Después de una larga previa, en 2021 la Universidad de la República (Udelar) definió instituir formalmente una Facultad de Artes que, si bien ya había sido nombrada de esa manera, hasta ese momento no estuvo en funcionamiento.
De esa forma, se concretó la fusión de la ex Escuela Universitaria de Música y el ex Instituto Escuela Nacional de Bellas Artes (Ienba). Cada una de esas instituciones se constituyó en un instituto académico de la nueva facultad, a la que se sumó un tercero de Artes Escénicas, con una fuerte base de quienes componen la Licenciatura en Danza Contemporánea.
Como es habitual, la construcción académica fue acompañada de obras edilicias que permitirán que la interacción entre los distintos actores de la facultad sea más rica y que, por lo tanto, contribuya al crecimiento académico. La Udelar, institución en la que los recursos siempre son escasos, definió priorizar la culminación de las obras en la Facultad de Artes, lo que, una vez que se concrete, liberará recursos para la concreción de otros proyectos, entre ellos las nuevas sedes de las facultades de Química y de Humanidades y Ciencias de la Educación.
En ese marco, la Facultad de Artes organizó un recorrido por el edificio donde antes funcionaba el Liceo Francés, en 18 de Julio y Gaboto, en el que los arquitectos a cargo de la obra explicaron los detalles. Horacio Flora, titular de la Dirección General de Arquitectura (DGA) de la Udelar, Fernanda Goyos, responsable del proyecto e integrante de la DGA, y Verónica Piñeyrúa, responsable de la ejecución de la quinta etapa e integrante del Plan de Obras de Mediano y Largo Plazo de la Udelar, contaron que su culminación está prevista para febrero o marzo del año que viene.
Por su parte, el decano de la facultad, Fernando Miranda, explicó que, más allá de que luego se podrá continuar con la expansión de la sede, la culminación de las obras permitirá que todas las actividades del servicio universitario funcionen en el edificio. Esto implicará que los 3.000 estudiantes, 250 docentes y 60 funcionarios técnicos, administrativos y de servicio con los que cuenta el servicio estén por primera vez bajo el mismo techo.
Actualmente, la facultad cuenta con una sede en Pocitos, en la calle José Martí, que cuando se inauguren las obras y se concrete la mudanza será entregada a la Udelar.
Vínculo con la historia
Los arquitectos señalaron que no fue sencillo realizar las obras en el antiguo edificio, que fue adquirido por la Udelar en 2001 y dos años después pasó al entonces Ienba. Mencionaron que desde el inicio debieron bregar por una integración entre lo nuevo y lo ya existente, un edificio con historia y una disposición bien marcada. Además, dijeron que el hecho de que esté ubicado en una zona tan relevante y visible de la ciudad exige “otra responsabilidad” para las obras.
Después de una fase en la que se hizo una refuncionalización de la fachada y el hall de entrada, esta última etapa consta de reformas internas en 2.100 metros cuadrados del edificio preexistente y 3.000 metros cuadrados de obra nueva, que se ubica principalmente en tres nuevos pisos con los que contará el local.
Como suele ocurrir con las obras a cargo de la DGA, el vínculo con la comunidad académica de la facultad estuvo desde el inicio. Según explicaron los arquitectos, antes de comenzar con la etapa se realizaron varias reuniones con integrantes de los departamentos de la facultad, de forma de relevar sus necesidades, ya que al albergar actividades que van desde la danza a la cerámica y la escultura, pasando por la música y la serigrafía, los espacios tienen requerimientos muy específicos.
En función de esto, los arquitectos elaboraron un proyecto que tuvo nuevas reuniones para su validación y, finalmente, fue remitido al Consejo de la facultad para su aprobación. Recién entonces se hicieron los llamados a licitación de la obra, detallaron desde la DGA.
Cuando la última etapa esté culminada, el edificio contará con una nueva biblioteca, que significará la unificación de las tres que hoy funcionan en distintos locales. El nuevo espacio estará construido en uno de los patios internos del edificio y sobre el techo de la biblioteca se montará una plaza al aire libre que dará a la cantina.
Por su parte, el gimnasio pasará a ser una sala polivalente para que todas las disciplinas artísticas puedan aprovecharlo, tendrá gradas retráctiles y dará a otro de los patios. En tanto, en los tres nuevos niveles que tendrá el edificio habrá aulas y distintos espacios de taller, como el de artes gráficas y artes del fuego. Para ello, se instalarán pesados hornos que podrán ser subidos gracias a que el local contará con un nuevo montacargas, previendo que con su uso será frecuente el transporte de elementos pesados.