La gota que derramó el vaso o, más bien, la chispa que encendió el fuego. Eso significó para las mujeres iraníes el caso de Mahsa Amini, la joven de 22 años que fue arrestada el 13 de setiembre en Teherán por la “policía de la moral”, debido a que el velo no le cubría totalmente la cabeza, y murió tres días después en un hospital. Lo que pasó entre la detención y su muerte todavía está por aclararse, pero testigos aseguran que los funcionarios policiales la golpearon cuando la forzaron a subir a la camioneta para llevarla a la comisaría, lo que según sus familiares provocó el fallecimiento. Tanto su familia como las miles de mujeres que en los últimos 47 días lideran protestas en Irán aseguran que Mahsa no murió, sino que la mataron.
Desde la instauración de la República Islámica en 1979, las mujeres en Irán deben cumplir con un estricto código de vestimenta, que incluye el uso obligatorio del velo –o hiyab– y de ropa larga y holgada, que no deje ver ninguna parte del cuerpo ni marque la figura. Es una de las tantas restricciones a la libertad que enfrentan a diario. Desde el primer día de movilizaciones, y bajo la consigna “Mujer, vida, libertad”, las iraníes salen a las calles sin sus velos para desafiar y tirar abajo un régimen que las reprime y somete.
Cuando se desataron las protestas, Layla ya estaba en Montevideo. Unos meses antes, la mujer iraní, que tiene 37 años, había emprendido un viaje por América Latina para conocer distintos países y perfeccionar su español. Por razones de seguridad, prefirió que su verdadero nombre no aparezca en esta nota.
“Las mujeres en Irán no tenemos derechos”, apuntó Layla, en entrevista con la diaria. “No podemos cantar en público, no podemos andar en bicicleta o en moto, no podemos mirar fútbol en un estadio. Si queremos viajar, necesitamos el permiso de nuestros esposos. Si quiero presentar evidencia en una corte judicial, tengo que ir con otra mujer, porque dos mujeres equivalen a un hombre”, enumeró. La mujer iraní dijo que tener que estar cubiertas es un problema, y genera mucho “estrés” porque “todo el tiempo estás pensando en dónde está la ‘policía de la moral’”, pero que hay “problemas más grandes”. Es contra todo esto que hoy se rebelan.
Suficiente es suficiente
En los últimos años, hubo varias manifestaciones masivas contra el régimen que hoy encabeza el ayatolá Alí Hoseiní Jamenei, aunque sin resultados concretos. Las protestas actuales son las que duraron más en el tiempo y, sobre todo, son las primeras lideradas por mujeres. Esta vez, se gestó una verdadera “revolución”, consideró Layla. “En este momento, el pueblo iraní quiere cambios, no quiere hablar. No queremos más la República Islámica; queremos cambiarla, vamos a cambiarla y estamos cambiándola”, afirmó.
¿Por qué esta revolución tiene lugar ahora? Para Layla, “han pasado muchas cosas” en el país que se fueron “acumulando”, entonces “la gente está diciendo que suficiente es suficiente”. Pero, además, aseguró que para las mujeres el caso de Mahsa impactó de una forma particular, porque la ropa que tenía puesta era “totalmente normal”. En ese sentido, dijo que los videos del momento en el que fue arrestada muestran que “tenía puesto algo largo, holgado y el velo, y la detuvieron simplemente por unos cabellos que no estaban cubiertos”. Esto es lo que, a su entender, marcó la diferencia: “Esta vez, lo que vemos es que, incluso si estás vestida de manera apropiada, podés ser arrestada y asesinada”.
Consultada sobre cuáles son las expectativas de aquí en más y si, ante la actitud represiva que adoptaron las autoridades, planean la posibilidad de negociar, Layla fue categórica: “No, negociar no. La expectativa de la gente es cambiar el régimen y lo vamos a cambiar”.
Un panorama de lo brutal
Hasta el 28 de octubre, 253 personas fueron asesinadas por las fuerzas de seguridad iraníes en el marco de las protestas, según reportó la organización civil Iran Human Rights, cuyo registro fue calificado de “fiable” por la Organización de las Naciones Unidas. De ese total, 34 personas tenían menos de 18 años.
A esto se suma la situación de las y los manifestantes detenidos, que son tantos que ya “no hay más lugar en las cárceles”, detalló Layla. Contó que están torturando a hombres y mujeres que fueron arrestados por participar en las protestas, algo que también corroboró Iran Human Rights en su último informe. Además, la mujer aseguró que hay jóvenes que “llaman a sus familias desde la cárcel y les piden pastillas anticonceptivas para prevenir embarazos porque las están violando”.
Layla profundizó en otras situaciones que muestran la “brutalidad” del régimen. Habló del caso de una adolescente de 16 años que quemó su velo en una manifestación, fue arrestada, estuvo diez días desaparecida y su cuerpo apareció en la calle con signos de “violaciones múltiples” y el rostro desfigurado. O del caso de dos chicas de 15 años que se manifestaban en un liceo cuando la Policía ingresó, las golpeó y les provocó sangrados internos por los que horas después fallecieron. También aseguró que a muchas familias de personas que fueron asesinadas les pidieron “que vayan a los medios y las forzaron a decir otra historia”, como que sus seres queridos “se suicidaron o murieron porque tenían problemas cardíacos”.
“No sé cómo decir lo brutal que es la situación”, lamentó Layla después de un prolongado silencio. Y agregó: “Hacen estas cosas brutales para que la gente tenga miedo, pero esta vez la gente tiene más valentía que nunca”.
Antes de terminar la entrevista, hizo un pedido a “las personas de todo el mundo” para que sean “la voz” del pueblo iraní, “porque lejos de Irán quizás pueden hacer cosas grandes por nosotros”.
Desde Uruguay
La Intersocial Feminista y el grupo InTensión Feminista organizan este miércoles la charla “Irán hoy: la revolución de las mujeres”, para analizar lo que está pasando en el país. La convocatoria es a partir de las 19.30 en El Recreo (Durazno 1952).