El listado de escuelas que deberían comenzar las clases este miércoles abarca a 543 instituciones de todo el país, menos los departamentos de Montevideo y Canelones. La mayoría, 330, son escuelas a las que los maestros y auxiliares viajan con locomoción propia; 175 son escuelas cuyos maestros viven en la zona; y 38 son escuelas en las que los maestros viven de lunes a viernes; todas son escuelas de menos de 30 estudiantes. La concurrencia por parte de los niños es voluntaria, pero si fueran todos se estima que a partir de este miércoles se movilizarían unos 4.000 estudiantes, unos 560 maestros, y un auxiliar de servicio por escuela, informó a la diaria el director de Educación para el Medio Rural del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), Limber Santos.
De todas formas, el número de escuelas puede variar, tal como reconoció en Subrayado el presidente de la Administración Nacional de Educación Pública, Robert Silva, porque para que se abran las escuelas autoridades nacionales y los sindicatos acordaron un protocolo según el cual se debe cumplir con algunas condiciones. Según dijo a la diaria la secretaria general de la Federación Uruguaya de Magisterio-Trabajadores de Educación Primaria (FUM-TEP), Elbia Pereira, “estamos muy lejos de las 543 escuelas que anuncian las autoridades, porque la realidad es muy distinta”.
Uno de los primeros requisitos es que las escuelas cuenten con un auxiliar de servicio, y si bien casi todas tenían, los funcionarios que presentaban algún factor de riesgo se certificaron, y ahora el CEIP habilitó partidas a las escuelas para que contraten nuevos auxiliares, lo que puede demorar unos días. Según estimó Santos, se está resolviendo este tema en cerca de 100 escuelas.
Otro requisito es que tanto los maestros como los auxiliares que viven en localidades donde hay covid-19 deben hacerse antes el test para descartar que hayan contraído el virus. Hasta el mediodía del martes, según informó Pereira a la diaria, no se había hecho los hisopados a las cerca de 150 maestras que lo requieren. Según informó Santos, el CEIP entregó el listado y forma de contacto de los maestros a la Administración de los Servicios de Salud del Estado, que a nivel departamental se encarga de tomar las muestras, lo que se estaría concretando este martes. Además, habrá que esperar que estén los resultados. “Esas 150 maestras no irían a trabajar el miércoles; no sólo tienen que hacerles el hisopado, sino que tienen que esperar el resultado negativo antes de ir”, señaló Pereira.
Según los datos que maneja la FUM-TEP, hasta este martes estaba previsto que, por ejemplo, en Cerro Largo abrieran 27 de 72 escuelas, en Colonia 12 de 80, en Maldonado cuatro de 36, en Rocha 12 de 36, en San José 38 de 71, en Soriano 35 de 59, y en Tacuarembó 45 de 87. La FUM-TEP mantiene su rechazo a la apertura de las escuelas rurales, con el argumento de que la medida es “contradictoria con la exhortación a quedarse en casa”. Pereira remarcó que a las dificultades de higiene y transporte se añade la imposibilidad de mantener el distanciamiento entre niños: “es impensable, es algo imposible que suceda entre niños, independientemente de la cantidad que concurra al centro”, afirmó.
Todas las escuelas deberán recibir un kit de limpieza compuesto por hipoclorito de sodio, alcohol, alcohol en gel y tapabocas para los docentes y funcionarios, que están obligados a utilizarlo. Estos paquetes comenzaron a enviarse el lunes a las inspecciones departamentales, informó Santos.
Con distancia
Sobre el régimen de funcionamiento, Santos recordó que la escuela abrirá tres días por semana y con horario reducido: en vez de 10.00 a 15.00, como funcionan habitualmente todas las escuelas rurales, se trabajará de 9.00 a 12.30, entre otras cosas para eliminar el almuerzo y evitar la manipulación de alimentos en las escuelas. Las familias que requieran la alimentación podrán solicitar tickets con validez semanal. El responsable del área rural del CEIP comentó que esta semana las escuelas funcionarán miércoles, jueves y viernes, y añadió que la mayoría mantendrá ese régimen las semanas siguientes, aunque en acuerdo con las familias pueden adaptarlo.
Para los maestros el mayor desafío es poder tomar medidas para lograr el distanciamiento físico entre quienes concurran. Santos consideró que la distancia de un metro y medio se puede cumplir en las aulas, porque las escuelas son espaciosas y porque tienen menos de 30 niños, “el tema es cómo lidiar con la movilidad de los niños, que, como todos, tienen interacciones; todo el mundo acepta que el protocolo es necesario, pero ese elemento no es tan fácil”, reconoció.
De cara a la próxima etapa de apertura de escuelas, anunciada para el 29 de abril, “será más difícil”, apunta el maestro rural: “Nos vamos a encontrar con las escuelas más grandes, cuyos niños se transportan en ómnibus, con condiciones sanitarias más difíciles”. Esto, señaló, va a implicar trabajar en las condiciones de higiene del transporte colectivo y en restablecer líneas que se han suspendido. Además, otra posibilidad a trabajar es que se reduzcan los grupos de las escuelas más grandes, que algunos estudiantes vayan determinados días y el resto otros, para poder mantener el distanciamiento físico.