Un centenar de templos católicos de distintas partes de Alemania habilitaron los llamados “Servicios religiosos de bendición a las personas que se aman”, en los que también reciben a parejas homosexuales. Los actos comenzaron a realizarse el fin de semana en algunas localidades y continuarán en los próximos días, bajo el lema “El amor vence”.
La iniciativa surgió a partir de un llamado que hicieron en marzo los curas alemanes Burkhard Hose (de Würzburg, Baviera) y Bernd Mönkebüscher (de Paderborn, Renania del Norte Westfalia) después de que el Vaticano reafirmó que las uniones de parejas homosexuales no eran “lícitas” y, por lo tanto, no podían ser bendecidas. Lo hizo en una nota aclaratoria publicada luego de que se dieran a conocer las declaraciones del papa Francisco en un documental del director ruso Evgeny Afineevsky, en el que afirmaba que las personas homosexuales “tienen derecho a estar en una familia” y sugería una “ley de unión civil” para que “estén cubiertas legalmente”. Más adelante se supo que se trataba de dos respuestas distintas de una entrevista concedida a una periodista mexicana que referían a las leyes de Argentina, país natal del pontífice, y que fueron editadas como si fueran una sola. Sin embargo, generaron críticas en los sectores más conservadores de la iglesia católica y obligaron a publicar una “respuesta”.
“¿Dispone la Iglesia del poder para impartir la bendición a uniones de personas del mismo sexo?”, preguntaba el texto del Vaticano, y ponía a continuación: “Se responde: negativamente”. “No es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo. La presencia en tales relaciones de elementos positivos, que en sí mismos son de apreciar y de valorar, todavía no es capaz de justificarlas y hacerlas objeto lícito de una bendición eclesial, porque tales elementos se encuentran al servicio de una unión no ordenada al designio de Dios”, decía la nota. En otro párrafo recordaba que Dios “no deja de bendecir a cada uno de sus hijos peregrinos en este mundo”, pero “no bendice ni puede bendecir el pecado”.
En reacción a estas afirmaciones, los sacerdotes Hose y Mönkebüscher anunciaron que darían la bendición “a las personas que se comprometen a una unión vinculante, a quienes también acompañaremos en el futuro. No rechazamos una celebración de la bendición”. El 27 de marzo publicaron un documento con las firmas de apoyo de 2.600 curas y 278 académicos de universidades católicas del país.
Desde entonces, representantes de los sectores católicos más conservadores de Alemania manifestaron su rechazo. Por ejemplo, el líder de la Conferencia Episcopal Alemana, Georg Bätzing, dijo el mes pasado que las bendiciones “no son adecuadas como instrumento de acción política o declaración política eclesiástica”. El Vaticano, por el momento, no hizo declaraciones públicas al respecto.