“Formidable”, “un sueño”, “una experiencia única”. Así describió la delegación uruguaya su participación en la Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería (ISEF, por su sigla en inglés) de Intel, el certamen de ciencias preuniversitario más grande del mundo, que se realizó en mayo en Los Ángeles, Estados Unidos.
Uruguay fue representado por tres grupos de adolescentes del interior del país, tanto de secundaria como de UTU, que fueron con docentes tutores. La delegación estuvo integrada por el liceo 1 de Young, representado por Valentina Vila y Antonella Pascual, con la supervisión de Londra Romero; la Escuela Agraria de Minas, con Irene Caballero y Nicolás Hernández, tutoreados por Solange Curbelo, además de Natalia Pereira, docente que hizo un proyecto que fue nominado al premio de la Agencia Norteamericana de Sustentabilidad Ambiental; y la Escuela Agraria de Rosario, con las estudiantes Lucía Fuentes y Sabrina Cornú, junto con el profesor Pedro Menéndez, que obtuvieron el cuarto premio en su categoría.
“Este año, el lema de la feria fue ‘pensar más allá’ y ese fue el mensaje que se llevaron los estudiantes: la idea de que las cosas se pueden lograr si se tienen ideas con objetivos estuvo presente en todo sentido”, aseguró a la diaria Gustavo Riestra, director del Departamento de Cultura Científica del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), que acompañó a la delegación nacional.
Menéndez explicó que el proyecto que los llevó a ganar el cuarto puesto en la categoría Ciencias Físicas e Ingeniería Mecánica fue Eco Reel, un dispositivo que permite mejorar la forma en que se delimita con hebras el campo para que el ganado vacuno pastoree en los sectores que corresponde. Actualmente “es una dificultad a la que se enfrentan sobre todo las mujeres agrarias, que deben hacerlo con un carrete manual que pesa mucho y tiene poca durabilidad”. La innovación estuvo en colocar un motor desmontable con batería recargable. De esta forma “se puede ir al campo, colocar el motor en el carrete y mover la hebra mucho más rápido y sin esfuerzo físico. Al ser desmontable, se puede colocar en varios carretes”, detalló el docente de la UTU de Rosario. El premio que obtuvieron consistió en 500 dólares para mejorar el proyecto.
Los estudiantes de Minas, integrantes del club de ciencia Dexter, recibieron una mención por el proyecto “Análisis de la posible contaminación del arroyo San Francisco”, en el que “a través de diferentes indicadores químicos que medían el PH, se logró demostrar que el agua del arroyo se encuentra potencialmente contaminada”, comentó Caballero, estudiante de Lavalleja que participó en la feria.
El tercer grupo uruguayo llegó a Los Ángeles gracias a una investigación que a nivel estadístico demuestra la relación que hay entre sobrepeso, vida sedentaria y el uso de la tecnología. “Este fue el primer proyecto de las chiquilinas en todo nivel y con eso llegaron a la feria internacional, por eso están tan satisfechas con su trabajo”, dijo a la diaria la docente de Young.
Trabajo de base
Este año fue la novena vez que Uruguay logró representación en la ISEF, donde compitieron más de 1.770 adolescentes de entre 15 y 19 años, provenientes de 78 países. Todos los equipos uruguayos llegaron luego de haber ganado en su categoría en la Feria Nacional de Clubes de Ciencia, que es la última etapa por la que pasan luego de haber superado los talleres, los congresos y las ferias departamentales.
“Lo que tienen [los jóvenes] es motivación y pasión por lo que hacen, además de docentes comprometidos que son realmente referentes y estimuladores. También tienen el recurso formidable de partir de un problema de la vida cotidiana porque les importa, y buscan encontrar respuesta a una problemática local”, resumió Riestra.
Tanto el trabajo de los docentes como el de los estudiantes es voluntario y honorario, y los gastos para desarrollar los proyectos corren por cuenta del equipo del club de ciencia. En algunos casos obtuvieron colaboración de otras instituciones como el Plan Ceibal, que aportó los censores para el equipo de Minas, o de la dirección de la Escuela Agraria de Rosario, que colaboró comprando alguno de los materiales.
El MEC busca incentivar la participación de todos los estudiantes en las ferias de ciencia a nivel nacional, por lo que se hace cargo del traslado y el alojamiento de aquellos que se tengan que mover de su ciudad para participar en las instancias departamentales. En el caso de la feria internacional, el MEC logró solventar todos los costos en convenio con la Administración Nacional de Educación Pública, la empresa de tecnología Intel y la aerolínea American Airlines.
El hecho de que pueda participar “cualquiera que se lo proponga” es algo muy “destacable”, según la docente de Young. “Tenemos un trabajo en ciencias de lo más democrático, los estudiantes siempre fueron pares, se trata de un trabajo colaborativo, con la posibilidad de que todos los chiquilines participen, y [en Estados Unidos] lo que más se ve son trabajos individuales. Además, en Uruguay la ciencia está en la educación y allá no, corre paralelo; aquel que tiene cierta potencialidad es esponsoreado”, puntualizó Romero.