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Elizabeth Ivaldi (archivo, diciembre de 2016).

Foto: Juan Manuel Ramos

Organización que trabaja sobre primera infancia denuncia un “retroceso” en las políticas en esa área, a las que considera “comprometidas”

3 minutos de lectura
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Afirma que los 50 millones de dólares de inversión que el gobierno anunció en 2021 aún no han sido ejecutados; según integrante de la organización, la concepción política actual es “asistencialista” y se aleja de la “mirada integral”.

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Leído por Mathías Buela
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“En las nuevas tomas de decisiones subyace una concepción de la política que vuelve a la mirada asistencialista y preescolar de la primera infancia”, afirmó a la diaria Elizabeth Ivaldi, integrante de filial uruguaya de la Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP), que recientemente emitió una declaración pública sobre la primera infancia y el “retroceso” que actualmente hay en su abordaje.

Según Ivaldi, esta “mirada asistencialista y preescolar” es contraria a “los pasos lentos que se venían dando hacia una mirada integral de la primera infancia, de los 0 a 8 años, y en el educar y cuidar como parte de un mismo proceso”. Actualmente, “parecería que se delimitan funciones hacia un INAU [Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay] que asiste –y hablo de la visión política, no de los trabajadores– y a una educación formal que empieza sobre todo a partir de los cuatro años”.

En el comunicado, la OMEP aseguró que “el mapa del cuidado” y la “educación de la primera infancia” en nuestro país “hoy se ve comprometida en varios aspectos”. En ese sentido, realizaron una serie de puntualizaciones que los enumeran: por un lado, enfatizaron en que el Ministerio de Desarrollo Social identificó que existen 32.300 niños de 0 a 3 años que no están siendo atendidos en los Centros de Primera Infancia, y que están “en situación de vulnerabilidad social”. Según fundamentaron, “la principal causa es la insuficiencia de cupos para menores de un año, dado que hay menos cupos en relación con las demás edades”.

Por otro lado, señalaron que en los más de 475 Centros de Atención a la Infancia y la Familia (CAIF), 25% de los niños que asisten “concurren únicamente una vez a la semana en el Programa de Experiencias Oportunas”. En cuanto a la cobertura de los 4 y 5 años a través de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), subrayaron que “tras un período de nueve años de crecimiento”, las inscripciones de niños de 3 años descendieron “notoriamente entre 2021 y 2022” así como también descendió “levemente la matrícula de 4 años”.

En 2021, el gobierno de coalición había anunciado una inversión presupuestaria para primera infancia de 50 millones de dólares anuales. Sin embargo, la OMEP dio cuenta de que este monto aún no ha sido ejecutado y que, complementariamente, “la financiación dispuesta en el presupuesto nacional para dar respuestas a las políticas de educación y de cuidados resulta indiscutiblemente insuficiente”.

Resaltaron, además, la supresión de los Servicios de Orientación Consulta y Articulación Territorial (Socat) y de los Equipos Territoriales de Atención Familiar (ETAF) que consideran ha impactado negativamente, “devolviendo responsabilidades a las familias que se encuentran con dificultades para asumir el rol de la crianza, con aumento creciente de situaciones de violencia intrafamiliar”. Asimismo, aseguraron que la Junta Nacional de Cuidados casi no ha tenido funcionamiento y que “la coordinación de las políticas de infancia en ese ámbito es prácticamente nula”.

Cambios en ANEP

A nivel de atención y educación, la organización afirmó que los cambios curriculares que se han propuesto a partir de los tres años, están basados en una lógica “que prioriza la preparación para la escuela, desconociendo la identidad del nivel inicial”. Consideran, a su vez, que esta mirada se ve reflejada tanto en las modificaciones que propone la reforma educativa en Formación en Educación como específicamente en la carrera de Maestro de Primera Infancia, “donde se erradican asignaturas relevantes” y “la lógica de secuenciación de contenidos se ve afectada, sin fundamentos, entre otros aspectos negativos”.

En esta misma línea, hicieron referencia a la eliminación de la titulación intermedia de Asistente Técnico en Primera Infancia: “Además de eliminar una opción de formación que concita gran convocatoria, debilita la calidad de la oferta de atención y educación a la primera infancia, al descartar la integración de equipos y la importancia del trabajo colaborativo”.

Al respecto de este punto, el presidente del Consejo de Formación en Educación, Víctor Pizzichillo, dijo a la diaria que entiende “que es un campo en el que esa necesidad rápida está bastante atendida”, mientras que “la atención a la primera infancia requiere de los mejores docentes”, ya que “es justamente donde se estructuran las bases para que después el niño siga aprendiendo”.

Por tanto, manifestó que pretenden “fortalecer la formación para la primera infancia, pero también tenemos otra cuestión, que es la necesidad de profesionales que va a tener el sistema en general”. En resumidas cuentas, comentó que la tecnicatura se instaló “por una necesidad de recursos humanos” y que, a pesar de la eliminación, no descarta que “en algún momento no se pueda ver algo específico como tecnicatura en sí misma”.

En tanto, Ivaldi, quien fue representante docente en el Consejo Directivo Central de la ANEP, concluyó: “Todos los gobernantes y estados del mundo tienen el tema de la infancia en su discurso, pero siempre digo que no es hacer por hacer, es hacer lo que hay que hacer. Hoy salen a decir que están haciendo, pero después cuando ves la ejecución no se ejecuta, y cuando ves la toma de decisiones van en un sentido contrario a lo que se venía avanzando”. “Habría que pasar de los discursos a las acciones”, finalizó.

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