El hostigamiento por parte de Daniel Ortega contra sus críticos llegó la semana pasada a uno de sus puntos más extremos, con la decisión de retirarle la ciudadanía a varios políticos e intelectuales expulsados del país. Esta situación causa preocupación en la comunidad internacional. Ayer, Kim Jong-un, el líder supremo de Corea del Norte, dijo que su gobierno está siguiendo “muy de cerca” la situación de los derechos humanos en Nicaragua. “Entendemos que cada país es independiente y tiene derecho a su autodeterminación y a tratar a sus ciudadanos de acuerdo a sus leyes, pero hay límites que no se pueden sobrepasar. Las acciones del gobierno de Ortega hieren profundamente la sensibilidad del pueblo y el gobierno de Corea del Norte”. El líder norcoreano confesó que en varias ocasiones se sintió “horrorizado” por la deriva autoritaria del sandinismo y llamó a sus compatriotas “a cuidar nuestra cultura del respeto a los derechos humanos, que, si bien seguramente no es ejemplar, tampoco llega a los niveles de Nicaragua”.
La reacción: “El compañero Kim Jong-un se equivocó. Con esas actitudes le hace el juego a Estados Unidos y a la derecha”. Miembro del Comité Central del Partido Comunista del Uruguay.
El líder independiente afirma que este indicador podría terminar debajo de otros que tradicionalmente son poco significativos, como la falta de acceso al agua potable y la mortalidad infantil