Pedro Cateriano. Planeta, 2025. 500 páginas, 990 pesos.
Es una de las voces principales de la literatura hispanoamericana del siglo XX. De las pocas que se pueden presentar en la solapa de sus libros con sólo dos palabras: Premio Nobel. Sin embargo, hay otro costado relevante. Importa tanto esa otra faceta del peruano-español que muchos de sus contemporáneos llegaron a ponerla por delante de su literatura (al extremo de negarse a sí mismos el placer de leerlo). Ambas, aunque inseparables –por ser parte de la misma persona– son a la vez, y ahí su paradoja, campos separados. Acertó Mario Benedetti cuando dijo “afortunadamente la obra de Vargas Llosa está situada netamente a la izquierda de su autor” (El País, Madrid, 9-4-1984). Cateriano no profundiza en la larga amistad con Benedetti y esa polémica de cuatro cartas abiertas se salda con una cita a propósito de Pablo Neruda. El anexo documental, aunque necesariamente breve, incluye disfrutables facsímiles de la correspondencia con José María Arguedas, Gabriel García Márquez y con el entorno de Margaret Thatcher.
Este libro, sobrio, quizá acartonado y escorado a la derecha, es útil para seguir su llegada al periodismo, su abrazar a la izquierda y su ruptura, así como la carrera política que lo llevó a ser candidato a la presidencia peruana en 1990. De manera tal vez paradójica fue esa derrota la que le posibilitó situarse como gurú de la derecha liberal sin el lastre de una gestión para contrastar con sus ideas.