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Robert Silva y Wilson Netto, durante la presentación del informe sobre el estado de la educación en Uruguay 2017-2018 del Ineed.

Foto: Federico Gutiérrez

El presidente del Codicen cuestionó “ausencias” y “fragmentaciones” del informe sobre el estado de la educación presentado por el Ineed

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La presidenta de la directiva del instituto dijo que los “recortes” son naturales y lo consideró un insumo “valioso”

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En la presentación pública del Informe sobre el estado de la educación en Uruguay 2017-2018, que el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) realiza cada dos años, se volvieron a marcar diferencias con autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). En la presentación del informe anterior, Elizabeth Ivaldi, integrante del Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP en representación de los trabajadores, ya había pedido “relativizar los resultados” del informe. Ahora fue el propio presidente del organismo, Wilson Netto, quien planteó duros cuestionamientos hacia el enfoque y la metodología empleada.

Con un visible descontento, el jerarca planteó en rueda de prensa que la publicación cuenta con “ausencias” y “fragmentaciones” y lamentó que “no establece líneas para conclusiones generales ni establece líneas con los informes anteriores”. “Hay ausencias importantes, como toda la modalidad de educación tecnológica, que ha tenido un incremento enorme”, dijo, y agregó que cuenta con “metodologías que hacen difícil pensar que sea un documento que tiene un proceso sistemático y que es abarcativo de la educación en el país”. Por lo tanto, Netto consideró que el informe “no está a la altura” de su objetivo, que es el de reflejar el estado de situación de la educación uruguaya.

En relación a este punto, el presidente del Codicen dijo basarse en lo que dijo la presidenta de la Comisión Directiva del Ineed, Alex Mazzei, quien en la presentación se había referido a que “en cada informe se realiza una selección de temas”. “Siempre tenemos que hacer recortes, para algunos pueden llegar a ser arbitrarios porque son múltiples los actores que inciden en los resultados educativos. Nunca vamos a poder tener un informe abarcativo que pueda darnos cuenta de la situación de enseñanza en el país”, dijo Mazzei. Por su parte, señaló que “la reiteración de informes nos permitirán ir consolidando una visión de informe y de país”, y señaló que la publicación para 2017 y 2018 “avanza en las líneas prioritarias del plan estratégico del instituto”: los estudiantes, los docentes y el sistema educativo.

Más críticas

Netto también criticó que si bien el informe “establece una serie importante de mejoras en el sistema en los últimos diez años, no tiene una sola mención a las políticas que llevaron a ese logro”. “En sus conclusiones habla de la necesidad de establecer políticas en el marco educativo, pero no las aborda, no las investiga, no las evalúa, no ve su impacto. No es un informe que analice las políticas educativas, y, por tanto, no puede hacer recomendaciones en términos de política; es una fotografía”, señaló. El jerarca lamentó que “va a ser muy poco lo que se pueda extraer” del informe “para poder seguir trabajando”. Netto dijo que desde la ANEP se tiene contacto con el informe desde hace diez días y que, por unanimidad de todos los consejos, se pidió un informe sobre la publicación a la Dirección Sectorial de Planificación Educativa (DSPE) del Codicen, que se envió al Ineed.

Puntos de vista

El avance del informe de la DSPE del Codicen considera que la publicación del Ineed “no termina de ofrecer una visión completa de coyuntura del sistema educativo y, por tanto, no logra informar cabalmente sobre los cambios y permanencias observados en comparación a los resultados reportados por los dos Informes anteriores publicados por el Ineed”. La dirección es particularmente crítica con el capítulo del informe que habla de la asignación de recursos y equidad en el sistema educativo, y cuestiona que se hayan tomado únicamente recursos salariales de los profesores de secundaria para el análisis. De todas formas, también hace comentarios y críticas al resto del libro. Por ejemplo, sobre un apartado que analiza el valor del salario docente a lo largo del tiempo en relación al de otras profesiones y que muestra un especial deterioro a partir de 1974, la DSPE cuestiona la “relativización” de los incrementos salariales registrados en los últimos 15 años. En la presentación realizada ayer en el edificio anexo del Palacio Legislativo, la coordinadora del informe por el Ineed, Carmen Haretche, mencionó que ello no fue suficiente para recuperar los niveles salariales docentes anteriores a la década del 70 del siglo pasado.

Consultado sobre por qué se publicó un informe con las falencias que señaló, Netto dijo que “hay respuestas que sólo puede dar el Ineed”, y adelantó que a la ANEP “no le conforma” que se diga que es el estudio que pudo hacerse con el tiempo y los recursos disponibles. “Tenemos otras expectativas sobre la necesidad de profundizar respecto de las transformaciones que están ocurriendo”, remató.

En rueda de prensa, Mazzei respondió que “el informe tiene una definición de áreas a tratar que tienen que ver con lo que el instituto consideró prioritario a la hora de una nueva coyuntura, en el marco de una elección nacional”. “Me parece que es un informe valioso; no agota todos los contenidos que podríamos tomar en cuenta en este tema, [pero] creo que son ejes que se abordan para dejar la idea de que por ahí hay que transitar”, agregó. Respecto de la visibilidad de las políticas aplicadas, la presidenta del Ineed tuvo una opuinión distinta a la de Netto y valoró que “sí se ven los resultados”. Como ejemplo, mencionó que el informe habla de que hay cada vez más estudiantes en el sistema educativo, por lo que se está tendiendo a la universalización en todos los niveles, lo que es resultado de políticas como el boleto gratuito, las asignaciones familiares y la construcción de un banco de seguimiento de trayectorias educativas por parte de la ANEP.

Nuevos retos

No obstante, Mazzei señaló que “desde esta nueva realidad” se debe “empezar a mirar otra generación de objetivos”, y en la presentación del libro explícitamente mencionó que se debe avanzar en la calidad de los aprendizajes para que sean equitativos. En uno de los capítulos del informe se presentan resultados parciales de Aristas, una prueba de evaluación estandarizada realizada por el Ineed en tercero y sexto año de escuela y tercer año de la educación media. En la publicación, los resultados del estudio para primaria muestran que existe “segregación” cuando se analizan los desempeños y las características culturales y socioeconómicas de los estudiantes en relación con cada centro educativo.

Como la segregación es menor a nivel de desempeños que a nivel cultural y socioeconómico y es menor en sexto año en relación a tercero de escuela, el estudio sostiene que los centros educativos contribuyen a reducir las diferencias de origen entre los estudiantes. Sin embargo, se aclara que las diferencias entre ellos siguen siendo relevantes, ya que el puntaje de los estudiantes cambia significativamente según su origen socioeconómico y cultural y de forma más pronunciada según los contextos de sus compañeros.

En un avance del informe de la DSPE del Codicen, se cuestiona la utilización del término “segregación”: “El informe [del Ineed] lo utiliza en su sentido técnico, que denota simplemente el hecho, varias veces comprobado, de que las escuelas difieren en el nivel socioeconómico que, en promedio, tienen sus estudiantes, debido principalmente a que reclutan su alumnado con base territorial”. Según se señala, el problema radica en que el término tiene una connotación en el lenguaje corriente que “podría llevar a interpretaciones equivocadas, no buscadas por los propios autores”, y se sugiere que “tal vez se podría haber hecho un énfasis en este sentido”.

Presentación del el informe sobre el estado de la educación en Uruguay 2017-2018, por parte del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEED).

Foto: Federico Gutiérrez

Datos

En relación a la asistencia, permanencia y egreso de los estudiantes en el sistema, el informe del Ineed muestra que el egreso de la educación media superior en jóvenes de 19 años pasó de 24% a 36% entre 2006 y 2018, mientras que en personas de 23 años pasó de 32% a 43% en el mismo período. No obstante, se señala que el incremento es escaso y que los datos muestran que se está lejos del egreso universal. Según se afirma, en 2018, 51% de los jóvenes de 23 años abandonaron el sistema educativo sin finalizar la educación obligatoria. Comparativamente con otros países de la región, se muestra que el promedio de egreso de este tramo en Uruguay es inferior al de países como Chile y Brasil y también está por debajo del promedio de América Latina, a 22 puntos porcentuales de distancia.

En relación a la asistencia, el informe detalla que aumentó en todos los grupos de adolescentes entre 15 y 17 años, pero la diferencia entre la proporción de cambio entre los jóvenes de bajos y altos ingresos no varió significativamente y siguen siendo estos últimos quienes asisten a centros educativos en mayor proporción. En la primera infancia se registra un crecimiento significativo de quienes concurren a centros educativos, ya que desde 2006 la cobertura en niños de tres años creció 28 puntos porcentuales, en niños de cuatro años el aumento fue de 17 puntos porcentuales y en los de cinco años hubo un aumento menor, pero casi se alcanzó la universalización, con 99% asistiendo a centros educativos.

En materia de rezago, el informe señala que está en descenso en primaria, como consecuencia de la disminución de la repetición y, por ejemplo, pasó de 68% para niños de 11 años en 2006 a 79% en 2018. En el caso de la educación media, en jóvenes de 17 años el rezago aumentó de 32% en 2006 a 45% en 2018, pero se da a causa de que hay una menor desvinculación, ya que para esa edad esta era de 37% en 2006 y bajó a 23% en 2018. En el informe también se registra el cumplimiento de las metas de ANEP en cuanto a asistencia de estudiantes al sistema en 2018, que sólo se cumplió para los 15 años, entre los que se registró una asistencia de 94%. Para los niños tres años el organismo se había propuesto 78% de asistencia y se registró 74,5%; para los adolescentes de 16 años, la meta era de 89% y se llegó a 87,3%; mientras que en 17 años faltaron tres puntos porcentuales para llegar al 83% de asistencia que se propuso el organismo.

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