En vísperas del inicio de clases, el fin de semana hubo varias instancias de diálogo entre docentes organizados. Uno de esos casos fue el de los más de 500 profesores de Historia que el sábado conformaron una sala nacional autoconvocada, y manifestaron sus discrepancias con la transformación educativa que este mismo lunes comienza a implementarse en varios de los primeros tramos de la educación Primaria, Secundaria y de la Universidad del Trabajo (UTU).
“La desprofesionalización, la falta de espacios de reflexión compartida y de tiempos reales para coordinar y debatir, inciden directamente en nuestro trabajo generando malestar y desánimo en el colectivo docente. No compartimos estas prácticas autoritarias. No nos sentimos identificados con esta reforma”, manifestaron los docentes a través de un comunicado.
En primer lugar, objetaron “la forma de trabajo de las autoridades”, en especial la ocurrida el viernes 24 de febrero. Según afirmaron, los profesores de Historia de Secundaria fueron convocados a una sala con la inspección de la materia, pero en el encuentro “no se habilitó el diálogo ni el intercambio”, sino que solo pudieron emitir palabras las inspectoras y las contenidistas de Ceibal. Para los docentes, este tipo de comunicación “está alineada con una reforma verticalista que ha negado cualquier tipo de crítica o sugerencia constructiva”.
En segundo lugar, rechazaron la modalidad por competencias –eje central de la reforma– “como única forma de enseñanza de la Historia”. Consideraron que la obligatoriedad del enfoque competencial “niega la rica tradición pedagógica y didáctica de nuestra profesión. Pero, sobre todo, cuestiona la profesionalidad docente y desconoce la libertad de cátedra como marco referencial de nuestra praxis docente”.
Por otro lado, evidenciaron que las autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública llevan adelante “una importante improvisación”, en tanto definen “documentos y reglamentos que cambian permanentemente”. En ese marco, los docentes denunciaron que “no se habilitaron espacios de intercambio, debate y discusión real con las y los profesores para la confección de los programas de Historia de la EBI [Educación Básica Integrada], ni se consultó a referentes académicos de nuestra disciplina”. Asimismo, señalaron que la Asamblea Técnico Docente emitió “cuestionamientos que en su mayoría han sido desoídos”.
En cuanto a la reforma educativa, por último, manifestaron su repudio ante “la visión mercantilista que convierte a los educadores en meros aplicadores de fórmulas o recetas impuestas por las autoridades”. En ese sentido, señalaron que les parece “grave que actores políticos quieran imponer contenidos y concepciones, desacreditando la experticia y el profesionalismo de la investigación histórica académica”.
En resumen, según los docentes, “los verdaderos problemas que atraviesa nuestro actual sistema educativo se encuentran en el recorte presupuestal, la falta de equipos multidisciplinarios, de apoyos pedagógicos y las condiciones materiales que viven nuestros estudiantes; no en las diversas formas en que enseñamos la disciplina”.