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Ilustración: Horacio Guerriero

Miedo y frontera

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Jeanine Cummins.

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Experta en navegar entre dos aguas. Padre militar, madre enfermera, ella está vinculada a la industria editorial desde la adolescencia. Publicó sin mucho éxito varios libros, hasta que metió el dedo en la llaga mexicana y le llegaron la fama y el dinero junto con el escándalo y la defenestración. Con los narcos no se juega.

Nació en España de casualidad, tiene raíces irlandesas y puertorriqueñas y ella misma en algún momento se proclamó latina. Sin embargo, Jeanine Cummins (Rota, 1974) es una yanqui de pies a cabeza. Y es con esa cabeza que ha escrito algunos libros interesantes y una novela llena de adrenalina y sangre titulada American Dirt (en español, Tierra americana).

Allí se narra la huida desesperada de una madre y su hijo pequeño desde Acapulco hacia el norte, buscando alejarse del narco para llegar a la incierta seguridad del territorio estadounidense. Aunque el libro es pura ficción con una descarada vocación de best seller, explica de manera puntillosa algunas de las causas de la victoria de Donald Trump en las últimas elecciones presidenciales de Estados Unidos. Lo extraordinario es que la novela fue publicada hace años, en 2020. Generó una enorme polémica y acabó por provocar una especie de “cancelación” de Jeanine Cummins, sobre todo entre la comunidad académica latina.

Hubo pronunciamientos colectivos, retractaciones de figuras emblemáticas de la cultura mexicana en Estados Unidos (Salma Hayek, entre otras), debates en televisión y maniobras editoriales para evitar el desastre: la edición original fue de 500 mil ejemplares, y la autora se embolsó un millón de dólares de adelanto. Todos jugaban sobre seguro. Stephen King, que sabe bastante de literatura, leyó el original y lo puso por las nubes. Seamos claros: no es una obra maestra, pero es muy entretenida.

Todo esto viene a cuento tras la victoria de Trump sobre Kamala Harris el pasado 5 de noviembre. Para el conjunto de analistas políticos de Estados Unidos (demócratas, republicanos e independientes), los problemas con la inmigración latina, el muro y la frontera fueron puntales que aseguraron la victoria de Trump. Y la novela de Cummins rememora justamente eso: los problemas que traen consigo los inmigrantes mexicanos cuando llegan a la tierra prometida, sus mochilas llenas de dolor, miedo y hambre: el viaje, la Bestia, el muro, los guardias, el desierto.

Para muchos estadounidenses México es un país de narcos salvajes, de asesinos impiadosos que, cuando cruzan la frontera, dejan un rastro de muerte y destrucción allí por donde pasan. Hay decenas de libros sobre eso, entre ellos algunas excelentes novelas de Don Winslow, por ejemplo.

La historia que relata Cummins en Tierra americana pone al narco, a la violencia desmedida y al refugio de mexicanos en Estados Unidos en el centro de la acción. Para ello crea algunos personajes estereotipados y otros que son poco o nada verosímiles. Punto en contra. No obstante y pese a ello, se trata de una narración electrizante y bien planteada. Punto a favor. Maneja los tiempos dramáticos con una precisión infalible y tiene puntería para señalar problemas simbólicos de esas dos culturas tan dispares y asimétricas.

Esa puntería le permitió describir con un rigor acalambrante, por ejemplo, el asesinato de toda una familia (16 personas) durante un cumpleaños en Acapulco. Las páginas dedicadas a esa masacre son una obra maestra y no son para nada exageradas, pese a lo que argumenten algunos “especialistas”. Episodios de ese tipo han sucedido y suceden de manera habitual en la geografía mexicana, lejos o cerca de la frontera, incluso en tierra estadounidense: camiones cerrados y abandonados en alguna carretera en el desierto, con decenas de personas en su interior. Cuando descubren el camión y lo abren (50 grados de temperatura durante el día) se encuentran con un montón de cadáveres putrefactos.

Creo que la novela de Cummins (que fue un superventas en todo el mundo) dio en el clavo, aunque lo hizo con un martillo defectuoso. Describió un asunto que los lectores comunes conocían apenas de oídas y ofendió a las élites biempensantes de las universidades y los seminarios cool de la costa oeste. Ese ha sido el principal acicate para la andanada de críticas y mala onda con el libro y con la propia autora, quien, por cierto, tuvo una conducta algo zigzagueante respecto del tema.

De cualquier forma, leer otra vez Tierra americana a la luz de la nueva victoria de Donald Trump ha sido para mí una experiencia casi onírica, que me remitió —no sé por qué— a la sabiduría poética de Juan Carlos Macedo: “La verdad es de la memoria”.

Fernando Butazzoni, escritor y periodista uruguayo.

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