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Universidad de la República.

Foto: Gianni Schiaffarino

El Espacio Universitario Renovador publicó su plataforma de cara a la elección de rector de la Udelar e impulsará una nueva candidatura

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El colectivo plantea que la aprobación de una nueva Ley Orgánica es “indispensable” y se muestra crítico con las políticas de investigación y extensión en la institución.

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Mientras el Consejo Directivo Central (CDC) tiene en su orden del día la fijación de la primera Asamblea General del Claustro (AGC) electora del próximo rector de la Universidad de la República (Udelar), siguen ocurriendo movimientos en distintos colectivos de la institución. En los últimos días se difundió públicamente un documento con los lineamientos programáticos del Espacio Universitario Renovador, que integran varios docentes de distintos servicios universitarios.

El documento se titula Apuntes para una reforma necesaria del sistema nacional de educación pública terciaria y superior y hace un diagnóstico de la situación actual de dicho sistema y en particular de la Udelar, para la que también se presenta distintas propuestas. Algunas de las áreas que se abordan son el presupuesto, la política salarial de los funcionarios, las políticas de investigación, extensión y enseñanza, y la necesidad de cambios en la gestión y la forma en que se organiza la institución.

En diálogo con la diaria, Nicolás Wschebor y Gianella Bardazano, integrantes del colectivo, explicaron que consideraron necesario primero discutir y elaborar un documento programático para después considerar distintas candidaturas que puedan llevar adelante el programa. Según afirmaron, esa idea sigue en pie y posiblemente esta semana surja el nombre de una persona que se sume a los de los otros tres candidatos confirmados hasta el momento. Al respecto, agregaron que desde hace tiempo están trabajando para que la candidata impulsada por el movimiento sea una mujer, algo que, si bien no es un requisito excluyente, es una firme voluntad de quienes integran el colectivo.

Al respecto, Bardazano aclaró que con ello no están haciendo una “reivindicación identitaria” y, por tanto, no consideran que “sea turno de una mujer por el hecho de ser mujer”. “No se trata de eso, pero sí es verdad que la universidad, al igual que el país, está en un momento en que parece haberse reconocido que hay una desigualdad histórica en las oportunidades y pensar en la posibilidad de una mujer candidata es una medida de justicia democrática”, agregó.

Por su parte, la docente de Facultad de Derecho contó que el colectivo venía intercambiando sobre las propuestas que tomaron forma en el documento y, en algunos casos, abordan grandes discusiones sobre importantes reformas que consideran pendientes en la Udelar. En ese sentido, desde el movimiento esperan que la campaña rectoral sirva para dar esas discusiones, aunque notan que las fechas que se están manejando para la elección no contribuyen para que ello ocurra.

Tiempos “acotados” para la discusión y la necesidad de mejorar la gobernanza

Wschebor se mostró de acuerdo con el argumento de algunos colectivos como la Asociación de Docentes de la Udelar (ADUR) respecto de que la elección sea lo antes posible, principalmente para que el rector tenga la “legitimidad democrática” a la hora de tomar decisiones. No obstante, también estuvo de acuerdo con otra parte de la resolución de la ADUR que plantea la necesidad de que la institución se dé tiempos propicios para la discusión. En ese sentido, valoró que el calendario que está planteado para la elección, que en el CDC tiene como propuesta que la realización de la primera AGC electora sea el 18 de junio, es “un poco acotado”.

“Me da la sensación de que la cosa todavía está medio fría. Es raro, porque, por un lado, alguna gente sostiene que hay que darnos todos los tiempos habidos y por haber para todos los temas, a veces durante años. Por el otro, cuando viene el momento de elegir rector, que tendría que ser la gran discusión, en la que pudiéramos tener tiempo para debatir y madurar las ideas, intercambiar, hacer debates, que la gente se interiorice en las propuestas, ahí hacemos lo opuesto, que es apurar todo y elegir muy rápido”, cuestionó.

Ambos se mostraron de acuerdo con que el debate de cara a la actual campaña rectoral no es tan hostil como en elecciones anteriores, y Bardazano planteó que posiblemente ello tenga que ver con que las candidaturas que están sobre la mesa “no son novedosas” y los programas no presentan grandes diferencias. De todas formas, consideró que en la Udelar en general no existen diferencias importantes sobre las grandes líneas de política de la institución, pero suelen aparecer mayores matices cuando se discute cómo llevarlas a la práctica en acciones concretas.

Como ejemplo, Wschebor planteó que algunos integrantes del colectivo apoyaron a Rodrigo Arim como candidato en 2018, cuando resultó electo rector en contraposición a Roberto Markarian, y que algunos más lo apoyaron de cara a su reelección, en 2022, cuando fue elegido por un amplio consenso. No obstante, señaló que en su segundo rectorado Arim estaba teniendo “un problema muy serio de gobernabilidad”, ya que incluso algunos de sus principales apoyos en el cogobierno “no le llevaban su programa”. Según completó, ello se dio principalmente con la serie de reformas del plan Universidad en Movimiento, cuando discusiones sobre temas puntuales que no deberían llevar mucho tiempo se terminaron “eternizando” por no poder llegar a acuerdos.

Por ello, desde el colectivo que integran plantean una serie de reformas para modificar la gobernanza de la institución y ello incluye cuestiones más macro, como la reforma de la Ley Orgánica de la Udelar, pero también otros aspectos que no requieren un cambio legal. Por ejemplo, Wschebor mencionó la necesidad de que el CDC discuta las principales líneas de acción de la institución y deje destinar más de una hora en algunas sesiones para abordar las renovaciones de docentes en el régimen de dedicación total (DT) en la Udelar.

La Ley Orgánica y una nueva organización en distintas universidades

En su plataforma, el colectivo considera que es “indispensable” reformar la Ley Orgánica de la institución para, por ejemplo, lograr que todos los servicios de la Udelar puedan ser parte de las decisiones del cogobierno universitario. Más allá de que Bardazano consideró que es posible seguir produciendo cambios sin la modificación de la ley, el cambio legal debe ser concebido como una posibilidad de generar otras transformaciones en la estructura universitaria.

Debido al tamaño que tiene actualmente la Udelar después de varias décadas de crecimiento a nivel de matrícula, propuestas formativas y territorios en los que está presente, una de las propuestas del movimiento es que los distintos servicios del organismo se reorganicen y conformen distintas universidades que tengan autonomía y la posibilidad de tomar decisiones de forma más ágil y directa. Según explicaron Wschebor y Bardazano, ello también posibilitaría “diversificar” las modalidades de enseñanza, al mismo tiempo que puede ser una posibilidad de incorporar otro tipo de formaciones, como la de educadores. Al respecto, consideraron que el pasaje del actual Consejo de Formación en Educación a una de estas universidades que se crearían en el marco de la Udelar sería un mecanismo para lograr una universidad de la educación sin necesidad de mayorías especiales en el Parlamento.

Consultados al respecto, señalaron que los criterios con los que se generaría esa subdivisión pueden ser tanto territoriales como disciplinares, y que una nueva Ley Orgánica debería definir los principios generales para el funcionamiento de la institución y determinar los organismos que la componen. De esa forma, detalles como la conformación detallada de cada organismo quedarían a cargo del propio cogobierno universitario a través de reglamentaciones internas.

Según plantearon, en este contexto también sería oportuno que la Udelar revea su política de desarrollo en el interior. Sobre ese tema, los integrantes del colectivo señalaron que “no es razonable” que la universidad siga creciendo sin que haya un apoyo presupuestal que lo sustente, porque, de esa forma, se pone en duda la calidad de las actividades que puede realizar la Udelar en las nuevas sedes. Al respecto, recordaron que el eje del trabajo del colectivo es el de “la defensa de la calidad académica de la institución”.

Las funciones universitarias

Desde el Espacio Universitario Renovador no están conformes con la política de investigación de la Udelar y, si bien son conscientes de que por una cuestión de escala es poco probable que la institución se pueda ubicar entre las mejores universidades del mundo en la materia, sí debería ser capaz de competir con otras universidades de la región. Según explicó Wschebor, parte del problema es lo poco que se investiga fuera de la Udelar y por ello la institución debe ser un actor central a la hora de diseñar un ecosistema de ciencia e innovación en el país.

Dentro de las acciones que la propia universidad podría mejorar a su interna, los docentes señalaron la necesidad de mejorar la formación de posgrado que se ofrece y, en ese sentido, una de las propuestas es “duplicar la cantidad de personas que están realizando posgrados con una beca en la Udelar en un plazo de cinco años”. Dentro de esa área, también marcaron que generar un “fondo de estabilidad laboral” sería positivo para quienes culminan una formación de posgrado apoyados por una beca, ya que cuando esta culmina no tienen dónde insertarse laboralmente.

Como uno de los desafíos para pensar la política de la Udelar en investigación, Bardazano marcó la “heterogeneidad” en el desarrollo en esta área que presentan distintos servicios y disciplinas.

Desde el colectivo también sostienen la necesidad de rediseñar las políticas de evaluación de los docentes de forma de reducir el tiempo que deben dedicar a esa tarea, lo que les quita la posibilidad de dedicar ese tiempo a actividades centrales de su labor. A modo de ejemplo, Wschebor señaló que en su caso es investigador en Física y docente de la Facultad de Ingeniería, por lo que es evaluado como docente en su cargo, pero también en su pertenencia al régimen de DT, como integrante del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas y también por ser parte del Sistema Nacional de Investigadores. Por si fuera poco, también debe evaluar a los tesistas de los que es tutor y también a los docentes que están a su cargo en la facultad.

Si bien desde el espacio defienden la necesidad de que exista evaluación, también “es importante que tengamos un buen sistema de evaluación”. “Evaluar bien no quiere decir evaluar todo el tiempo todo y vivir llenando formularios que son casi iguales pero ligeramente diferentes”, completó. En ese sentido, consideró que se debe transitar por caminos que permitan unificar algunos de esos procesos, como la posibilidad de hacer coincidir las evaluaciones docentes y las de la DT que se está discutiendo actualmente en la Udelar.

De la misma manera que promueven la necesidad de generar formas diversas de evaluar la investigación científica de acuerdo a las distintas disciplinas de las que se trate, el colectivo considera que en la extensión debe pasar algo similar. “Todo lo que combatimos de la cosa sesgada a nivel de la investigación se está dando a veces en la evaluación de la extensión y eso no está bien”, sostuvo Wschebor. Desde el espacio plantean que es fundamental promover el desarrollo de conocimiento “fuera de las puertas de la universidad” y, en ese sentido, el documento sostiene que “la imposición de una visión reduccionista de la extensión y el relacionamiento con el medio” sólo llevará a la Udelar a “luchas intestinas esencialmente estériles”.

En este marco, desde el Espacio Universitario Renovador invitan a docentes, egresados y estudiantes de la Udelar a involucrarse en las discusiones que están comenzando a generarse sobre la elección del rector, y pretenden aprovechar la instancia para “proponer cambios que valgan la pena de ser militados” y, de esa forma, romper con la falta de interés que muchas veces genera la política universitaria.

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