Se estima que, desde noviembre de 2022, cerca de 650 niñas fueron envenenadas por gas tóxico en diferentes centros educativos en Irán. Las autoridades atribuyeron los hechos a grupos contrarios a la escolarización de las niñas en el país. El último ataque de este tipo fue este martes en la escuela para mujeres de Khayyam, en Pardis, en la provincia de Teherán. Por este motivo, unas 35 estudiantes fueron hospitalizadas, según informó la agencia de noticias Tasnim. Ninguna se encuentra en estado grave.
El primer envenenamiento se produjo el 30 de noviembre, cuando 18 estudiantes de la Escuela Técnica Nour, en la ciudad Qom, tuvieron que ser trasladadas al hospital. Desde entonces, más de diez escuelas para niñas han sido objeto de estos ataques, publicó la cadena BBC.
En todos los episodios, las niñas manifestaron síntomas como dolores de cabeza, palpitaciones del corazón, náuseas y mareos, entumecimiento de las piernas e imposibilidad de caminar. Además, afirmaron haber percibido un olor similar a una mezcla entre naranja podrida y productos de limpieza.
“Quedó en evidencia que alguien quería que todas las escuelas, especialmente las de niñas, se cerraran”, dijo el viceministro de Salud, Younes Panahi, en una conferencia de prensa el domingo pasado. Sin embargo, más tarde se retractó. También dijo que las niñas habían sido envenenadas con químicos que “no son de uso militar y están disponibles al público”. “Las escolares no requieren un tratamiento invasivo y es necesario mantener la calma”, añadió.
En tanto, el jefe de la Policía Nacional, Ahmadreza Radan, dijo este martes que la Policía había identificado “posibles sospechosos”. “Todos los servicios del Estado intentan atajar los temores de la población”, agregó, según declaraciones recogidas por Tasnim. Por otra parte, el Poder Judicial ordenó una investigación y el Ministerio de Salud creó un equipo de 50 integrantes para investigar por su cuenta. Hasta el momento, no se ha presentado ningún hallazgo.
La oleada de envenenamientos en Irán se produce en medio de las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, el 16 de setiembre de 2022, luego de ser arrestada en Teherán por la “Policía de la moral” por usar el velo de forma “inadecuada”.
Activistas iraníes sostienen que las niñas están siendo envenenadas en “represalia” por su participación en las manifestaciones, que han sido lideradas principalmente por mujeres. Además, apuntaron que quienes perpetúan estos hechos quieren “copiar” las acciones de talibanes de Afganistán y del grupo islámico Boko Haram en Nigeria, que pretenden aterrorizar a los padres para que dejen de enviar a sus hijas a la escuela.