Ingresá

Música: Mal de la cabeza vol. 2

1 minuto de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago
Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Gustavo Aguilera. Ediciones de la Plaza, Montevideo, 2022. 479 páginas, 1.250 pesos.

Con algo más del doble de páginas que el volumen 1 (2019), este libro cierra la trilogía del rock uruguayo iniciada por el autor, en la misma editorial, con Errantes (2016). Si en aquella ocasión se abarcaba el período 1977-1989, los dos tomos de Mal de la cabeza se concentran en la década que va de 1990 a 2000. Las entrevistas de cada surco de este volumen 2 estructuran una conceptualización multidimensional de la música de esa etapa. Un ejemplo de esto es el capítulo 10 (“El interior del país se hace escuchar”), donde al trabajo de investigación del autor se le suma una “columna invitada” de Marco Rivero, elementos que contextualizan la conversación con los artistas elegidos para ese apartado (Chito Lemes y Andrés Mastrángelo). Los otros entrevistados del tomo son Tabaré Rivero, Diego Presa, Roy Berocay, Gabriel Brikman, Fernando Santullo, Stella Maris y Alejandro Spuntone. Si el volumen 1 tenía tres charlas con Andrés Torrón como hilo conductor, aquí se incluye una “cuarta conversación” con el especialista como nexo con lo que se venía contando. Como siempre ocurre, cada lector echará en falta aquellos nombres que considera injustamente olvidados y tendrá tal o cual reserva conceptual con las premisas expuestas, pero la obra es un muy buen repaso de una etapa quizá menos fermental que la visitada en Errantes, pero bisagra clave para entender la masificación posterior del rock nacional. Otros puntos altos (en ambos volúmenes) son el material fotográfico y las reproducciones de afiches y portadas, así como la discografía seleccionada para cada capítulo.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura