El “respaldo” a la Policía ha sido una de las principales banderas de este gobierno en materia de seguridad. El relacionamiento entre los agentes y los gobernantes está pasando por un muy buen momento, aunque también hay tensiones. Concretamente, desde el Poder Ejecutivo existe “malestar y preocupación” por varias situaciones de acoso a civiles en las que los oficiales no cumplieron con los protocolos sanitarios. Una fuente del Ministerio del Interior (MI) explicó que “en momentos en que está muriendo gente por coronavirus y pasándola mal por el impacto económico de la pandemia, ver que un policía no se pone guantes para pegarle en los riñones a un adolescente inmovilizado y desarmado hace que uno se caliente”. En el MI reconocen que hay “niveles muy altos de descuido e incumplimiento de protocolos”. “Las directivas que dimos son muy claras: ponerse tapabocas para amenazar de muerte a los sospechosos y guantes de látex para golpearlos, y lavarse las manos después de terminar los operativos. Increíblemente, tenemos agentes que todavía creen que limpiarse la sangre de las manos con agua alcanza y sobra, y que no es necesario usar jabón”.
Las autoridades ministeriales tienen planeada una estrategia para que los agentes empiecen a tomarse en serio los protocolos. “Les vamos a explicar que si siguen aumentando los casos de covid-19 no va a haber más remedio que limitar la movilidad, y si se limita la movilidad, en las calles ya no va a haber pichis para acosar”.
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Los organizadores destacan que hay “peones que recorren cientos de kilómetros a caballo” y productores que “se bancan los embotellamientos de Benito Blanco” para llegar a la muestra