Un convenio firmado entre el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y la Intendencia de Montevideo promueve el acceso a la cultura para las personas trans, en el entendido de que el acceso a las actividades culturales es fundamental para la inclusión.
Según estas instituciones, la exclusión social y cultural que atraviesa la población trans genera muchos daños, entre los que se encuentran la desvinculación del sistema cultural y educativo, que a su vez repercute en la limitación de otros derechos. Por eso, consideran “fundamental implementar espacios de corresponsabilidad que aseguren el ejercicio del derecho a los bienes culturales y el acceso a las oportunidades para poder ejercerlo”.
Las personas trans que tengan la tarjeta Uruguay Social (que entrega 937 pesos mensuales por mes) podrán acceder a entradas gratis para los espectáculos que se desarrollen en el teatro Solís. Además de facilitar el acceso, este convenio pretende generar espacios de intercambio con profesionales, técnicos y artistas que trabajan en el teatro. Se realizará una serie de encuentros de sensibilización y formación en distintas áreas, como vestuario, utilería y mantenimiento, entre otras.
Según Daniela Bouret, directora del teatro Solís, “hay una política muy clara que intenta trabajar por la diversidad y promover acciones que generen acceso a la ciudadanía a los bienes y servicios culturales”.
En este sentido, hace tiempo vienen desarrollando acciones para abordar la diversidad y la exclusión. “Desde el Solís intentamos trabajar con las personas que están más postergadas, no sólo por razones económicas, sino porque hay desigualdades en el acceso a la cultura que van más allá del precio de la entrada. Se trata de barreras culturales. Estas acciones aportan para poner en valor que los bienes culturales que son públicos tienen que hacer que las personas se sientan invitadas, que sientan que son para ellas. Las encuestas de consumo cultural dicen que las personas no van a los espectáculos cuando creen que no son para ellos, estas acciones contribuyen desde ese lugar”.
El Solís ha abordado este tema “desde el corazón del teatro”, que es la programación. “Hemos tenido una programación que apunta a trabajar la diversidad, no sólo de género, sino desde todo punto de vista. Con artistas que cuestionen la heteronormatividad, artistas mujeres, artistas trans. También temáticas que trabajan diversidad, amor, objetos de deseo. Nuestro equipo, además, se ha capacitado en diversidad y género, justamente para tratar de trabajar los prejuicios y evitar discriminaciones cuando alguien viene al teatro. Esto es necesario para que todas las personas se sientan bienvenidas”, dice Bouret.
La directora del teatro Solís explica que en nuestra sociedad “se ha intentado el control de la sexualidad y el deseo desde siempre”. Cómo nos atraviesa este tema como colectivo “es una cuestión cultural”. “Hay sectores que están excluidos del acceso, no sólo a los bienes culturales sino a todo el sistema. Fueron expulsados del sistema educativo y laboral. La cultura es la forma de representarnos, de contarnos, de sistematizar cómo nos relacionamos unos con otros, de seleccionar qué consideramos digno de transmitir a otras generaciones. Los temas que nos preocupan suelen ser los mismos desde las tragedias griegas: el amor, la sexualidad, las guerras, los miedos, el ejercicio del poder. Cómo los tratamos, cómo miramos esos problemas y cómo pensamos mundos alternativos posibles a través de la cultura y las artes es importante. Tener elementos que nos permitan construir metáforas y que nos ayuden a soñar es fundamental; el arte nos da eso, es importante que estos sectores de la sociedad puedan acceder a espacios”.
En el Solís también se lleva adelante la Semana de Arte Trans. En 2015 se generó el primer baño inclusivo, que en aquel entonces generó polémica. “Esto nació justamente porque habíamos hecho una actividad con personas trans en la sala Delmira Agustini y cuando fueron al baño hubo señoras que se quejaron de que las mujeres trans fueran al baño de mujeres. Generamos una reflexión en torno a eso. Hoy esos baños son para todas y todos, hombres y mujeres cis, hombres y mujeres trans; puede ir un papá con su niña, una mamá con su niño”, plantea Bouret.
Para Federico Graña, director de Promoción Sociocultural del Mides, se trata de una señal política firme. “Estamos convencidos de que los derechos son indivisibles y de que debemos tratar de generar las políticas públicas necesarias para que todas las personas accedan a todos los derechos. Queremos demostrar que tenemos la intención política y que no vamos a esperar por la aprobación de la ley para avanzar. En este sentido, esto es un adelanto de cómo debería aplicarse la ley integral en el futuro. La ley prevé acciones afirmativas y reparatorias que atacan de forma más directa a los procesos estructurales de exclusión”.
Graña afirma que “generar un vínculo directo con el mundo cultural es una oportunidad para la generación de nuevos horizontes, distintos a los que estas personas están acostumbradas”. Cuenta que esta decisión llega luego de la tercera edición de la Semana de Arte Trans, espacio en el que “surgieron y se desplegaron las voces de diferentes personas trans como productoras directas de hechos artísticos, y por lo tanto generadoras de nuevas subjetividades”.
Para Delfina Martínez, organizadora de la Semana de Arte Trans, “este convenio permite que las instituciones comiencen a pensarnos de otra forma”. Explica que la gente trans no son sólo personas “para ser asistidas” y que “tienen muchos derechos para habitar”.
“La Semana de Arte Trans de este año tuvo mucho impacto. A partir de eso se empezó a hablar de esta posibilidad. Finalmente se la llevó a letra”. Esperan ir a más, y que a futuro esta iniciativa se transforme en oportunidades laborales para las personas trans: “Sería hermoso que en algún momento podamos llegar al Solís no sólo como público; que las personas puedan ingresar al teatro y que haya personas trans trabajando allí”.
Montevideo Arcoíris para el teatro Solís
El teatro Solís es la primera institución en recibir el Montevideo Arcoíris, reconocimiento que forma parte de un programa de la Secretaría de la Diversidad de la Intendencia de Montevideo que apunta a la construcción de una red de instituciones públicas comprometidas con la diversidad y la inclusión de las personas LGBT.