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Cinthia Almanzo y Analía Silva.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

Consultorios jurídicos gratuitos gestionados por el Centro de Estudiantes de la Udelar reciben unas 9.000 consultas por año

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Unos 250 estudiantes y 40 profesionales asesoran de forma honoraria y judicializan casos de familia, niñez y adolescencia.

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Leído por Andrés Alba.
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El Centro de Estudiantes de Derecho (CED), gremio que nuclea a los estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República, desarrolla diversas actividades centradas en los intereses y las necesidades de los estudiantes durante su formación. El centro impulsa un modelo de trabajo y participación que busca profundizar en distintas áreas, por ejemplo, en el acceso a materiales de estudio, jornadas académicas y talleres sobre distintas temáticas. Para esto se divide en áreas de trabajo o secretarías, una de ellas es la secretaría de extensión universitaria en la que hace más de 30 años surgió el programa de consultorías jurídicas gratuitas.

En diálogo con la diaria, Analía Silva, secretaria de asuntos universitarios del CED, y Cinthia Almanzo, secretaría de extensión universitaria del centro, explicaron los detalles del programa y los motivos por los que entienden que el servicio, además de ser de suma importancia para la sociedad, aporta a la formación de los estudiantes que participan.

En principio explicaron que los consultorios jurídicos barriales y gratuitos comenzaron a funcionar como un programa unificado en 2005 y hoy cuentan con 11 consultorios distribuidos en distintos barrios de Montevideo. Participan estudiantes y profesionales de forma honoraria y extracurricular. El objetivo principal es “descentralizar la atención jurídica” y poner foco en la población que se encuentra en situación de vulnerabilidad y que no puede costear este tipo de servicios.

El programa atiende aproximadamente 9.000 consultas por año y judicializan 1.000 casos. En la atención participan unos 250 estudiantes - aunque se anotan alrededor de 400 - que se renuevan todos los años e ingresan a través de los dos llamados abiertos que el centro realiza por año. Una vez que fueron elegidos, los estudiantes participan en un taller de designación y luego se los designa a un consultorio concreto para que permanezcan allí entre un año y un año y medio. El único requisito es que sean estudiantes de segundo a quinto año de abogacía. Por otra parte, son aproximadamente 40 profesionales, muchos de ellos participaron en su etapa como estudiantes.

Los consultorios sólo patrocinan casos de familia, niñez, adolescencia y desalojo cuando se es parte demandada. El resto de las áreas se deriva a otras instituciones. Según las estudiantes, la selección se hace debido a la demanda y se define comenzar con cada proceso en base al reglamento de admisión de casos, que establece que no se pueden superar dos salarios mínimos por núcleo familiar. Además, hay una ley que exonera al consultorio de tributación.

En los centros los estudiantes atienden dos horas por semana y por orden de llegada. Si el caso se toma se inicia con una declaración jurada y hay un estudiante que lo asume. El rol de los profesionales voluntarios es respaldar el trabajo de los estudiantes y realizar tareas puntuales, entre ellas, la firma de escritos y la corrección de audiencias.

Además del servicio jurídico los estudiantes priorizan que cada año los consultorios trabajen en alguna temática que esté involucrada con necesidades concretas de los estudiantes o de los vecinos del barrio, por ejemplo, se realizan jornadas por el día del niño, días de difusión de derechos, jornadas de liquidación de sueldos y otros temas que llegan pero exceden lo que el consultorio abarca.

Tanto Analía como Cinthia expresaron que participan en la iniciativa y valoran que exista porque “el acceso a la Justicia en nuestro país es un problema y una necesidad que no está cubierta”. Para ellas muchas veces las organizaciones sociales trabajan en territorio y son las que se encargan de cubrir este tipo de necesidades que “no son cubiertas por el Estado”.

A través de los consultorios “podemos problematizar el acceso a la Justicia y como estudiantes conocer que existen formas de ser operadores jurídicos y estar comprometidos con la realidad que nos rodea”. Además “tenemos la idea de que en el hacer se aprende y que la tarea también nos nutre a nosotros, el CED logró brindar un servicio y además dar a los estudiantes práctica, algo que escasea en la currícula actual”, concluyeron.

La información sobre los lugares y horarios de atención de los consultorios se encuentra disponible en el sitio web del CED.

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