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José Mujica, el 27 de octubre, en la escuela Turquía.

Foto: Alessandro Maradei

José Mujica votó rodeado de militantes y llamó a “apuntalar la democracia”

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“Capaz que es mi último voto”, dijo el expresidente, que ingresó a la escuela 149 en silla de ruedas.

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José Mujica dijo que estaba con “mucha debilidad encima” y con falta de fuerza para caminar por sus medios. Pese a todo, no dudó a la hora de ejercer el deber cívico y disfrutar de la democracia, que, para el Pepe, sigue siendo el mejor sistema para elegir a los gobernantes de un país, y llamó a “apuntalar la democracia”.

Mujica madrugó y salió de la chacra antes de que los rayos de sol dieran de lleno en la mañana dominical. Se dirigió a la escuela 149, ubicada en Carlos María Ramírez y Turquía, cerca de la terminal de ómnibus del Cerro. Si bien es un lugar de movimiento comercial en el corazón del barrio, este domingo había más gente que de costumbre: periodistas internacionales y locales que se mezclaban con decenas de personas que se acercaron a saludar al expresidente. Fue una votación con una connotación especial: “Capaz que es mi último voto”, dijo Mujica.

El exmandatario llegó minutos antes de las 8.00. Su equipo de colaboradores lo ayudó a bajar del auto y Mujica ingresó en silla de ruedas al centro educativo. En el corto trayecto al circuito 2030 –el más cercano a la puerta–, respondió las primeras consultas de los periodistas y recibió gritos de aliento que interrumpieron la tranquilidad y el silencio del arranque de la jornada: “¡Vamos, Pepe!” y “¡Gracias, Pepe!” fueron algunas de las expresiones de apoyo que se escucharon.

Había banderas del Frente Amplio (FA) de diferentes sectores, vecinos con remeras de la 609, una campera de Rampla, una camiseta del Progreso de Tabaré Vázquez y también se acercó el Toto, el emblemático utilero de Cerro, vestido íntegramente con la ropa del albiceleste. Clubes deportivos de la zona y mayoritariamente vinculados a la izquierda, como tantas veces, le prestaron sus colores en apoyo al líder histórico del Movimiento de Participación Popular (MPP).

Mujica votó rápidamente. Fuera del cuarto secreto esperaban los trabajadores de la mesa electoral y un montón de fotógrafos para retratar el momento. Luego de poner el sobre en la urna, el dirigente frenteamplista salió del recinto entre fotos, gritos y aplausos, y se tomó unos minutos para hablar con la prensa.

Aunque físicamente deteriorado, a la hora de hablar Mujica mantuvo su estilo y criticó con ironía al candidato del Partido Colorado, Andrés Ojeda, por el gasto que hizo en la campaña: “Pensé que era blanco”, lanzó. Además, tuvo un cruce con un periodista argentino, al que le dijo que “es difícil que en Argentina haya un gobierno bueno”, y agregó que el actual presidente, Javier Milei, “por ahora está acentuando la pobreza”.

Aunque su estado de salud le impidió mantener la rutina de la jornada electoral que llevó adelante durante muchos años y no almorzó en el quincho de Varela como acostumbra, recibió visitas del extranjero en su casa.

Lucía Topolansky: el valor de la democracia y las comidas a escondidas

La exsenadora y esposa de Mujica, Lucía Topolansky, votó en la escuela rural 159, ubicada en la intersección de camino Sanguinetti y camino O’Higgins. Si bien estaba previsto que sufragara a las 9.30, lo hizo unos minutos antes de las 9.00; fue la votante número 27 del circuito 2365. En el resto de los salones había filas largas que llegaban hasta el patio del recreo, pero la dirigente hizo todo muy rápido y en su circuito sólo había un delegado del FA, que se mostró contento por salir en las cámaras.

Topolansky estuvo tranquila, pausada, y se tomó tiempo para todo: se tomó fotos, saludó a los presentes y charló con la prensa. Con una sonrisa, habló de la felicidad de volver a participar en el acto democrático que tiene lugar cada cinco años: “Los que vivimos la dictadura tenemos eso nítidamente claro. Además, el mundo está muy complicado en términos de democracia. Uruguay es un país bastante excepcional, que puede tener un rol unificador”, fueron algunas de sus reflexiones.

Esta vez no estuvo acompañada por Mujica. Lamentó no poder ir a almorzar al quincho de Varela y dijo que en su casa últimamente suele comer sola por las dificultades de salud de Mujica. Sin embargo, reconoció que le gusta cuando el Pepe “se la banca” y la acompaña: “Se lo agradezco porque es linda compañía”.

Lucía Topolansky, el 27 de octubre, en la escuela 159.

Foto: Gianni Schiaffarino

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