Byung-Chul Han. Taurus, Buenos Aires, 2023. 144 páginas, 690 pesos.
Byung-Chul Han profundiza su caracterización sobre la “sociedad del cansancio”, aunque a diferencia de libros anteriores, plantea un antídoto a la lógica actual de producción basada en la autoexplotación y el rendimiento. Sostiene que aquello que nos podrá devolver nuestra humanidad perdida es la inactividad. El tiempo libre, a diferencia de la inactividad, está atado a la dinámica utilitaria del trabajo y la productividad. Es útil para el descanso del trabajo, es su derivado, y permanece presa de su lógica siendo un elemento funcional en el ritmo de la producción. A la obligación de trabajar y rendir se le debe contraponer entonces una política de la inactividad que sea capaz de producir un tiempo verdaderamente libre.
El trabajo y el rendimiento, la eficiencia y la funcionalidad pertenecen al orden de la supervivencia. El ceremonial de la inactividad sería: hacemos, pero para nada; nos liberamos así de la finalidad y la utilidad como el fundamento vector de nuestra vida. Sólo en el estado de inactividad puede emerger la pausa para la contemplación y la reflexión, el momento para la escucha.
El ruido provocado por la información y la comunicación puso fin a la sociedad de la escucha. Se impone una forma de vida consumista en la que toda necesidad debe ser satisfecha de inmediato. La contemplación, consecuencia de la inactividad, puede dar lugar a una realidad distinta a la que no tiene acceso ninguna acción. El tedio, absolutamente desterrado de nuestra cotidianidad por el bombardeo constante de información, puede ser el umbral de un hecho nuevo, inaudito; el aburrimiento como condición de posibilidad para que surja algo completamente distinto, que aún no existe. La pérdida de la capacidad contemplativa, debido a la hiperactividad, anula el vínculo con la naturaleza y, por ende, con nuestra humanidad. Byung-Chul Han aspira a una vuelta al romanticismo, en un sentido nietzscheano, a partir de una reconciliación entre el ser humano y la naturaleza, para volver a conectarnos. Un antídoto contra una sociedad en la que la información y la digitalización están transformando todo en algo cuantificable y medible.