Amparo Fernández fue una de las 25 mujeres asesinadas en casos de femicidio en 2019. Tenía 36 años cuando la vieron por última vez el 29 de junio de ese año. Viajó de Paysandú, donde vivía, a Sarandí Grande, en Florida, a encontrarse con Luis de Orta, su femicida. Amparo era madre de tres hijos.
De Orta, ahora de 36 años, confesó unos días después que estaba con Amparo cuando sufrió un “accidente”, se golpeó y falleció en el acto. Dijo que él “se asustó” y arrojó su cuerpo al río Yi. La Fiscalía reunió elementos suficientes para concluir que el hombre había asesinado a la mujer, y fue imputado.
En el proceso judicial cambió varias veces las versiones sobre los hechos. Lo que se sabe es que la mató y que el cuerpo de Amparo sigue sin aparecer.
El 17 de noviembre de 2020 fue condenado por homicidio muy especialmente agravado por femicidio a la pena de 26 años -la pena máxima en Uruguay es de 30 años-.
Este viernes, el Tribunal de Apelaciones en lo Penal de 2° turno ratificó la sentencia de la primera instancia. Los ministros que actuaron en representación del Tribunal fueron José Balcaldi, Daniel Tapié y Ricardo Míguez.
Se destacó el trabajo de Fiscalía para reunir los insumos necesarios para lograr esta condena: “Se realizó un pormenorizado análisis de los indicios y su relación directa con la desaparición de la víctima y la presencia exacta del encausado en ese momento y lugar”. El caso fue llevado adelante por la Fiscalía Departamental de Florida de 2° turno, a cargo de la fiscal Alicia Gómez.
En la sentencia también hacen mención a la desaparición del cuerpo de Amparo: “Es evidente que el cuerpo no se halló porque el encausado hizo lo necesario para hacerlo desaparecer”. Si bien sus restos no fueron hallados, se ahondó en los insumos presentados. “El recorrido que realizó la pareja se constató con el seguimiento de los teléfonos celulares y la situación de la desaparición de los efectos personales”, también señalan que el femicida recogió de la estancia las cosas de Amparo y las destruyó para dificultar la investigación.
“Entre otros elementos, el equipo fiscal demostró mediante la triangulación de las antenas de celular que el condenado se encontraba junto a la víctima, que este esparció objetos de la víctima en distintos lugares para dificultar la investigación y que lavó su camioneta luego del homicidio para eliminar pruebas”, agregaron.
La investigación realizada por la Fiscalía apunta a que la pareja iba en el vehículo del femicida cuando Amparo quiso bajarse; el hombre la tiró de la camioneta y siguió. Pero luego, volvió a matarla. Más tarde, habría enterrado el cuerpo para que no pudiera ser hallado.