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Carolina Cosse; Carmen Sanguinetti y Fernanda Sfeir, durante la presentación de un informe de ONU Mujeres, el viernes 11 de marzo, en el Edificio Anexo del Palacio Legislativo.

Foto: Federico Gutiérrez

Más de un cuarto de los mensajes que mencionan a mujeres políticas uruguayas en redes sociales son violentos

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El dato se desprende de un estudio presentado por ONU Mujeres, que señala que la mayoría de estos ataques apunta al “menosprecio de capacidades” y que la violencia es mayor cuando hay referencias a temas como “género” o “feminismo”

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Leído por Abril Mederos.
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La violencia política es uno de los 18 tipos de violencia basada en género que identifica la Ley 19.580, que la define como “todo acto de presión, persecución, hostigamiento o cualquier tipo de agresión a una mujer o a su familia, en su condición de candidata, electa o en ejercicio de la representación política, para impedir o restringir el libre ejercicio de su cargo o inducirla a tomar decisiones en contra de su voluntad”. En Uruguay existe y es una de las múltiples barreras que enfrentan las mujeres a la hora de desarrollar una carrera política, según reveló un diagnóstico realizado entre junio y setiembre de 2021 por el área de Política, Género y Diversidad del Departamento de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales (Universidad de la República).

Esta forma de violencia se ejerce en los distintos ámbitos en los que las mujeres políticas trabajan, se expresan y se desenvuelven. Las redes sociales, que hoy constituyen un nuevo espacio público, no son la excepción. De hecho, tanto por su inmediatez como por su capacidad de proteger a los agresores, es uno de los escenarios en donde este tipo de violencia parece incluso potenciarse.

Ante esta situación, ONU Mujeres se propuso hacer un primer acercamiento a un relevamiento cuantitativo de la violencia política hacia mujeres uruguayas en redes sociales, en el entendido de que es necesario conocer la realidad a la que se enfrentan para poder trabajar en su prevención y sanción. El estudio estuvo a cargo de la consultora CPA Ferrere y quedó plasmado en el informe Cuantificación y análisis de la violencia contra las mujeres políticas en redes sociales | Uruguay, que fue presentado el viernes en el Palacio Legislativo. Para la investigación, se relevó más de medio millón de mensajes enviados a través de Twitter a mujeres políticas entre junio de 2019 y junio de 2020 y, mediante técnicas de inteligencia artificial y aprendizaje automático, se identificaron mensajes que fueron caracterizados como violentos en base a su contenido.

El trabajo se basa en datos de Twitter porque “es la red social que más fácil hace el acceso a esa información”, explicó durante la presentación del informe Rafael Xavier, gerente de Data Analytics de CPA Ferrere. La consultora construyó una muestra de mujeres políticas luego de recorrer “todas las unidades ejecutoras de gobierno” y las listas más importantes de las elecciones nacionales de 2019 y departamentales de 2020. El relevamiento derivó en una lista de más de 200 mujeres políticas, de las cuales 102 tenían cuentas de Twitter y eran activas. “De ellas, extrajimos todos los tuits que las mencionan entre junio de 2019 y junio de 2020, período elegido para cubrir las elecciones internas y las nacionales, el cambio de gobierno y la discusión de algunas leyes muy importantes que hubo al principio de 2020, como la ley de urgente consideración”, señaló Xavier. Agregó que la idea del trabajo era ver cuántos de esos mensajes eran violentos, algo que no se podía hacer a mano, “por eso estamos en un contexto de big data”.

El estudio reveló que un poco más de un cuarto de los tuits que mencionan a las mujeres políticas son violentos. También mostró que, si bien las legisladoras mujeres y los legisladores varones reciben niveles de violencia similares, tienen una “naturaleza distinta”, aseguró el representante de CPA Ferrere.

“No nos cabe la menor duda de que la violencia en los espacios digitales es una extensión de la violencia de género estructural que tiene nuestra sociedad”, aseguró la representante de ONU Mujeres en Uruguay, Magdalena Furtado. Según dijo, este informe es “perfectible”, pero “pretende ser una piedra fundamental en el tema y que se aborde con seriedad, contribuyendo a una línea de base en Uruguay en la cuantificación y el análisis de un fenómeno que seguramente precisa seguir siendo identificado, analizado y descrito, para poder avanzar en su prevención, atención y debida penalización”.

Contra las mujeres y contra el feminismo

La muestra de mujeres políticas incluía a senadoras y diputadas titulares a setiembre 2021, candidatas a senadoras de las elecciones nacionales de 2019 (considerando las 25 listas más votadas), candidatas a intendentas titulares o suplentes de las elecciones departamentales y municipales de 2020, y mujeres autoridades de unidades ejecutoras nacionales a setiembre 2021.

Para detectar los mensajes violentos se utilizaron técnicas de inteligencia artificial, aprendizaje automático y lenguaje natural, con el objetivo de tratar de extraer el sentimiento asociado a cada uno de esos mensajes –negativo, positivo o neutral– y la emoción –alegría, enojo, sorpresa, miedo, rechazo, entre otras–. El equipo a cargo del estudio determinó así que un tuit etiquetado con sentimiento negativo y emociones de enojo o rechazo, por ejemplo, representa un mensaje violento. La investigación arrojó que casi 38.000 mensajes de los 141.000 que mencionan a mujeres políticas de la muestra son violentos, lo cual representa 26,8% de la muestra o poco más de un cuarto.

Además, en paralelo, se creó una muestra de legisladores varones para poder contrastar los datos. El primer resultado de esta comparación es que los niveles de violencia recibidos por mujeres y varones no difieren significativamente: mientras que los legisladores recibieron 26,1% de tuits violentos en junio 2020, las legisladoras recibieron 29,8%.

Lo que cambia, sin embargo, es la naturaleza y la dinámica de los mensajes. En el caso de los legisladores, se detectaron más referencias “a la gestión, a las ideas, a las decisiones que tomaron, a lo que piensan, al partido al que pertenecen”, mientras que los mensajes dirigidos a las legisladoras tenían que ver con “la condición de mujer”, explicó Xavier. En ese sentido, dijo que aparecen palabras como “mujeres”, “mujer”, “señora” y “diputada” o “Parlamento”, aunque en estos dos últimos casos “esos mensajes hacen referencia a que no están preparadas para ser diputadas o que es una vergüenza que estén en el Parlamento”. Es posible concluir, entonces, que la naturaleza de la violencia responde a patrones de género.

El documento aclara que ninguna de las palabras constituye un insulto explícito hacia una persona, lo que “no quiere decir que estos mensajes no sean violentos (de hecho, así fueron catalogados por el algoritmo) sino que la violencia puede canalizarse y manifestarse de otras formas”. De todas maneras, se definió una lista de insultos que pueden ser aplicados a hombres o mujeres, ya sea por ser genéricos –como “inútil”– o porque tienen una versión femenina y masculina –como “ridícula” y “ridículo”–, a partir de los considerados por el “Monitor de agresión a candidatas”, que fue impulsado el año pasado en Argentina para medir en tiempo real las agresiones que sufrían en Twitter las candidatas al Congreso Nacional. Esto redundó en una lista de 46 insultos y sus categorías asociadas, los cuales fueron utilizados para clasificar los tuits recibidos.

El análisis de la distribución de estas expresiones en las categorías muestra que 58% de los tuits con insultos a legisladoras están categorizados dentro de “menosprecio de capacidades”, mientras que esa cifra es 37% para los legisladores. El orden de las demás categorías también es relevante: la segunda categoría que acumula más insultos en el caso de legisladoras es “atribución a la inmoralidad”, mientras que en el caso de legisladores es “críticas a la acción o discurso”.

Por otro lado, el estudio ratifica que, “al conceptualizar esta manifestación de la violencia contra las mujeres en la vida política, existe una relación entre el compromiso o actividad de las mujeres con los temas vinculados a la igualdad de género y la violencia recibida”. Para cuantificar esto, la consultora contabilizó los tuits que incluyen una serie de términos asociados a estas temáticas (como “feminismo”, feminista”, “igualdad de género” o “mujer”) y evaluó la proporción de mensajes violentos dentro de cada categoría.

Como resultado, se pudo ver que la proporción de tuits violentos pasa de 26,8% en la muestra total a 51%, 49% y 43% en el caso de tuits que contengan las palabras “feminismo”, “feminista” y “género”, respectivamente. Cuando se mencionan las palabras “mujer” y “señora”, la proporción de tuits violentos sube a 66% y 63,3%. Esto indica “que, si soy una mujer que tengo una plataforma o que los temas que trabajo y los proyectos de ley que redacto tienen que ver con estos temas, lo más probable es que esté expuesta a un nivel de violencia más alto que el promedio”, explicó Xavier. “Incluso cuando miramos palabras que, en principio, no deberían suscitar nada, como ‘mujer’ y ‘señora’, lo que encontramos son niveles de violencia más o menos unos diez puntos porcentuales más arriba que el promedio [...] Cuando uno mira el caso de los mensajes que contienen el término ‘hombre’ o ‘señor’, en general no tienen estos niveles de violencia”, puntualizó.

Un perfil de los agresores

El trabajo también busca caracterizar a las cuentas agresoras y entender a las personas que están detrás: qué intereses tienen, cuáles son las expresiones violentas que más usan, con qué otras cuentas interactúan. Para hacer este análisis, se seleccionó a las cuentas emisoras de tuits hacia mujeres políticas que tenían más de 30% de los mensajes categorizados como “violentos”. El equipo investigador encontró que los usuarios más violentos tienden a hacer un uso más intensivo de Twitter, en el sentido de que siguen a más gente, con seguidos por más cuentas y tuitean más.

Otro elemento interesante está en las descripciones de las cuentas, que ayudan a entender cómo se autodefinen estas personas. “Se encuentran algunos patrones muy claros, como apelaciones a la familia y a la libertad, pero quizás lo más relevante es que se destaca la palabra ‘anti’, que es básicamente la autodescripción por oposición. Ahí hay de todo: antiizquierda, antiderecha, antifascista, anticomunista, todo lo que se pueda ocurrir. Básicamente, la persona identifica que lo más importante de sí misma es que está opuesta a algo”, detalló Xavier.

El informe también evidenció que las cuentas violentas que están interconectadas “siguen una lógica oficialismo-oposición y tienen escasa interacción cruzada”. Esto significa que, “aun mirando tuits con marcada violencia de género, en general los grupos de personas que son violentos contra mujeres de un partido –de la coalición o de la oposición– no tienden a ser violentos con los del otro bando, entonces hay un patrón político que se mete en el medio de la cuestión de género”, explicó el gerente de Data Analytics de CPA Ferrere.

La voz de las mujeres políticas

Durante la presentación, mujeres políticas representantes de diferentes partidos comentaron el estudio y compartieron algunas de sus experiencias personales. La ministra de Vivienda y Ordenamiento Territorial, Irene Moreira, de Cabildo Abierto, estaba invitada pero tuvo que ausentarse a último momento “por motivos personales”, según se excusó en una carta.

El “gran cambio” es que “nos está interesando hablar sobre nuestro propio sistema y, por lo tanto, sobre el propio funcionamiento de la democracia”. Mónica Bottero (Partido Independiente)

Mónica Bottero, directora del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) e integrante del Partido Independiente, dijo que al leer el informe quedó “un poco impactada”, no porque “haya algo nuevo bajo el sol –no lo hay–, sino porque es la constatación de algo que una viene diciendo desde hace un tiempo y un buen día se encuentra con que está la fotografía, la prueba”. Lo que sí es nuevo, dijo, es “que estamos en una sala del Parlamento con mujeres y también con varones políticos que les interesa escuchar esto. Ese es el gran cambio: que nos está interesando hablar sobre nuestro propio sistema y, por lo tanto, sobre el propio funcionamiento de la democracia”.

La jerarca recordó que el Inmujeres creó el Programa de Fortalecimiento para Líderes Políticas en base al diagnóstico que desarrolló la Facultad de Ciencias Sociales, que entre otras cosas profundizó en las barreras que impedían a las mujeres el ejercicio de liderazgo político. La violencia política apareció como uno de los cuatro obstáculos más importantes, resaltó Bottero, lo cual “nos llamó mucho la atención, porque el tema, además, no estaba puesto en la agenda en ese momento”. A su entender, el estudio impulsado por ONU Mujeres es “un puntapié inicial y una oportunidad fantástica para seguir trabajando en esto”.

“Estaría bueno saber si la violencia en las redes actúa como una consecuencia colateral o se suma a un sistema de engranajes, y qué se puede hacer en el resto del sistema de engranajes para bajar un poco la pelota al piso y mejorar la situación”. Carolina Cosse (Frente Amplio)

La intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, del Frente Amplio, insistió en que este tema hay que ponerlo arriba de la mesa pero también es necesario actuar, por lo que llamó a pensar en políticas públicas que vayan en este sentido. Al mismo tiempo, dijo que sería útil saber cómo interactúa la violencia constatada en el medio digital con la violencia “en la realidad”. “Más allá de la especificidad del medio, estaría bueno saber si esto actúa como una consecuencia colateral o se suma a un sistema de engranajes, y qué se puede hacer en el resto del sistema de engranajes para bajar un poco la pelota al piso y mejorar la situación”, enfatizó.

Por otra parte, Cosse “renovó su compromiso” con “los feminismos, como esperanza para un mundo mejor”, y con “la profundización de la democracia, que tiene que ser un trabajo de todos los días, mirando siempre más lejos y sin hacer tabú de las diferencias”. En esa línea, la intendenta dijo que las mujeres que integraban el panel no están de acuerdo sobre todos los temas pero tienen “un punto en común muy fuerte que es nuestra condición de defender el futuro de todas las mujeres y una mejor sociedad”.

En nombre del Partido Colorado participó la senadora Carmen Sanguinetti, quien consideró que el estudio es “una excelentísima foto de la realidad de la violencia en redes hacia las mujeres políticas en Uruguay, que nos impulsa a cambiar, a comprometernos y a mejorar esta situación”. En un repaso de algunas de sus experiencias personales, la legisladora contó que se llevó una “sorpresa enorme”, por ejemplo, con el nivel de violencia que recibió cuando presentó el proyecto de ley sobre teletrabajo en abril de 2020. La violencia no fue “por la ley en sí o por el abordaje de la ley en sí”, sino “porque ¿cómo osás querer presentar un proyecto de ley? Qué tupé, como si fueras legisladora”, ironizó.

Sanguinetti dijo que su “principal preocupación” es qué pasa con esos agresores fuera de las redes sociales. “De los que se escudan atrás de una caricatura con un nombre no podemos ni hablar, pero el señor que con su nombre y apellido tiene la audacia de decir lo que dice en las redes sociales a una legisladora… no quiero ni imaginarme lo que pueda suceder a puertas cerradas”, apuntó.

La violencia política en las redes “impide que muchas mujeres estén aportando su capacidad, sus talentos y su creatividad para algo tan noble como es la construcción de una sociedad mejor”. Carmen Sanguinetti (Partido Colorado)

“Elijo exponerme en mi vulnerabilidad acá parada como legisladora porque creo que parte de desatar este nudo tiene que ver con generar las redes de sostén”, aseguró la senadora, y llamó a “desarrollar nuevas normas de convivencia” en las redes sociales, que son “un nuevo espacio público”. Sanguinetti también invitó a “seguir profundizando este debate, para que esto no sea simplemente una foto preocupante, sino un primer paso en una mejora de una realidad tan triste que, en definitiva, impide que muchas mujeres estén aportando su capacidad, sus talentos y su creatividad para algo tan noble como es la construcción de una sociedad mejor”.

Para Fernanda Sfeir, integrante de la Comisión Nacional de la Juventud del Partido Nacional (PN), lo que queda claro después de leer la investigación es que, para las mujeres políticas, “el retiro no es una opción”. “Que las mujeres se retiren de la actividad política no se traduce en otra cosa que en pérdida de calidad democrática, así que con esa sentencia tenemos que ver cómo seguimos”, aseguró.

“No podemos avalar el ‘vale todo’, no puede ser que la cobardía de los ‘anti’ nos marque la agenda política; el costo político es muy alto”. Fernanda Sfeir (Partido Nacional)

La dirigente juvenil coincidió en que es necesario “legislar sobre las redes sociales, al haberse convertido en un espacio público”, porque “como sociedad nos damos normas de convivencia en todo plano en que tengamos vínculo interpersonal” y porque “no podemos avalar el ‘vale todo’, no puede ser que la cobardía de los ‘anti’ nos marque la agenda política; el costo político es muy alto”.

Sfeir dijo que la violencia política basada en género es un desafío que “vuelve a encontrar a las mujeres, a las mujeres feministas, porque tenemos códigos distintos de relacionamiento y de construcción democrática, y por eso hemos conquistado los derechos que hemos conquistado y lo vamos a seguir haciendo”. La representante del PN insistió en que el problema “requiere una vez más trabajar todas en conjunto por las cosas importantes y generar un espacio más democrático y más participativo porque, en la medida en que ensanchemos las bases del feminismo y de la participación de las mujeres en política, va a estar ganando la democracia”.

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