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Archivo, 2024.

Foto: Ernesto Ryan

Aumento de escolares que pasaron de grado con calificaciones insuficientes reaviva discusión sobre repetición y estrategias de acompañamiento

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La ANEP revisará el Reglamento de Evaluación del estudiante; sin embargo, las miradas sobre la repetición son diversas y es vista por algunos como un factor de incidencia en la desvinculación estudiantil.

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“La repetición es un derecho”, afirmó a la diaria Alejandra Pereira, secretaria general de la Federación Uruguaya de Magisterio-Trabajadores de la Educación Primaria (FUM-TEP). Es que desde que las autoridades de la pasada Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) aprobaron un nuevo reglamento del estudiante en el marco de la transformación educativa, la posibilidad de repetir se eliminó en tres grados de la escuela pública: primero, tercero y quinto.

Más allá de que la nueva implementación trajo consigo algunos reparos y otras defensas, la discusión sobre si la repetición es una medida efectiva para el aprendizaje y la continuidad de la trayectoria estudiantil data de tiempo atrás: en diálogo con la diaria, Antonio Romano, director ejecutivo de Políticas Educativas de la ANEP, aseguró que a nivel del organismo “se instaló en el período 2015-2020” y fue recién el Consejo Directivo Central (Codicen) pasado que aterrizó una posición a nivel de normativa.

Romano explicó que a través del nuevo marco curricular se instaló “un perfil de tramo con distintos objetivos anuales de aprendizaje”, intentando “poner en relación el momento que se toma la repetición con los ciclos educativos que exceden al año”. Para el jerarca, estos cambios “resultan interesantes porque habilitan la posibilidad de pensar y de dar más tiempo, reconociendo los diferentes tiempos que tienen los estudiantes y los alumnos para aprender”.

Recientemente, la ANEP presentó el 22º Monitor Educativo de Educación Inicial y Primaria, que refiere a los datos del año lectivo 2024. Con respecto a la repetición de primero a sexto año de educación primaria común, informaron que se ubicó en 2%, lo que significa que aumentó un punto porcentual con respecto a 2023 y que disminuyó 0,8% con respecto a 2022.

Si bien en primero, tercero y quinto año no hubo estudiantes que repitieran porque la transformación educativa eliminó esa posibilidad, “en dichos grados el porcentaje de estudiantes con calificaciones insuficientes se incrementó”. Al mismo tiempo, en todos los grados en los que está habilitada, la repetición aumentó. En el documento, la ANEP asoció esa situación a “la matriculación en estos grados de alumnos que promovieron del grado anterior con calificaciones insuficientes”.

De acuerdo con Romano, sin embargo, los datos también dan cuenta de que “en Primaria la evolución de la repetición mantiene la tendencia a la baja que se viene planteando desde hace mucho tiempo”.

En la práctica

“Esto es una consecuencia que se venía avizorando cuando en la pandemia se sacó la obligatoriedad de la asistencia”, manifestó Pereira respecto de los datos que arrojó el Monitor sobre la repetición, puntualmente sobre las calificaciones insuficientes.

En ese marco, Pereira remarcó la necesidad de que exista la repetición, porque su eliminación significa “homogeneizar algo que no es real”. Asimismo, especificó que, por ejemplo, como todos los estudiantes de primero pasan obligatoriamente a segundo, en este último grado “la maestra tiene un panorama complejo”. Según fundamentó, “hay un grueso que no aprendió a leer ni a escribir, pero ella también tiene que dar los contenidos de segundo”.

Al profundizar sobre ese punto, recordó que muchos de los grupos escolares están superpoblados y cuentan con más de 30 niños y niñas, por lo que en ese contexto “es difícil hacer una tarea individualizada que atienda esas dificultades”.

“La repetición es algo favorable”, reiteró. Para Pereira, es necesario “revertir la decisión de que no se pueda repetir”, porque, entre otras cosas, “les quita a grandes poblaciones escolares, sobre todo de los quintiles más bajos, la posibilidad de aprender, el derecho del tiempo de aprender”.

Al respecto, si bien el monitor marcó que “el incremento de la repetición se extiende a todos los niveles de contexto sociocultural”, también detectó que existe una “brecha entre los dos quintiles extremos” que “es importante: la repetición en el quintil 1 (el más desfavorable) fue en 2024 3,7 veces mayor que en el quintil 5 (el más favorable)”.

Gabriela Salsamendi, directora general de Educación Inicial y Primaria, analiza los datos sobre repetición y las calificaciones insuficientes desde dos “dimensiones”. Por un lado, señaló a la diaria que se piensa en “cómo atendemos a los niños que pasaron de primero a segundo, de tercero a cuarto o de quinto a sexto con promociones insuficientes”. Por otro, señaló que las autoridades analizan qué hacer de ahora en adelante con el reglamento de evaluación, que cuenta con “determinadas reglas” para el pasaje de grado.

Sobre el primer punto, Salsamendi aseguró que se está trabajando con tutorías. En concreto, dijo que se destinarán 6.000 horas para 300 funcionarias que, básicamente, “buscan atender a los gurises que pasan de primero a segundo con las calificaciones insuficientes y en segundo no adquirieron los conocimientos esperados”.

Mientras tanto

Salsamendi explicó que en segundo año es cuando los grupos de clase son “más heterogéneos y las maestras tienen que trabajar con planificaciones múltiples por los distintos niveles de aprendizaje” con los que llegan los estudiantes. “Esto es todo un desafío y las maestras no tienen a veces los tiempos para poder acompañar las trayectorias individuales de estos niños”, dijo.

Por esa razón, destacó la importancia de las tutorías, aunque señaló que “no alcanzan para todos los niños y todas las escuelas”, más allá de que “en casi todas” hay estudiantes que promovieron sin los niveles de desempeño esperados. Por eso, desde la Dirección General de Educación Inicial y Primaria (DGEIP) alientan “a los colectivos a que busquen otras formas de organizarse dentro de la escuela, en donde el maestro secretario o director pueda interactuar con esos niños que pasan sin los aprendizajes suficientes, o que las maestras de primero y segundo puedan cambiarse los niños en algún momento para que una trabaje con los más disminuidos y la otra con los más avanzados”.

En cuanto al actual reglamento de evaluación del estudiante, Salsamendi recordó que también incluye el resto de los subsistemas y, en ese marco, aseguró que “va a haber que hacer una revisión y análisis en la órbita del Codicen”. Agregó que desde la dirección ejecutiva de Políticas Educativas, a cargo de Romano, se trabajará “en una hoja de ruta para revisar los documentos”.

Eso, aclaró, “no significa que se vayan a tirar por la borda”: en el análisis podría definirse que el reglamento quede tal como está, que se vuelva a un régimen similar al anterior o también algún escenario intermedio.

Para Salsamendi, sin embargo, “la repetición no puede ser un recurso pedagógico o, por lo menos, no el único”. “Lo cierto es que quitándolo del sistema educativo deberías implementar otra serie de acciones, como las tutorías”, afirmó.

Por otra parte, dijo que hay una investigación aún no cerrada de la División de Planificación y Desarrollo Educativo de la ANEP que hizo un seguimiento de la primera generación de niños y niñas que pasaron obligatoriamente de primero a segundo, y se observó que el 10% de los niños que habían pasado de primero a segundo con notas de insuficiencia “es el mismo 10% que con el reglamento anterior hubiera repetido”. Aun así, manifestó que “lo interesante es que al final de segundo año más o menos la mitad de estos niños pasaron a tercero y no repitieron”.

Resta acceder al informe de la investigación, dijo, pero agregó que “hay que ver si esa mitad de niños que pasaron a segundo con ese número necesitaba mayor tiempo de maduración y pudo pasar con las herramientas, o si fue efecto de las tutorías u otra variable”.

De cara a la próxima ley presupuestal, Salsamendi señaló que “la idea es mantener o incluso incrementar” las tutorías. En caso de que luego de la revisión el pasaje de grado se mantenga como está, Pereira enfatizó que “se necesitan todas las figuras posibles de docentes que puedan ser de apoyo y que puedan ayudar a los niños que pasan con insuficiente”. Asimismo, subrayó la necesidad de que se reduzca la cantidad de alumnos por grupo para lograr un abordaje más individualizado.

La discusión al plano de lo colectivo

Para el director ejecutivo de Políticas Educativas de la ANEP, la repetición “no es un derecho”: “Lo que hay es un derecho a la educación que se puede interpretar de maneras distintas”. De acuerdo con Romano, en ese marco y considerando que los “estudiantes necesitan cosas distintas porque no todos transitan de la misma manera”, “el ecosistema educativo debe encontrar las mejores maneras para que un estudiante pueda finalizar la educación obligatoria en tiempo y forma”.

En este contexto, para Romano el reglamento actual significa “un paso más” con respecto a la repetición, ya que “se enseña a todos pero se admite que puede ser a diferentes tiempos”. Sin embargo, señaló que el problema radica en que “la enseñanza simultánea estructura el modo del trabajo docente y los grupos funcionan en homogeneidad de niveles de aprendizaje”.

Un cuestionamiento válido para el jerarca es “en qué medida la repetición favorece mejores aprendizajes de los estudiantes cuando interviene como medida de carácter pedagógico, para lograr que un estudiante aprenda lo que se supone que debe haber aprendido”. Según Romano, un factor importante es que “el rezago a la larga es uno de los principales factores que está asociado a la desvinculación, además del ausentismo”.

“¿Estamos pensando en una educación para todos obligatoria? ¿La repetición tiende a favorecer? Si a mediano o largo plazo tiene consecuencias en la continuidad, lo tenemos que revisar”, dijo.

Su postura, sin embargo, no necesariamente es “suprimir la repetición”, sino “quizá ampliar el registro de instrumentos” de los que el sistema educativo dispone para acompañar a los estudiantes. Según Romano, este punto “es lo más importante, porque ahí es el propio sistema educativo el que reconoce que necesita otros apoyos para hacer efectivo el derecho a la educación”.

En este marco, aseguró que es necesario discutir a partir de la constatación de que ni la repetición ni la promoción automática resuelven el problema. Asimismo, destacó la tendencia a la baja de la repetición, a pesar de que “hay un núcleo duro que se resiste”. “No creo que debamos proscribir la repetición, no es una solución, pero creo que el proceso de discusión ha llevado a que progresivamente la repetición no sea el principal recurso al que se apela cuando un niño no aprendió lo que se esperaba que se aprenda”, agregó.

Romano agregó que “el problema no es la repetición”, sino “cuando un niño no alcanza los objetivos que esperamos en un año”. Al respecto, se requiere pensar “qué estrategias se generan para que tenga la mejor trayectoria posible”. En ese sentido, el jerarca de ANEP confirmó que se revisarán los programas y reglamentos en la órbita del Codicen y en diálogo con los distintos colectivos docentes, como las Asambleas Técnico Docentes.

“No es que yo esté de acuerdo con este reglamento en particular, pero creo que hay tiempos para tomar decisiones y tienen que ser con grandes acuerdos colectivos, en los que exista el convencimiento de que la decisión que se toma es la más adecuada para garantizar el derecho a la educación de los niños y niñas en Uruguay”, manifestó.

Para cerrar, Romano resumió que en base a distintas investigaciones, “la repetición produce rezago y discontinuidad de la trayectoria” estudiantil y, por lo tanto, es necesario “ser capaces de generar nuevas estrategias como desafío y como política”. En ese sentido, recalcó que asume la “responsabilidad” y que no debe ser tarea del docente, porque “no se tiene que doblar en dos para trabajar distinto con 30 alumnos; es muy difícil así”.

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