En forma algo sorpresiva, Pekín comunicó a Montevideo su intención de suscribir un tratado de libre comercio (TLC) que contemple todas las preocupaciones del gobierno uruguayo. La noticia desató la algarabía en la Torre Ejecutiva, pero la situación dio un giro de 180 grados cuando se supo que la única condición que pone el gobierno de China es que los presidentes de ambos países firmen el acuerdo comercial durante las vacaciones de julio del año que viene. “Ellos argumentan que es por problemas de agenda. Nosotros vamos a plantearles que lo podemos hacer en cualquier otro momento, pero justo en ese no. El tema es que el presidente [Luis] Lacalle Pou ya sacó pasajes para irse de vacaciones, así que no hay manera de que esté disponible para la firma”, relató una fuente del Poder Ejecutivo.
Sobre la posibilidad de que el mandatario cambie la fecha de sus vacaciones para asistir a la firma del TLC, la fuente se mostró escéptica. “El tema es que ya sacó los pasajes, reservó el hotel y hasta pagó los paseos. De todas maneras, nosotros no damos el TLC por perdido. Esperemos que los chinos reflexionen y hagan un hueco en la agenda de Xi Jinping. Que suspenda un encuentro con [Vladimir] Putin o algo por el estilo”.
El adelanto: durante su discurso ante la ONU, Bustillo va a lanzar una fuerte crítica por haber pautado la Asamblea General durante las vacaciones de setiembre.