Emergencia cultural y transformación educativa es el nombre del libro que incorpora aportes del matemático Roberto Markarian, el publicista Claudio Invernizzi y los docentes Gustavo Espinosa, Fernanda Alanís, Virginia García Montecoral, Andrés Olivetti, Cecilia Manzione y Rosana Cortazzo. Los artículos de cada autor dan cuenta de su exposición en los conversatorios organizados por el equipo del consejero docente en la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) Julián Mazzoni, que también coordina la publicación.
Este martes en el teatro El Galpón se hizo la presentación del libro, que aborda el vínculo entre la educación y la cultura, más específicamente los cambios que se realizan en la primera y su impacto en la segunda. Según explicó Mazzoni, la necesidad de generar conversatorios y difundir su contenido tiene que ver con que, según consideran, a la Transformación Educativa diseñada por la ANEP le faltó discusión, no sólo a nivel del sistema educativo, sino también con actores de la sociedad en su conjunto.
Por eso, Mazzoni también ha reclamado reiteradas veces que se convoque a un Congreso Nacional de Educación, sin éxito hasta el momento. Según el consejero, que haya “un gran debate” educativo es el requisito primordial para que se diseñe una política que atienda los principales problemas del sistema. Además, el consejero se refirió a la necesidad de incorporar a las políticas a actores de otros ámbitos del Estado, ya que por sí sola la educación no puede responder a los problemas que se presentan a diario.
La consejera docente del Consejo de Formación en Educación, Nirian Carbajal, hizo un repaso de los ocho artículos del libro, que abordan temas diversos como la formación en matemática, el enfoque de competencias, el presupuesto educativo y la participación docente, entre otros. En la mesa también estuvieron Markarian y Espinosa, quienes hablaron de sus propios artículos pero también de otras reflexiones que se encuentran en la publicación.
Por ejemplo, el exrector de la Universidad de la República se mostró especialmente preocupado por la forma en que los estudiantes acceden a la formación en matemática, disciplina que, según dijo, hay que pensar asociada a la cultura y como una forma de ver el mundo. En concreto, señaló que la matemática puede “colaborar en una mejor visualización de las concepciones y el modo de razonar” de los individuos.
Markarian aseguró que “la dirección del sistema educativo actual es todo lo contrario” a la idea de pensamiento crítico, más allá de que esa sea una de las competencias que la Transformación Curricular busca desarrollar en los estudiantes. Según el exrector, el desarrollo del conflicto en el IAVA el año pasado y las discusiones que hay en la ANEP sobre la colocación de placas o la declaración de sitios de memoria son sólo dos ejemplos que “muestran que la promoción de la crítica y de la libertad de opinión está totalmente contrapuesta” con los documentos curriculares. En adición, Markarian cuestionó que en dichos documentos existe un “planteo individualista” del pensamiento crítico, ya que no se lo vincula a la posibilidad de desarrollarlo en colectivo, por ejemplo, integrando a distintos colectivos organizados.
Según adelantó, desde la Academia Nacional de Ciencias desarrollaron un documento que da cuenta de la situación de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y la matemática (STEM, según su sigla en inglés) en el sistema educativo uruguayo y, entre otras conclusiones, se plantea que uno de los principales problemas de la enseñanza de la matemática es la formación que reciben los docentes, principalmente en el profesorado. Lamentó que “el conocimiento disciplinar pasó a estar dejado de lado” en la formación y aseguró: “Uno se cruza con docentes de matemática que saben poco de lo que están enseñando o que saben lo que están enseñando, pero desconocen el contexto”. “No se puede enseñar ecuaciones sin saber por qué surgieron las ecuaciones, para qué aparecieron, quién fue el que las inventó y cómo ese mismo estudiante lo va a usar más adelante”, completó.
Por su parte, Espinosa marcó que muchos de los planteos que se hacen en el libro tienen varias décadas de antigüedad y mantienen su vigencia. Por ejemplo, se refirió a varios reclamos de la Asamblea Técnico Docente de Secundaria, entre ellos uno que en 2005 marcó la necesidad de declarar una situación de “emergencia educativa”. Uno de los aspectos que en ese momento la fundamentaban era el desarrollo de “una pedagogía más interesada en asistir y contener que en enseñar”, según leyó.
El profesor de Literatura también habló de la necesidad de “articular la lucha por el salario y las condiciones de trabajo con la tarea creativa y crítica que demanda la relevancia humana de la profesión”. Reivindicó que se trata de “una tarea política de la que no debemos distraernos ni dejarnos asustar por aquellos que cada tanto invocan el fantasma de la laicidad violada”.
Según Espinosa, la realización de los conversatorios, la compilación de sus contenidos y su publicación “puede verse como una culminación importante en la ya prolongada disputa que sostienen los profesionales de la educación y los colectivos que los reúne y que los representan por coparticipar en la construcción del sentido de la educación pública”.
Además de en papel, el libro puede descargarse o solicitarse al correo electrónico libroemergenciacultural@gmail.com.