El colectivo Familias Organizadas de la Escuela Pública, que reúne a padres e integrantes de comisiones de fomento de escuelas de Montevideo y algunas del interior, emitió dos comunicados el sábado 20, a raíz del retorno a las clases presenciales y sobre la polémica en torno al costo de los comedores escolares.
El colectivo señaló que si bien es cierto que en el período sin presencialidad los 241.500 niños que lo utilizan regularmente no acudieron al servicio de alimentación, es necesario vincular eso “con otros datos de la realidad: el surgimiento de acciones solidarias en los barrios, el desarrollo de las ollas populares, la vergüenza que algunas personas pueden sentir al verse en la necesidad de recibir ayuda”. Afirman que los “altos costos y críticas al funcionamiento” son aspectos a mejorar, pero rechazan “enfáticamente los conceptos que refuercen la idea de una escuela para pobres, al decir ‘que coman en los comedores los que necesitan’”, en referencia a las declaraciones del ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, y de la directora general del Consejo de Educación Inicial y Primaria, Graciela Fabeyro.
“Aspiramos a un modelo de educación integral donde no cabe la idea del comedor como un servicio meramente asistencialista, donde algunos comerían su vianda casera y otros la que ofrecería el comedor. Recortar presupuesto y diferenciar a niños y niñas por su condición social y económica para ver quién come o quién no está lejos de la revisión de políticas educativas de equidad que se pretende realizar”, señala en el comunicado el colectivo.
Además, las familias defienden las escuelas con propuestas de tiempo extendido y de tiempo completo, que incluyen comedor y han permitido “que niñas y niños accedan a propuestas educativas integrales. Al mismo tiempo, las familias ven ampliado su sistema de cuidados, lo que ha posibilitado que las mujeres, particularmente, accedan a más horas de trabajo”. El comunicado resalta que el comedor escolar permite el acceso a una “alimentación balanceada” y que para los niños “compartir un almuerzo o el desayuno es, por sobre todo, un momento de encuentro, un hecho cotidiano que deviene en educativo”.
Asimismo, consideran que la pandemia tuvo un impacto negativo en la economía de los hogares, por lo que concluyen que en este momento “evaluar la política educativa desde una perspectiva de reducción de presupuesto en alimentación es muy poco acertado”.
Limpieza
Por otro lado, en la perspectiva de completar el cronograma para el reintegro a las clases presenciales, lo que se concretará el lunes 29, el colectivo de familias recordó en otro comunicado que es un reclamo histórico el de “mejorar la relación de auxiliares de servicio por cantidad de estudiantado”.
En el comunicado ejemplifican algunas carencias en este sentido: “Existen escuelas que cuentan con una sola auxiliar de servicio para 500 niños. El Consejo de Educación Inicial y Primaria envía magras partidas para la compra de materiales de limpieza. A modo de ejemplo, las escuelas de práctica reciben la suma de 1.800 pesos cada dos meses”. Además, señalan que en muchos casos los fondos para limpieza provienen de las comisiones de fomento, pero marcan que la actual situación provocó que descendieran los recursos que pueden aportar las familias.
En el marco de los protocolos para el regreso a los centros educativos y con la perspectiva de la discusión de la ley de presupuesto quinquenal, el colectivo plantea que exista “un tratamiento presupuestal distinto para la Escuela Pública. Aumento de matrícula, limitaciones en sus recursos para cubrir cargos de auxiliares, familias con impactos por la crisis económica, probable aumento de comensales en los comedores”. “Estos factores demandarán mayores asignaciones presupuestales”, concluyen.