológico Superior (ITS) de Química en Paysandú, explicó que tuvo mucho que ver la influencia de su madre, profesora de la asignatura: “Me gustaban todas las materias, pero siempre tuve más afinidad con los números, y cuando tuve química me encantó, entendía, era fácil para explicar”.
Ménendez se relacionó con las olimpíadas cuando alguien de la Facultad de Química fue a su liceo en San José. “Primero empecé con la olimpíada departamental con unos amigos, de ahí a la nacional, en la que saqué una mención de honor los dos años que participé. El primer año clasifiqué para los módulos pero no me dio el puntaje para las internacionales en Georgia. Este año ya fui directo al entrenamiento, que también consiste en pruebas, y clasifiqué”, contó la estudiante, que terminó el bachillerato en el colegio Seminario de Montevideo.
La preparación de los estudiantes en todas las instancias es voluntaria, y ese es el objetivo de la Facultad de Química con su programa de extensión Olimpíada Uruguaya de Química: “Acercar a los jóvenes a la ciencia y a la vez animar a los que tuvieron una participación destacada a que formen parte de estos eventos”. La organización de la Olimpíada Uruguaya está a cargo de un equipo “de alrededor de diez personas, en el que participan los catedráticos de química orgánica e inorgánica, algunos profesores grado 1 y 2 y estudiantes de grado y posgrado. Se hace todo como parte de las actividades de extensión”, dijo Dibello.