La Fiscalía especializada en Crímenes de Lesa Humanidad pidió la formalización del proceso contra los militares Abayubá Burlong y Diego Varela en la causa que investiga torturas en el Regimiento de Caballería 10 y el asesinato del militante del Movimiento de Liberación Nacional Miguel Ángel Cuello, ocurrido en junio de 1972, según informaron a la diaria fuentes judiciales.
La Justicia convocó a la audiencia de formalización solicitada por el fiscal Ricardo Perciballe para el 2 de febrero, por los delitos de privación de libertad y abuso de autoridad contra detenidos en el establecimiento militar de Bella Unión, en una de las pocas causas que se rigen por el nuevo código de proceso, dado que fue iniciada después de noviembre de 2017.
Si bien la audiencia ya está fijada, las fuentes señalaron que la defensa de los militares había anunciado la presentación de un recurso de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia, lo que, de concretarse, suspendería el proceso.
La investigación penal no logró identificar al autor material del asesinato de Miguel Ángel Cuello, pero sí recabó elementos que apuntan a la participación de otros militares en las torturas que se ejercían sistemáticamente en la unidad militar.
Cuando ocurrieron los hechos, el responsable del Regimiento de Caballería 10 era el mayor (r) Menotti Ortiz, quien falleció en noviembre de 2002. El militar integró los grupos de tareas del Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas y el Servicio de Información y Defensa y fue jefe de suministros del centro de torturas, que funcionaba en la sede de Bulevar Artigas y Palmar, en Montevideo, entre 1975 y 1976.
Miguel Ángel Cuello fue secuestrado por las Fuerzas Conjuntas en la madrugada del 19 de junio de 1972, en su casa, junto al también militante Héctor Cardozo. Si bien la versión oficial de la época planteó que fue asesinado de un disparo en la espalda por un intento de fuga, varios testimonios dan cuenta de la presencia de Cuello en el Regimiento de Caballería 10, donde fue víctima de torturas.
“Fui detenido por averiguación de razones políticas junto a Miguel Cuello. Fuimos castigados corporalmente. Quien fue más castigado, torturado y finalmente asesinado con arma de fuego en ese momento fue Miguel Cuello. Quiero dejar claro que fue en el destacamento de caballería Nº 10 de Bella Unión. Fui testigo de ese asesinato espantoso. Hecho por razones políticas por las fuerzas militares de la época”, relata uno de los testimonios incorporado al expediente.
Si bien el cuerpo fue entregado con orden de no abrir el ataúd, los familiares lo abrieron y constataron las lesiones provocadas por las torturas y la herida de bala en la espalda, según relató uno de los testigos de la detención, quien además asistió al velatorio de Cuello. El militante del MLN era obrero de la construcción y tenía 21 años cuando fue asesinado.
La detención de Cuello ocurrió en el marco de la represión de las Fuerzas Armadas contra el MLN en su despliegue por el interior del país, en lo que se conocía como Plan Tatú, y a partir de la detención de Mario Píriz Budes, uno de los tupamaros referentes del norte del país, acusado por el MLN de colaborar con las Fuerzas Armadas.