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Reinauguración de La Plaza de la Diversidad Sexual.

Foto: Mariana Greif

La Plaza de la Diversidad Sexual se renovó para convertirse en el espacio “de todas las causas justas”

4 minutos de lectura
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En la inauguración de las reformas, autoridades municipales recordaron que Montevideo es la primera ciudad latinoamericana con un lugar público dedicado a la diversidad sexual.

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La Intendencia de Montevideo (IM) inauguró este martes la remodelación de la Plaza de la Diversidad Sexual, un proceso que transformó por completo este espacio de 400 metros cuadrados ubicado en la Ciudad Vieja. Las reformas, que comenzaron en marzo de este año, fueron impulsadas por la División Espacios Públicos y Edificaciones y la Secretaría de la Diversidad de la IM, y son producto de un diálogo mantenido con distintos colectivos de la comunidad LGBTI. También se enmarcan en el programa “Ciudad Vieja a escala humana” y el plan de obras “Montevideo Mejora”.

La idea de remodelar esta plaza, inaugurada en febrero de 2005, surge de la necesidad de recuperar el espacio, revitalizarlo y convertirlo en un lugar de encuentro, disfrute y convivencia, libre de todo tipo de violencia y discriminación. Y no sólo está dedicada a la diversidad sexual, aclaró el coordinador de la Secretaría de la Diversidad, Andrés Scagliola, en la actividad que estrenó las reformas. “Seguramente, como pasó en 2005, van a surgir voces que van a decir que esta plaza es para las tortas, los putos y las travas. ¿Y saben qué? Tienen razón, porque es nuestra plaza, pero es la plaza también de todas las causas justas”, aseguró el representante. “Es la plaza de la gente que hoy está marchando en contra de la trata de personas, la plaza que se solidariza con las alertas feministas […]. Esta plaza siempre tiene que estar con todas las causas justas y estaría bueno que así fuera conocida, como la plaza de las causas justas, la plaza de las personas con discapacidad, de las personas con VIH, de las personas afrodescendientes, de inmigrantes; que esta sea la plaza de todas y de todos”, agregó Scagliola.

El coordinador también reconoció el esfuerzo y trabajo de quienes lograron, hace 14 años, que Montevideo construyera la plaza y se transformara así en la primera ciudad de América Latina y la cuarta del mundo en tener un espacio público dedicado a la diversidad sexual. Más adelante, uno de los representantes del grupo promotor de la Plaza de la Diversidad, el activista Fernando Frontán, recordó los desafíos a los que se enfrentaron en aquel entonces –como una juntada de firmas para impedir que se concretara la idea– y afirmó que el espacio cobra especial importancia en estos tiempos en los que “el fundamentalismo se levanta” y “hay gente que se dedica a querer eliminar una ley que da derechos”. Esto último en referencia a los sectores que este domingo celebrarán un prerreferéndum para derogar la Ley Integral para Personas Trans.

Las obras se centraron en tres objetivos principales: cambiar y unificar la pavimentación desde las calles Sarandí y Bartolomé Mitre; igualar la altimetría entre el Pasaje Policía Vieja y la plaza: y mejorar el nivel de iluminación en todo el recorrido, para constituir un espacio de luz que invite a la visita y a la permanencia en cualquier hora del día. El resultado es un lugar más cálido y moderno, en el que resalta un piso inclinado de tablones de madera que, rodeado de cemento, da una sensación de comodidad que invita a sentarse.

Para el intendente de Montevideo, Christian Di Candia, se trata de que la población “se identifique, se sienta representada y sienta que es su lugar”, algo que a su entender “solamente sucede cuando se logra que la ciudad los represente”. “Estamos en el lugar del bien”, aseguró Di Candia el martes. “En el lugar de la convivencia, de la diversidad, del encuentro, del amor, de quererse y quererse libremente, y en el lugar de la defensa del derecho más básico, que es el derecho a ser y a hacer con nuestras vidas lo que entendemos sin que nadie nos venga a imponer con su moral lo que les parezca”, dijo el intendente, antes de rematar: “Eso lo tenemos que defender desde el principal espacio político, que es el espacio público”.

En el mismo sentido se manifestaron el alcalde del Municipio B, Carlos Varela, y la directora de Desarrollo Social de la IM, Fabiana Goyeneche, quien, en una de las tantas referencias de la tarde al prerreferéndum del domingo, invitó a habitar la plaza ese día. “Vengan a la plaza, disfruten la plaza, visibilicen la plaza, porque no hay compromiso más importante ese día que vivir, disfrutar y visibilizar todas las identidades que hacen a esta preciosa ciudad y a este precioso Uruguay. Porque los derechos no se tocan. El domingo nos vemos acá. No tenemos por qué concurrir a ningún otro lado”, convocó.

En nombre de la comunidad LGBTI hablaron Rodrigo Falcón y Patricia Gambetta, integrantes del colectivo Trans Boys Uruguay. “En algún momento fui joven pero ahora estas canas me ayudan a decir que soy un varón trans, soy un adulto y estoy acá, junto con toda la diversidad, apoyando y luchando para que nuestros derechos sigan, para que no se limiten nuestras libertades”, dijo Falcón. “Que este festejo sea un motivo de recuerdo para que las nuevas generaciones puedan saber qué es lo que pasó acá y conozcan a los luchadores de antes, de los cuales muchos ya no están. Ese es mi compromiso con esta plaza”, aseguró.

Gambetta contó que empezó la militancia en la diversidad hace tres años, gracias a su hijo trans, y desde ese rol reivindicó la importancia de que las familias acompañen la transición. Por otro lado, agradeció “a todas las personas que lucharon” para que hoy exista la plaza, para que su hijo “pueda tener un mejor presente y un mejor futuro” y para que “todos los niños, niñas y adolescentes puedan seguir construyendo en la diversidad lo que ellos quieran ser”.

Mientras tanto, en una pantalla gigante rodeada de arcoíris en forma de banderas, gorros de lana, bolsos y carteles, se imponían cada tanto las palabras de la activista trans argentina fallecida en 2016 Lohana Berkins: “Muchos son los triunfos que obtuvimos en estos años. Ahora es tiempo de resistir, de luchar por su continuidad. El tiempo de la revolución es ahora, porque a la cárcel no volvemos nunca más. Estoy convencida de que el motor de cambio es el amor. El amor que nos negaron es nuestro impulso para cambiar el mundo. Todos los golpes y el desprecio que sufrí no se comparan con el amor infinito que me rodea en estos momentos”.

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